¿Por qué no se denominó Mazda CX-4 al nuevo CX-30?
Mazda ha revelado en el reciente Salón de Ginebra 2019 un nuevo modelo que se sumará en breve a la oferta de productos SUV del fabricante. La firma japonesa anunció un nuevo modelo, aunque todo parecía apuntar a que se revelaría una nueva generación del algún vehículo ya existente. La sorpresa fue mayúscula cuando se presentó el Mazda CX-30. Pero, ¿Por qué no se denominó Mazda CX-4 al nuevo CX-30?
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Según Mazda, el CX-30 es un SUV de tamaño compacto que se situará en la cartera de productos entre el Mazda CX-3 de menor tamaño y el Mazda CX-5 más grande. La lógica nos diría que su denominación debería haber sido CX-4, pero algo dentro de la compañía impidió que esta nomenclatura llegara al mercado europeo, japonés y norteamericano.
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¿Por qué no se denominó Mazda CX-4 al nuevo CX-30?
La razón principal, según explicaron responsables de Mazda a Car & Driver, es que la marca ya tiene un Mazda CX-4. Este modelo es exclusivo para el mercado chino y, en lugar de llamar al CX-30, CX-4, y vender dos vehículos diferentes con el mismo nombre, la marca dijo que tenía que pensar en algo nuevo.
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Mazda se inspiró en el pick-up BT-50 de tamaño medio para definir un segundo modelo con una denominación con cuatro caracteres alfanuméricos. Mazda quería mantener el código CX en el nombre y el 4 ya estaba adjudicado al modelo chino, por lo que decidieron añadir un 0 en el extremo. De este modo, nació el Mazda CX-30.
Dejando a un lado la razón por la cual no se ha denominado CX-4, el nuevo Mazda CX-30 está inspirado por el lenguaje de diseño Kodo de la compañía. También estará impulsado por la última generación de motores Skyactiv de la marca, incluyendo el revolucionario Skyactiv-X de gasolina. Se esperan motores de 1.5 y 2.0 litros de gasolina, así como un 1.8 litros diésel para el mercado europeo. Los precios de partida, al igual que el modelo, deberían situarse entre los 20.645 euros del CX-3 y los 28.100 euros del CX-5.
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