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Prueba Ford Ranger Raptor: este tipo puede con todo

Prueba Ford Ranger Raptor

Un referente entre las pick-up.

Lo normal cuando hablamos de una pick-up es hacerlo con la mente puesta en una herramienta de trabajo multiusos para la gente que vive en zonas rurales. Pero eso no aplica del todo con el protagonista que tengo entre manos. Cuando nombras al Ford Ranger Raptor, lo primero que se te viene a la cabeza es diversión y disfrute a raudales fuera del asfalto. 

Por algo, los responsables de la marca han puesto a este mastodonte de más de 5,30 metros de largo y 2,5 toneladas de peso en manos de Ford Performance. Las intenciones hablan por sí solas. 

 

Más, si nos fijamos en el motor, porque si este tipo de vehículos se suelen acompañar de robustos bloques diésel (en este caso también es así si lo prefieres), la marca del óvalo no ha dudado en esconder bajo el enorme capó un V6 biturbo de tres litros con 292 CV y un enorme par de 491 Nm. 

Por todo ello, este Ranger Raptor es una rara avis a la que es difícil encontrarle el límite cuando circulas por pistas. Pero, ¿cuál es la clave? Lo tengo muy claro: las suspensiones. Olvídate de todo lo que hayas probado hasta ahora. Ford ha echado el resto en este apartado para lograr un comportamiento al que pocos pueden hacerle sombra. 

No es solo la configuración de las mismas (estructura de doble brazo delante, con eje rígido detrás, pero con muelles helicoidales en vez de ballestas), también es la calidad de los componentes, que no encuentras en sus rivales: amortiguadores FOX Live Valve, con un mayor recorrido, brazos de aluminio en vez de acero... 

Todo ello hace que fuera del asfalto puedas aumentar el ritmo hasta la demencia y que el Ranger ni se inmute, con una capacidad de absorber los baches más profundos, y a alta velocidad, tremenda. Desde luego que su escenario preferido es la tierra. 

Sobre asfalto es un vehículo más bien torpe, ya que está condicionado por su peso, su gran altura y, sobre todo, unos neumáticos All-Terrain que no se llevan muy bien con la carretera. De hecho, si intentas forzar un poco el ritmo en la entrada de las curvas, el subviraje aparece pronto y no hay atisbo de diversión. 

Eso sí, los viajes por autovía son cómodos y el motor V6 aquí sí que es un buen aliado para llevar unas buenas medias de velocidad. Hablando del bloque: suena bonito (sin ser deportivo) y se hace notar bastante, aunque en el volante hay un botón para que reducir en parte sus decibelios. 

Prueba Ford Ranger Raptor

Va unido a una caja de cambios automática por convertidor de par de nada menos que 10 relaciones y cuenta con reductora (relación 3,07 a 1). Toda la fuerza se deriva al suelo a través de una tracción total que es nueva, ya que cuenta con un modo automático 4A para poder circular en tracción total sobre asfalto seco (el propio sistema se encarga de gestionar el par).

Pero el arsenal de posibilidades de la tracción del Ford no acaba ahí: también se puede enviar toda la fuerza a las ruedas traseras (modo 2WD) o bloquear el diferencial central (modos 4H y 4L). Por cierto, los diferenciales delantero y trasero también son bloqueables, pero desde la pantalla (aunque algunos modos de conducción los bloquean de manera automática). 

Además de todo esto, Ford ofrece nada menos que siete programas de conducción que afectan a la respuesta del motor, la transmisión, la dirección, el sistema ABS, los controles de tracción y estabilidad y sonido del V6. Todo esto se puede seleccionar desde un interior cuidado y con un equipamiento sobresaliente.

Prueba Ford Ranger Raptor

Fíjate en los elementos decorados en naranja o el volante, con costuras en rojo. El apartado tecnológico también está presente con un cuadro de instrumentos digital de 12,4 pulgadas, un sistema multimedia con una pantalla vertical de 12 y que cuenta con el sistema operativo SYNC 4A, el más reciente (tiene conectividad inalámbrica con Android Auto y Apple CarPlay). 

La guinda la pone el equipo de sonido premium de B&O con 10 altavoces. Y, por si eso fuera poco, la electrónica también se hace notar a modo de asistentes como nunca antes los habías encontrado en un vehículo de este segmento: detector de señales de tráfico, faros Matrix LED, cámara 360º, asistente ángulo muerto, conducción guiada en tierra...Una Pick-up a la última. 

Como conclusión, un Ranger Raptor que ha cumplido sobradamente con las expectativas, tanto en su presentación exterior e interior, como en su puesta en escena: no hay otro todoterreno con su capacidad para superar obstáculos y, a la vez, circular tan rápido por pistas.

Mi opinión

Está claro que el salto de calidad que ha dado y la fama que está adquiriendo invitan a pensar que las cosas le van a ir muy bien al Ranger Raptor en esta nueva generación. Es un coche más completo, más sofisticado y, sobre todo, más divertido de conducir fuera del asfalto.

Valoración

Nota9

Lo mejor

Su comportamiento a buen ritmo fuera del asfalto.

Lo peor

El precio puede ser elevado: la unidad de pruebas cuesta 80.000 euros.

Etiquetas: pick-up

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