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Opinión, ¿acierta Jaguar pasándose al mundo eléctrico de forma tan radical?

acierta Jaguar pasándose al mundo eléctrico

Sí, aunque no nos guste…

Hace poco más de un año, el CEO de Jaguar, Thierry Bolloré, anunció la transformación de la marca en eléctrica a partir de 2025 a través del plan estratégico Reimagine, una noticia que, a pesar de los rumores que ya veníamos escuchando, provocó un fuerte impacto en este mundillo del motor. Pero ¿acierta Jaguar pasándose al mundo eléctrico de forma tan radical?

Hubo un tiempo en que, si decías “tengo un Jaguar”, te daba un status social superior. Su imagen de marca siempre estuvo asociada con vehículos muy lujosos y deportivos desde la posguerra. Sin embargo, lleva años a la deriva, sin rumbo y con cifras de ventas que descienden cada año

Hay que subrayar que la marca de Coventry, salvo momentos puntuales, nunca ha tenido un volumen de ventas importante, al menos, en comparación con sus rivales alemanes. 

5 frikadas de Jaguar que pocos conocen

Por un lado, debido a la ausencia de motores diésel en un mercado como el europeo que apostaba claramente por esta tecnología. Esto cambió bien entrados los 2000, cuando la marca decidió montar motores de gasóleo, incluso, en el XJ con aquel 2.2 litros de 204 V. Aquella fue también una decisión radical en su momento y criticada por los más puristas.

Por otro lado, el diseño clásico de sus coches hacía que se identificaran con un público maduro, con un potente poder adquisitivo, pero alejado de clientes más jóvenes que, difícilmente, se veían al volante de un Jaguar. 

Jaguar SS100 Roadster de 1937
Jaguar SS100 Roadster de 1937

Algo parecido le pasaba hace muchos años a Mercedes, hasta que empezó a hacer coches menos clásicos y de segmentos inferiores, como el Clase A y sus derivados, para acceder a un público más joven. 

Y jaguar hizo lo mismo a finales de la década pasada, cuando, de la mano de Ian Callum, acometió una auténtica revolución estética, apostando por diseños más deportivos, alejados de los cánones clásicos. 

Así, aparecieron los Jaguar XE, XF y, sobre todo, el revolucionario XJ, que solo se parecía a las generaciones anteriores en el nombre. Luego, llegaron los SUV, el F-Pace y el E-Pace, imprescindibles para sobrevivir en estos tiempos. 

Jaguar XJ de 2016
Jaguar XJ de 2016

Con los años, la marca empezó a remontar en ventas, al ofrecer productos que podían competir, más o menos, con otras marcas premium, llegando a moverse en cifras entre 170.000 y 180.000 unidades al año. Pero, en los últimos dos-tres años, nuevamente la marca ha entrado en caída libre. Y eso no es sostenible.

El problema de Jaguar es que, como he dicho antes, se asocia con una imagen de marca deportiva y lujosa, pero ese tipo de vehículos no casa con los gustos actuales del mercado, que apuesta más por los SUV. Y el público no identifica modelos de tipo todocaminos con Jaguar. 

Y no podemos olvidarnos tampoco de otro problema que tiene que ver con la fiabilidad: y es que los coches de Jaguar (y Land Rover) suelen ocupar los últimos puestos en este sentido. Y esto es debido a la complejidad a la hora de ofrecer plataformas y configuraciones.

En estos últimos años hemos escuchado muchos rumores acerca del futuro de Jaguar, hasta el punto de su posible desaparición, algo que sería impensable. Estamos hablando de una marca que, a pesar de las circunstancias actuales por las que atraviesa, aún tiene mucho valor, gracias al prestigio que alcanzó en tiempos pretéritos.

Y ese potente valor de marca se puede aprovechar para cortar de raíz con lo que la compañía ha venido haciendo hasta ahora y apostar por la electrificación que, queramos o no, será el futuro de la automoción. El primer paso ya lo dio hace unos años con el lanzamiento del Jaguar I-Pace, un modelo que no ha funcionado mal.

En lugar de aumentar la gama con nuevos productos, pero sin cambiar el sistema de propulsión, la solución para renacer la marca podría pasar por la electrificación total, algo que ocurrirá, como ya sabemos, a partir de 2025. 

Puede sonar a sacrilegio, pero mejor que la marca siga existiendo, aunque sea con vehículos a baterías, que su desaparición total. Además, de esta forma, podría competir directamente con la gama eléctrica de BMW, Mercedes y Audi, así como con Polestar, la marca eléctrica y de lujo de Volvo

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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