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La historia del alerón delantero que montó una vez un Lamborghini Countach

Alerón delantero del Lamborghini Countach

El Lamborghini Countach tuvo un alerón delantero que no resultaba muy estético y rompía por completo las fluidas líneas de la carrocería. Sólo estuvo disponible en Estados Unidos y se debía a una normativa de seguridad.

Uno de los coches más espectaculares jamás construido en la historia del automovilismo es el Lamborghini Countach. Ni siquiera el modelo más moderno salido de Sant’Agata Bolognese impresiona tanto como lo hace todavía, tantas décadas después, el deportivo que diseñó Marcello Gandini. 

Algunos, los más puristas, prefieren la versión original, sin el ostentoso alerón trasero. Otros, en cambio, se decantan por esta última, que le da una apariencia aún más radical, aunque rompe un poco la armonía de las espectaculares líneas del coche

Sin embargo, una década después de su lanzamiento, el Lamborghini Countach recibió un segundo alerón, esta vez, colocado en el frontal. Un alerón delantero que rompía por completo las fluidas líneas de la carrocería, aunque sólo en Estados Unidos. Esta es la historia de ese alerón delantero que una vez montó el Lamborghini Countach.

La historia del alerón delantero que montó una vez un Lamborghini Countach

El alerón delantero en el Lamborghini Countach apareció, por primera vez, en la famosa película ‘Los locos de Cannonball’, en cuya introducción salía un Countach negro a toda velocidad por una autopista de Estados Unidos, mientras un coche de policía intenta, sin éxito, alcanzarlo.

Ese Countach tiene un alerón delantero que no lucía las versiones europeas. Desde entonces, Lamborghini introdujo el famoso alerón frontal en las unidades destinadas al mercado norteamericano.

Lamborghini Countach 'El lobo de Wall Street'

La razón de esta incorporación que modificaba por completo el aspecto del deportivo italiano estaba relacionada con una normativa de seguridad de la NHTSA, la DGT estadounidense. 

En aquella época, el regulador americano establecía que los faros no podían quedar a una altura muy baja, de manera que no pudieran romperse con un impacto a menos de 7 km/h. Es decir, lo suficiente para que se rompa un faro por alcance de otro vehículo en una maniobra de aparcamiento, por ejemplo. 

De manera que, para que Lamborghini pudiera vender el Countach en Estados Unidos, tuvo que incorporar el alerón delantero que servía de protector. También hubo versiones que incluían unas defensas en el paragolpes frontal, pero el resultado era aún más antiestético.

El caso de Citroën

Citroën SM americano

Esta normativa de seguridad en Estados Unidos afectó a otras marcas como Citroën, que no pudo comercializar modelos como el CX o el DS al otro lado del charco, debido a que la suspensión hidroneumática dejaba el coche a un palmo del suelo cuando permanecía estacionado, dejando los grupos ópticos expuestos a los golpes. 

La excepción fue el Citroën SM, que sí tuvo una versión para Estados Unidos, aunque muy poco agraciada en lo estético. Para poder introducirlo, la marca francesa tuvo que modificar el frontal, sustituyendo los seis faros rectangulares por cuatro redondos y aumentando el tamaño del paragolpes. 

A esto se sumaba que los coches debían llevar forzosamente lentes de tipo Sealed Bean, un tipo de faro que no tenía bombilla, sino que el propio faro era bombilla a la vez, todo ello envasado al vacío.

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