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Prueba Honda Jazz 1.5 i-VTEC 130 CV Dynamic

Prueba Honda Jazz 1.5 i-VTEC Dynamic
Probamos el nuevo Honda Jazz con un motor 1.5 gasolina que hasta ahora no estaba disponible en Europa y un acabado que también se estrena. ¿Cambia la esencia?

Está claro que hoy en día casi todo el mundo piensa en un SUV cuando busca coche nuevo, incluso si se va a usar principalmente en ciudad. De hecho, los todocamino del segmento B son los que más están creciendo: Kia Stonic, Seat Arona, Opel Crossland X... Honda tiene su propia propuesta con el HR-V , pero, afortundamente, sigue apostando por su particular utilitario, el coche de la prueba, el Honda Jazz 1.5 i-VTEC 130 CV, una opción polivalente para la ciudad. 

Prueba Honda Jazz 1.5 i-VTEC Dynamic

El Jazz es un coche que se ha ido adaptando a cada época, pero sigue fiel a sus principios. En la generaciones anteriores era más bien un monovolumen urbano que presumía de amplitud interior y diseño. Ahora, aunque continua igual de práctico y amplio, se pone al día con el nuevo motor 1.5 i-VTEC de 130 CV (se sigue ofreciendo con el 1.3 i-VTEC de 102 CV) y un acabado que hasta ahora no existía, el Dynamic, que trae consigo un diseño mucho más llamativo, que dota al modelo japonés de un aspecto más deportivo.

De hecho, ese nuevo carácter se nota nada más girar la llave de contacto. No, nada de acceso y arranque sin llave como ofrecen muchos de sus rivales. El nuevo propulsor 1.5, que Honda ya vendía en EEUU, es un atmosférico de cuatro cilindros en línea que tiene un sonido muy deportivo y empuja con un brío que te deja sin palabras. Va unido a un cambio manual de seis velocidades (se ofrece también con una transmisión CVT por 1.000 euros más, que no considero que sea tan recomendable), que envía la potencia al eje delantero y cuyo escalonamiento y tacto son dignos casi, casi de un deportivo. Claramente, es una mecánica para aquellos a los que les gusta conducir: sube de vueltas con la alegría de un niño desempaquetando un regalo y no se le borra la sonrisa de los pistones hasta las 7.000 vueltas.

Una clara muestra de su buena puesta a punto del coche de la prueba, el Honda Jazz 1.5 i-VTEC 130 CV, la puedes comprobar en el apartado de mediciones, ya que acelera de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos y pasa de 80 a 120 km/h en 13,5 segundos. No iguala los datos prometidos un la ficha oficial por la marca, pero no está nada mal para esta mecánica de 1,5 litros.

Como es evidente, en lo relativo al consumo, no es tan recomendable como su hermano pequeño, equipado con el motor de 1,3 litros, pero los 6,7 l/100 km que ha gastado de media en este test no me parecen desproporcionados ni se alejan en exceso de los 5,9 que declara Honda. Y algunos de sus rivales incluso superan con claridad los 7,0 litros. Cuando afrontas una carretera de curvas te das cuenta de que la ciudad no tiene por qué ser el único lugar de uso de este modelo de solo cuatro metos de longitud. Va muy bien, no es un deportivo, pero la dirección es rápida, tiene un guiado preciso y la suspensión es bastante firme, por lo que no balancea apenas en los giros. Eso sí, en el día a día eso le resta puntos en el apartado de confort.

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El interior es sencillo. Puede que demasiado, si lo comparas con algunos modelos de la competencia: salvo el ordenador de viaje, los relojes son 100% analógicos, tiene mandos giratorios para el climatizador y dispone de un sistema multimedia ya un tanto desfasado y poco intuitivo para lo que se lleva hoy en día. Sí, tiene toma USB y hasta conexión HDMI, pero sería mejor que contara con los protocolos Apple Car Play y Android Auto.

Así era el Honda Jazz Hybrid

Lo que no se puede negar es que le sientan de maravilla las costuras rojas del volante y el fuelle de la palanca de cambios, que van a juego con los asientos (calefactados de serie) y le aportan un toque realmente diferenciador. 

El elemento clave en lo relativo a la practicidad del Honda Jazz que he puesto a prueba sigue siendo el sistema de asientos traseros Magic Seat, una solución que desafortunadamente ya no tiene el Honda Civic, pero que es lo más práctico que existe. La banqueta trasera se levanta hacia arriba (en proporción 60/40), como si fuera la de un teatro, y deja un espacio gigante en la segunda fila. Esto es posible porque el depósito de combustible va colocado bajo el asiento del copiloto y no bajo la segunda fila, así que esa zona queda liberada. Esto, a su vez, permite que al plegar los respaldos traseros el suelo quede totalmente plano y se logra una zona de carga más amplia incluso que en algunos compactos. La capacidad del maletero es de 354 litros y alcanza los 1.314 cuando pliegas la segunda fila.

Prueba Honda Jazz 1.5 i-VTEC Dynamic

Entre otras ayudas a la conducción dispone de aviso de cambio involuntario de carril y sensor de aparcamiento trasero. 

El coche de la prueba, el Honda Jazz 1.5 i-VTEC 130 CV Dynamic -acabado más completo- cuesta (sin descuentos) 18.500 euros. No es barato, pero es solo 700 euros más caro que el 1.3 i-VTEC de 102 CV con acabado Elegance. Teniendo en cuenta la diferencia de potencia y equipamiento, pienso que merece la pena totalmente. El Jazz es un coche muy práctico para el día a día y esta mecánica 1.5 es una pasada.

Prueba Honda Jazz 1.5 i-VTEC Dynamic

Aquí tienes toda la información del Honda Jazz

Valoración

Nota7

Ponemos a prueba Honda Jazz 1.5 i-VTEC130 CV Dynamic, el pequeño monovolumen japonés que sorprende por su practicidad. Su motor 1.5 es el único en la gama.

Lo mejor

Opción polivalente para la ciudad. Cambio. Respuesta del motor. Magic seats.

Lo peor

Suspensión bastante firme. Sistema multimedia desfasado.

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