Lancia Thema, cuando el Chrysler 300C se vistió con un traje italiano
Entre 2011 y 2014, se produjo el Lancia Thema, una berlina grande que, en realidad, era un Chrysler 300C vestido con traje italiano. Tenía un mayor equipamiento, mejores acabados y motores más eficientes, de gasolina y diésel.
El pasado 14 de diciembre salió de la planta de Brampton Assembly, Canadá, el último Chrysler 300C, concluyendo así 20 años de producción. Pero, desde 2011, este modelo se vendió en Europa como Lancia Thema, que no era más que un Chrysler 300C vestido con traje italiano.
Cuando el 300C llegó al mercado en 2004, se comercializó en Europa bajo la marca Chrysler. Pero en 2009 se produjo un importante acontecimiento, como fue el de la compra de Chrysler por parte de Fiat.
Como consecuencia de esta operación, nació el Grupo Fiat-Chrysler Automobiles (FCA), actualmente integrado en Stellantis, y Fiat se convirtió en el sexto fabricante del mundo en ese momento. A partir de ahora, Sergio Marchionne, que lideraba el Grupo Fiat, se convirtió en nuevo CEO de Chrysler.
El resultado de estos cambios empezó a verse pronto en la gama de modelos de las marcas. Lancia, que en aquellos años contaba con una gama de productos algo desactualizada, empezó a comercializar los coches de Chrysler, pero adaptados al gusto europeo, introduciendo motores más eficientes, acabados más cuidados y comportamiento mejorado.
De esta guisa, nació el Lancia Thema, aunque no fue el único: el Chrysler Voyager pasó a ser el Lancia Voyager y el Chrysler 200 Convertible pasó a ser el Lancia Flavia, un nombre que Lancia recuperó de otro descapotable de los años 60.
Pero lo cierto es que Lancia fue la marca que salió peor parada del recién creado grupo automovilístico, con una gama reducida a los modelos de Chrysler readaptados, a los que había que añadir el Lancia Delta, que ya se comercializaba desde 2008, y la segunda generación del Lancia Ypsilon que llegó en 2011.
Lancia Thema, cuando el Chrysler 300C se vistió con un traje italiano
Con el Lancia Thema, la marca italiana recuperaba otra denominación importante que utilizó la mítica berlina producida entre 1985 y 1994, en cuya gama destacaba la famosa versión 8.32, con un equipamiento especial y un motor V8 de 32 válvulas procedente del Ferrari 308, con 215 CV.
El nuevo Lancia Thema era el sustituto del Thesis, posiblemente, la última gran berlina que ha construido Lancia, cuyo diseño sigue enamorando todavía hoy, aunque no es el asunto que nos compete ahora.
Bastaba un rápido vistazo para darse cuenta de que el Thema no era más que un Chrysler 300C con traje italiano. El diseño era, prácticamente, el mismo que el de la berlina norteamericana que recibió una actualización aquel mismo año (2011). La única diferencia, claro está, era que lucía los logos de Lancia.
Aunque, en realidad, el Lancia Thema era más distinto de lo que a simple vista podía pensarse. Como hemos mencionado más arriba, los modelos de Chrysler que se vendían en Europa bajo la marca Lancia tenían mejores acabados.
La berlina italiana incluía asientos calefactados y ventilados tapizados en piel Nappa, un salpicadero forrado en piel y algunas molduras de madera en las puertas, el volante y la consola central, que le aportaban un aspecto más premium.
Por tamaño y prestaciones, el Lancia Thema competía directamente con rivales de la talla del Audi A6, el BMW Serie 5 o el Mercedes Clase E, así que tenía que cuidar mucho los acabados y el equipamiento.
Motores de seis cilindros y tracción trasera
Pero, para competir con los ‘cocos’ del segmento de las berlinas premium, no basta sólo con buenos acabados y diseño, también hace falta motores potentes y un comportamiento a la altura.
En este sentido, otro de los cambios que introducía el Thema era unos motores desarrollados por VM Motori y Fiat Powertrain que cumpían con la normativa Euro V vigente entonces.
La gama quedaba estructura en tres opciones, una de gasolina y dos diésel (en aquella época todavía mandaba el diésel), todas de seis cilindros en V. Los dos motores diésel eran de 3.0 litros turbo, con 190 y 225 CV, mientras que el de gasolina era un contundente 3.6 litros de 292 CV.
Inicialmente, las versiones diésel iban asociadas a un cambio manual de cinco relaciones y la de gasolina a un cambio automático de ocho relaciones, firmado por ZF. Más adelante, el cambio automático se extendió también a los motores diésel. La tracción era siempre a las ruedas traseras.
Suave y silencioso
Al volante, una de las características del Lancia Thema era lo bien aislado que estaba del exterior. Los ingenieros italianos trabajando en los pasos de rueda para minimizar los ruidos de la rodadura, lo que permitía viajar con absoluto silencio.
Además, con respecto al Chrysler 300C, montaba un nuevo esquema de suspensiones con amortiguadores más rígidos que proporcionaban un comportamiento muy neutro y evitaba los molestos balanceos de la carrocería.
A todo esto, hay que añadir el buen funcionamiento de los motores diésel, que eran los más demandados claramente. Propulsores que destacaban por su suavidad y refinamiento, así como por su elasticidad. Quizá, lo peor era el cambio, cuyos desarrollos largos impedían exprimir toda la potencia del motor, pero a cambio permitía conseguir consumos más ajustados.
En definitiva, el Lancia Thema era un producto mucho más redondo que el Chrysler 300C, aunque, estéticamente, no dejaba de ser la berlina americana vestida con un traje de Loro Piana.
Sin embargo, la marca italiana estaba ya en un momento delicado y el Thema dejó de fabricarse en 2014, igual que el Voyager y el Flavia. A partir de ese año, Lancia dejó de tener presencia en todos los mercados, excepto en Italia, donde sólo ha comercializado durante estos años el Ypsilon. Ahora, la marca está a punto de volver.
Etiquetas: Grandes Historias, Berlinas
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