Prueba: Seat Leon FR 1.5 TSI: más de todo

Una vez más, el compacto de Seat es el Volkswagen Golf más apetecible, y eso no es solo por su diseño. Te lo explicamos en esta primera prueba del Seat León FR 1.5 TSI. 

Técnicamente, el León, al igual que el Volkswagen, se basa en el sistema modular transversal del grupo VW, pero visualmente, y en otros aspectos, es muy distinto a su hermano de Wolfsburgo. Y lo mejor: el español ahora se ve aún más imponente que la generación anterior. 

Los faros rasgados con ángulos irregulares de luz diurna y las grandes tomas de aire en el frontal, inclinado hacia el asfalto, le dan un extra de deportividad a su apariencia y también un extra de aire ‘premium’.

La cuarta generación de León ha crecido más de ocho centímetros hasta los 4,37 metros, pero las diferencias en ancho, altura, distancia entre ejes y volumen de equipaje (380 litros) son apenas perceptibles. 

Y debajo del capó…

El motor turbo de gasolina de 1,5 litros es actualmente el mejor motor que se me ocurre para el León de 1.361 kilogramos. Con sus 150 CV y 250 Nm de par, acelera desde parado hasta los 100 km/h en solo 8.4 segundos. Pero hay que decir que dada la velocidad máxima de 221 km/h, es sorprendente que el León tenga dificultades a partir de 170 (probado en el carril izquierdo de una autovía alemana sin límite de velocidad). 

Los 5,8 litros de gasolina que anuncia la cifra oficial no están nada mal. Aquí al Leon ayuda la desactivación del cilindro cuando lo llevas a medio gas. 

Carreteras de curvas, venid a mí

Con su suspensión deportiva de serie, el Leon FR 1.5 TSI es bastante firme, pero el juego de ruedas de 17 pulgadas con neumáticos 225/45 garantiza una comodidad residual más que suficiente.

Particularmente notable es la buena coordinación del eje delantero, que permite al español girar con mayor precisión que su predecesor. La parte trasera siempre permanece en calma, incluso si haces una conducción enérgica y exploras sus límites. 

¿Cambio manual? ¿Para qué?

También hay buenas calificaciones para el DSG de siete velocidades, que nunca hará que eches de menos una caja manual. Se puede cambiar al programa Sport a través de la pequeña palanca selectora en el túnel central, afila las reacciones del Leon en general. Pero ojo: con 150 CV, este Seat no es un deportivo radical. Eso no es malo, porque va sobrado de chasis. 

Y además, seguro

Cuando se trata de sistemas de asistencia al conductor, el León tira del generoso “armario” del Grupo Volkswagen. Hay, entre otras cosas, asistentes para frenada de emergencia, de distancia, mantenimiento de carril o control de crucero. Todo opcional, por supuesto.

Porque tantas virtudes tienen un precio. Y un Seat Leon equipado como el de nuestra prueba, rebasa fácilmente los 35.000 euros.