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Prueba del Mercedes Clase S 580 e: lujo al cuadrado con enchufe y etiqueta 0 de la DGT

Pasan los años y la berlina de lujo más vendida del mundo sigue renovándose. En su séptima generación, abrazó de nuevo la hibridación enchufable -la versión 100% eléctrica no tiene hueco porque ese espacio lo ocupa el Mercedes EQS-, pero ahora con la carrocería con batalla normal. Es esa variante, precisamente, la que ponemos a prueba, el Mercedes Clase S 580 e.

Como el resto de la gama, presume de innovación, calidad, mucho lujo y sobre todo confort. Pero ahora suma un puntito más en este último aspecto gracias a la ausencia de ruido del motor cuando se circula en modo eléctrico. Tranquilidad y calma es lo que se vive desde unos comodísimos asientos, independientemente de si uno se halla en las plazas delanteras o en las traseras. Y es que este es uno de esos coches, pocos coches, que se disfruta siendo tanto conductor como pasajeros.

Exterior e interior 

Su diseño exterior me sigue enamorando. En muchas ocasiones, la sencillez porta elegancia, y en el caso de la berlina de representación alemana, es un claro ejemplo de ello. Sus tiradores enrasados, además de mejorar la aerodinámica, le dan unas líneas más puras.

Prueba del Mercedes Clase S 580 e

Una gran parrilla y unos faros más estrechos y estilizados que los de la generación anterior, con tres puntos de luz, marcan el frontal. De la zaga se encargan unos pilotos con forma triangular que, ahora sí, se funden con el portón, y el listón cromado que los une y con el que Mercedes ha conseguido dar más empaque a la trasera, además de que anchura, 1.921 mm, parezca aún mayor. Es grande, sin duda, pero disimula bastante bien sus 5.179 mm de longitud.  

Y a pesar de equipar el paquete AMG Line de serie, el deportivo, con llantas desde 19” y un faldón delantero, mantiene la elegancia característica de este modelo. 

Abro la puerta y la primera impresión de su habitáculo es muy buena. La gran mayoría de materiales que se han usado son de primera, aunque sí es cierto que creo que ha dado un pequeño paso atrás en esta materia y en los ajustes. Aun así, sigue desprendiendo una calidad muy alta en cada centímetro de su interior. 

Prueba del Mercedes Clase S 580 e

Y ahora se suma el aspecto tecnológico. Puede equipar hasta cinco pantallas. La más destacada es la de la consola central, que es vertical -fue el primer modelo de la marca en incorporar este formato-, de 12,8” y de serie. Asimismo, tiene una resolución de 1.888 x 1.728 píxeles y es háptica. Vamos, una pasada. Además, cuenta con un panel de tipo OLED y un sensor de huella dactilar, con el que gracias a él o al reconocimiento por voz o facial -se encargan las cámaras del cuadro de instrumentos- se puede acceder a la agenda, email, contactos...

El cuadro de mandos también merece una mención aparte. Es de 12,3" y puede ofrecer una visualización 3D de forma opcional. Mercedes lo logra con las cámaras que siguen el movimiento de los ojos para conseguir la profundidad de la visualización y ese efecto tridimensional. Mola mucho, pero no termino de acostumbrarme. Llámame tradicional, pero me quedo con el clásico. Lo bueno es que puedes activarlo y desactivarlo en un segundo. 

Prueba Mercedes EQS

Y el head-up display; otra herramienta que ha mejorado de forma exponencial. Puede tener realidad aumentada y ofrece mucha información de forma muy clara en una imagen digital que simula su representación en una pantalla de 77″ colocada a unos 10 metros por delante del coche. Como el de la prueba es el Mercedes Clase S 580 e, el híbrido enchufable, también expone mediante colores si el coche se mueve con el motor de gasolina, el eléctrico o ambos.

El tacto del volante deportivo multifunción forrado en cuero napa es muy bueno, y su diseño, magnífico. Lo que no sé si es por mis huellas dactilares o por qué, pero me cuesta moverme por los menús con sus botones táctiles. 

Y para pasada los asientos, que son muy muy cómodos, tienen múltiples reglajes eléctricos, casi infinitas opciones de masaje y esos cojines a la altura de la nuca que me vuelven loco.

De espacio en las plazas traseras no hace falta que te hable porque, como podrás imaginar, es enorme, sobre todo para la cabeza. No así el de carga, puesto que cubica 350 litros -200 litros menos que las versiones que no son PHEV-. Y esa cifra para el maletero parece más justa cuando se compara con el BMW Serie 7 híbrido enchufable, que presume de 525 litros. 

Motor y prestaciones

El sistema encargado de mover el 580 e está formado por un seis cilindros en línea de 2.999 cc, 367 CV y 500 Nm de par que puede trabajar con uno eléctrico de 150 CV y un par de 440 Nm -por lo que el parabrisas luce la pegatina 0 de la DGT-, sumando juntos 510 CV y 750 Nm. Este último es alimentado por una batería de 28,6 kWh (21,5 kWh de capacidad útil) con la que puede moverse en modo 100% eléctrico hasta 111 kilómetros. La carga máxima es de 11 kW con corriente alterna si no se ha pagado por el cargador para corriente continua, con una potencia máxima de 60 kW.

La transición del motor eléctrico al de gasolina y viceversa se aprecia. Es cierto que no mucho, pero también es verdad que en otros coches de menos lujo y segmentos inferiores, esa transición está más disimulada.

Prueba del Mercedes Clase S 580 e

La velocidad máxima que puede alcanzar con el motor síncrono de imanes permanentes es 140 km/h, que es una cifra bastante alta. Más alta aún, obviamente, es la conjunta: 250 km/h, puesto que está limitada electrónicamente.

A pesar de sumar en la báscula 2.380 kilogramos, el Mercedes Clase S 580 e acelera de 0 a 100 km/h en 5,2", una cifra de auténtico deportivo. 

Comportamiento

No es habitual conducir viendo como la estrella sobresale del capó, puesto que son escasos los modelos de Mercedes que la equipan. Pero, independiente de los años que lleve en la profesión, es algo que me sigue llamando la atención -y que también me aterra cuando dejo el vehículo aparcado-.

Como era de esperar, el Mercedes Clase S 580 e ofrece una conducción suave y relajada. También suma la magnífica insonorización del habitáculo. Y es que la suspensión es ultraconfortable. Da igual en el modo en el que circules: Batery Hold -para reservar la carga-, Eléctrico, Híbrido, Sport o Individual -en el que se puede modificar de forma independiente el funcionamiento del propulsor, la suspensión, la dirección y el ESP-, porque aunque elijas el más deportivo, el coche filtra a las mil maravillas -también produce cierto balanceo en curva, incluso en el perfil de conducción Sport-. Y eso que la suspensión ha visto reducida su altura en 27 milímetros para dar cabida a la batería y al depósito de gasolina, que también ha menguado y ahora puede albergar hasta 67 litros.

Prueba del Mercedes Clase S 580 e

El tacto de la dirección es muy agradable, pero no es especialmente rápida. Por su parte, el cambio, que es automático de nueve velocidades de convertidor de par, realiza las transiciones de forma agradable, pero en algunas ocasiones, bajando la velocidad, cuando reduce de marcha, brinda algún tirón. Nada preocupante.

 

Lo que es digno de alabar, además de su grandiosa aceleración, da igual si la hace desde parado o en marcha, es la batería de asistentes de seguridad que equipa. Y todo ello no sería posible sin el radar que tiene dos alcances, dos radares frontales, dos traseros, doce ultrasonidos, una cámara estereoscópica delante y cuatro cámaras del sistema 360º.   

Precio

El Mercedes Clase S 580 e tiene un precio de partida de 137.434 euros. La cifra, además de todo el confort del mundo, trae sistema de frenos con discos de mayor tamaño, cristales calorífugos tintados oscuros, climatización automática, tapicería en cuero negro, molduras de madera de álamo antracita de poros abiertos, realidad aumentada para navegación MBUX, sistema de sonido surround Burmester 3D, suspensión neumática y faros adaptativos LED, entre otros muchos muchos elementos. 

Valoración

Nota9

en esta ocasión ponemos a prueba el Mercedes Clase S 580 e, la versión híbrida enchufable que llega con 510 CV y 750 Nm. Está disponible desde 137.434 euros.

Lo mejor

Insonorización. Suavidad de marcha. Confort a bordo.

Lo peor

Transición en el funcionamiento de los motores. 

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