Prueba del Mitsubishi Colt 160 HEV: con el consumo de un mechero

Mitsubishi rema con viento a favor. Si hace unos años, su barco tenía vías de agua, como dejaba claro el anuncio de que iba a dejar de vender nuevos modelos en Europa, ahora el aire viene de cola (en 2022 -todavía no han sido expuestos los de 2023- consiguió sus mejores resultados desde 2015).  

Ese cambio ha sido producido por la incorporación a la gama de nuevas generaciones, como la del Mitsubishi ASX, hecho que ha sido llevado a cabo gracias a la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Y ahora llega un nuevo modelo que promete dar muchas alegrías en Europa a la compañía de los tres diamantes. Sigue la misma fórmula: la de adaptar un producto de la firma del rombo bajo la marca oriental. Hablamos de la nueva generación del Mitsubishi Colt, un coche que desde su lanzamiento en Europa, en 1978, ha vendido más de 1,2 millones de unidades.

Por si te echas las manos a la cabeza, cabe recordar que el Mitsubishi ASX fue la base tanto del Peugeot 4008 como del Citroën C4 Aircross. ¿Alguien puso el grito en el cielo? No. ¿Y por qué ahora habría que ponerlo?

Se trata de una idea, desde mi punto de vista, bien pensada y, sobre todo, acertada, puesto que, de esta forma, se llena el hueco existente del segmento B, que con un 15% es el segundo más demandado en Europa. Y lo hace tomando como base un muy buen producto que, además, está muy bien asentado. 

Exterior e interior

Obviamente, su exterior es muy parecido al creado por la firma del rombo, pero tiene notables diferencias como la calandra, que acoge molduras cromadas. Asimismo, las luces diurnas LED también están colocadas en posición vertical, pero tienen un patrón diferente al del francés. 

Otra diferencia clara está en el portón, donde hallamos la palabra Mitsubishi. También, a un lado, Colt, y a otro, si es la versión híbrida como la de esta prueba, el Mitsubishi Colt 160, HEV.

De complementar el conjunto se encargan un alerón, unas llantas de 15 o 17" y un protector inferior. Y de darle la nota de color, el Negro Onyx, Rojo Sunrise, Azul Royal, Gris Volcanic o Blanco Arctic que son los que forman la paleta.

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Un detalle importante que puede conseguir que te decantes por el japonés en lugar del francés es que las ventanillas están rodeadas de un marco cromado, consiguiendo un aspecto más premium que con uno negro, que es algo más deportivo.

Una vez acomodado en el asiento del conductor me percato de los buenos materiales y ajustes empleados, con los que se consigue una calidad percibida y al tacto de lo mejor del segmento. Se suma la tecnología con un cuadro de instrumentos de 7" o de 10", dependiendo del acabado, y una pantalla para el sistema multimedia de 7" o 9,3" (el tamaño máximo en ambos casos se consigue con el Kaiteki+).

Ahora toca sentarme en las plazas traseras, donde el espacio tanto para la cabeza como para las rodillas es bueno. Y hablando de espacio, pero del de carga. El maletero de la séptima generación del Mitsubishi Colt cubica 340 litros, pero en esta versión híbrida se ve reducido 86 litros, por lo que se queda en 254 litros. 

Motor y prestaciones

En la gama de motores también encontramos algunas diferencias respecto a la del francés. La primera es que Mitsubishi no comercializa ni la versión diésel ni la de GLP, pero sí el 100 MPI, la del motor de gasolina tricilíndrico con 65 CV, opción perfecta para flotas. Por encima de él está el Colt 100T Motion, con 95 CV, y el Colt 160 HEV, con 145 CV, que es el de esta prueba del Mitsubishi Colt.

Su sistema de propulsión está compuesto por un propulsor de gasolina de cuatro cilindros en línea de 94 CV que es apoyado por dos motores eléctricos que sirven como sustituto del embrague y para generar potencia, alcanzando los 145 CV. De la energía se encarga una batería de 1,2 kWh.

Con este conjunto y con su peso de 1.360 kg, que no es excesivo, acelera de 0 a 100 km/h en 9,3" y alcanza los 180 km/h de punta.

Comportamiento

A pesar de rendir 145 CV, no ofrece una entrega muy enérgica e invita a realizar una conducción más tranquila que deportiva. Según la marca, el 80% del trayecto lo puede hacer en modo eléctrico. Quizá te parezca una cifra exageradamente alta, pero es cierto que tras la prueba del Mitsubishi Colt 160 HEV, si no es el 80%, anda cerca.

Y claro, con ello se pueden conseguir consumos realmente ajustados con unas medias de 5,2 l/100, y en ciudad no es complicado no superar los 3,6 l/100 km.

El cambio tiene 14 relaciones para avanzar en función de la energía utilizada. La pega es que no tiene levas en el volante ni en opción. Tampoco el carril lateral para cambiar de marcha de forma manual.

El coche está bien insonorizado, pero cuando, de repente, trabaja el motor de combustión, el sonido es evidente. Lo que no le quita nadie es que en ciudad es un gustazo circular con él por su suavidad y por la agilidad con la que se desenvuelve.

El conductor tiene a su disposición los modos ECO, Sport y MySense. Los primeros se diferencian en el peso de la dirección, que, sinceramente, no la he apreciado o sabido apreciar, y en el tacto del acelerador. En el tercero se puede modificar la iluminación, la apariencia del cuadro de instrumentos y la dirección. Nada de la suspensión, que filtra bien las irregularidades de la calzada y consigue que sea un coche cómodo sin mover la carrocería en exceso en curva. Se suma el e-Save, poco común en híbridos sin enchufe, y que recarga la batería utilizando el térmico.

Precio

El Mitsubishi Colt tiene un precio de partida de 17.790 euros con la motorización 100 MPI y acabado Motion, cifra que asciende a 25.490 euros si hablamos del 160 HEV con acabado Kaiteki.

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Llama la atención que desde el de acceso, el equipamiento de serie incluya elementos tales como los faros delanteros Full LED, climatizador automático o cuadro de instrumentos digital. 

Si comparamos los híbridos de la firma francesa y la japonesa, el del rombo es 1.616 euros más barato con un equipamiento muy parecido. Lo que sí suma el de los diamantes es una pulgada más a las llantas, 17", al ser el HEV.