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Así sería la alianza entre BMW y Mercedes para fabricar coches eléctricos

Prueba del Mercedes EQC

La última vez que se casó Mercedes, no fue un matrimonio muy bien avenido. Aun así, el entonces responsable de la marca, Jürgen Schrempp, habló de un "matrimonio en el cielo". Se refería a la fusión con Chrysler, y todos sabemos que aquella historia no acabó bien. Pues hoy, parece que vuelve por unos derroteros parecidos. En este caso, hablamos de una colaboración de Mercedes con BMW.

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Y es que hoy, las marcas europeas cada vez tienen más claro que por sí solas no se bastan para afrontar todos los retos del futuro. Por un lado, la movilidad eléctrica empuja cada vez más, y por el otro, es necesaria una inversión milmillonaria en nuevas tecnologías y modelos de negocio.

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Aunque ya hace más de un año que se negoció, lo cierto es que este proyecto, con nombre encubierto "MX-1/MX-2" se sigue manteniendo como un secreto fuertemente custodiado, con la fecha de puesta en marcha aún sin confirmar. Por el momento se han creado grupos de trabajo, y ya se ha confirmado que los responsables de desarrollo de BMW y Mercedes, Klaus Fröhlich y Ola Källenius, participan en la fiesta.

En el orden del día solo hay un cometido: el desarrollo de una nueva arquitectura bajo las premisa de ambas marcas, enfocada en la movilidad eléctrica y con le objeto de ahorrar a cada socio nada menos que siete mil millones de euros a lo largo de los próximos siete años. ¿Y por qué dilatan la puesta en marcha? Pues porque las cabezas de ambas marcas tienen miedo de que un acuerdo así debilite o perjudique a sus respectivos espíritus. Y es que, fuentes internas, ya me han revelado que ambos modelos tendrían muchísimas similitudes. MX-1 es para compactos y coches medios, y MX-2 es para el segmento medio/grande y grande.

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En principio, ese primer diminutivo escondería un modelo directamente orientado a la movilidad eléctrica, aunque no desterraría del todo a los diésel y gasolina. Por eso esta plataforma será compatible con baterías y motores eléctricos, para competir en el tsunam de los coches eléctricos, que presumiblemente alcanzará un cenit entre 2025 y 2030. Esta plataforma no está confirmado si la realizarán en conjunto BMW y Mercedes, o solo la marca bávara.

Para Mercedes, por su parte, modelos como el EQA y el EQC son aún soluciones intermedias, que solo funcionan en la categoría superior. Y es que, igual que BMW, Mercedes no quiere desterrar del todo a los diésel y gasolina. Por eso, la plataforma MX-1 tendrá suficiente espacio para un cuatro cilindros transversal capaz de rendir hasta 300 CV para el eje trasero, mientras el delantero estaría movido por un motor eléctrico.

El MX-1 vendría a ocupar el espacio de BMW entre su Serie 1 y Serie 3, y en Mercedes, entre el Clase A y el Clase C. La plataforma MX-2 está reservada a potencias y tamaños superiores. Y será tan polivalente y flexible, que podría alojar a los seis cilindros en línea de BMW. Y es que cada marca invertirá unos dos mil millones de euros en diferenciar a sus respectivos modelos. Porque, aunque en la base sean muy similares, ambas tienen claro que un BMW debe comportarse como un BMW, y un Mercedes, como un Mercedes.

Con información de Georg Kacher

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