Logo Autobild.es

Pila de combustible, 10 claves para saber si es una solución real de futuro

Pila de combustible
  • Presenta ventajas obvias respecto a los EV
  • Su implantación no es una prioridad

El futuro del mundo de la automoción es difuso. Parece claro que avanzamos hacia un momento en el que todo serán coches eléctricos, pero todavía no queda claro de qué tipo serán. Los eléctricos de baterías (BEV) predominan, pero los que utilizan la pila de combustible de hidrógeno (FCEV) parecen una alternativa viable que podría cobrar peso en el futuro.

Ahora bien, ¿son una solución real? Actualmente hay varias marcas que trabajan en esta tecnología (Hyundai, Toyota o BMW, entre otras), pero en mercados como el europeo la presencia de modelos que utilicen esta tecnológica es mínima (en España solo Hyundai Nexo y Toyota Mirai).

 

Además, se está explorando incluso la conversión de motores de combustión para quemar hidrógeno, algo que, aunque no elimina las emisiones por completo, las reduce considerablemente y permitiría transformar motores térmicos en un proceso que sería bastante barato.

Con todas estas incógnitas, ¿es la pila de combustible una solución real para el futuro de la automoción? Estas son las 10 claves de esta tecnología que pueden decantar la balanza hacia uno u otro lado.

Adiós a los largos tiempos de carga

Una de las principales ventajas que presentan los FCEV respecto a los eléctricos convencionales es que no tienen que cargarse en la red eléctrica, uno de los aspectos más tediosos de los EV, puesto que incluso en redes de carga ultrarrápida (que son dañinas para las baterías a largo plazo) el tiempo que hay que tenerlo enchufado es considerable.

Un modelo de pila de hidrógeno se reposta de manera similar a un gasolina o diésel y el proceso para rellenar por completo el tanque es de unos 5 minutos.

Autonomía equiparable a la de un coche térmico

Otro aspecto en el que los coches eléctricos de batería están por detrás, incluso a pesar de que en los últimos años han ganado puntos en este apartado: la autonomía de un EV tiende a ser bastante justa y para encontrar un modelo equiparable a un coche térmico hay que irse a automóviles muy caros.

Los coches de pila de hidrógeno no sufren ese problema, puesto que superan sin problema los 600 km de autonomía y pueden llegar hasta los 1.000 km sin por ello experimentar ningún tipo de sobreprecio.

La autonomía no lastra el peso del coche

Relacionado con el punto anterior, en un eléctrico de baterías, para conseguir un mayor alcance, hay que montar pilas de mayor capacidad, que son más grandes y pesadas, así que mientras se consigue mayor autonomía también se perjudica la eficiencia del modelo.

Eso no ocurre en un modelo de hidrógeno, puesto que el peso adicional que supone cargar más litros del material es meramente testimonial.

El reciclaje de sus baterías es más sencillo

Un problema de los EV que todavía no se está afrontando pero que será clave en el futuro es el reciclaje de sus baterías. Al ser elementos extremadamente complejos, reciclarlos es un proceso costoso y muy complicado; problema que no plantean las pilas de combustible, tanto por su composición más sencilla como por la presencia de materiales que se pueden reutilizar.

Sus baterías duran más

Además, el punto anterior se ve reforzado por el hecho de que las baterías de los coches de hidrógeno resisten mejor el paso del tiempo y del uso, manteniendo una mayor capacidad útil incluso experimentado más ciclos de uso que la batería de un EV convencional, cuya degradación es considerablemente más rápida.

La red de hidrogeneras

Uno de los principales escollos que hay para la implantación y democratización de esta tecnología es que la red de hidrogeneras es prácticamente inexistente. El de España es un caso extremo al respecto, pero el resto de países europeos tampoco están ni remotamente cerca de una situación ideal.

Además, la construcción de una hidrogenera es muy cara y exige una inversión cuantiosa, que poca gente cree que se pueda rentabilizar, sobre todo dada la práctica ausencia de modelos que utilicen pilas de combustible. La pescadilla que se muerde la cola.

Caro de producir

Todo lo que rodea al coche de pila de hidrógeno es bastante caro, empezando por la energía que utiliza. Producirlo no es barato, sobre todo si se quiere que sea verde, es decir, que su producción no suponga la generación de emisiones contaminantes. 

Una energía cara

Aquí los eléctricos convencionales ganan la partida, puesto que recargar una batería es considerablemente barato, mientras que repostar hidrógeno presenta unos costes similares al precio de llenar un depósito de gasolina o diésel.

Baja eficiencia energética

Otro de los principales debes de la tecnología de la pila de combustible es que su eficiencia energética dista de ser óptima. Tiene pérdidas energéticas tanto mientras está almacenado como mientras se está usando, motivo por el que se necesitan depósitos muy grandes y lo que hace que principalmente se prevea su uso para transporte de larga distancia (camiones).

Los coches de hidrógeno son caros

Esto es consecuencia del ecosistema del coche de pila de combustible: dado que es caro de producir el hidrógeno, hay una red de hidrogeneras justa y no hay muchos modelos a la venta; el precio de los automóviles es muy caro, ya que no se trata de una tecnología generalista que, usada en masa, permita abaratar costes.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.