Camiones eléctricos, todo lo cerca y lejos que estamos de verlos rodando por nuestras carreteras

Actualmente, las políticas verdes, eso que se ha llamado Green Deal, ocupa los primeros puestos en la agenda política, principalmente, en Europa, lo que ha llevado a apostar fuerte por el coche eléctrico y prohibir los coches de combustión en 2035. Pero la descarbonización del transporte, como se pretende, pasa por cualquier solución de movilidad, lo que incluye también a los camiones.

De todas las emisiones de CO2 que genera el transporte terrestre, la mayor parte (cerca de un 10% de las emisiones mundiales) procede de los camiones pesados que cubren largos trayectos transportando todo tipo de mercancías. Para reducir este impacto medioambiental, los camiones eléctricos pueden ser una buena solución.

En los últimos años se han realizado numerosos estudios para implantar vehículos que reduzcan los daños medioambientales, como camiones híbridos y eléctricos que sustituyan a los actuales impulsados por motores diésel. 

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Ya existen algunos prototipos de camiones eléctricos que ha realizado con éxito numerosas pruebas. Pero la transición a los camiones eléctricos está siendo más complicada de lo que se pensaba en un principio. 

A continuación, te vamos a hablar de la situación actual de los camiones eléctricos, todo lo cerca y lejos que estamos de verlos circular por nuestras carreteras, así como su ventajas y desventajas.

Camiones eléctricos, ¿realidad o un sueño?

Los camiones eléctricos plantean muchos más problemas que los coches eléctricos, por motivos que todos podemos imaginar. Son vehículos muy grandes y pesados que cubren enormes distancias para transportar cualquier mercancía. Electrificar eso supone un gran desafío. 

Como hemos señalado antes, ya hay algunos prototipos de camiones eléctricos que ha realizado con éxito numerosas pruebas, como el Tesla Semi, uno de los primeros camiones eléctricos que aparecieron, allá por 2017, y que pudo recorrer más de 1.700 kilómetros en un solo día. 

Eso sí, lo hizo después de hacer tres paradas para recargar la enorme batería, de entre 850 y 900 kWh, en estaciones de carga de 750 kW que permitía pasar del 20 al 100% de capacidad en una hora.

Otras marcas, como Mercedes-Benz, están trabajando también en el desarrollo de camiones impulsados por baterías. Tenemos el ejemplo del Mercedes eActros 600, que homologa 500 kilómetros de autonomía, y el Nikola Tre BEV con hasta 530 kilómetros de alcance. 

Pero son valores que están muy lejos de los que tienen actualmente los camiones propulsados con motores diésel, que pueden recorrer hasta 2.500 kilómetros con un depósito.

Las limitaciones de los camiones eléctricos

Aquí vemos ya las limitaciones de los camiones eléctricos. Por un lado, la autonomía, y eso a pesar de que están equipados con baterías enormes que multiplican por ocho o nueve la batería más grande que pueda tener un automóvil eléctrico actual.

Esto ya es un primer freno, ya que es necesario extraer grandes cantidades de materias primas e invertir mucho dinero para fabricar una batería para un camión eléctrico. 

Por otro lado, está el asunto de la ausencia de una infraestructura de recarga adecuada, con cargadores ultrarrápidos, así como la existencia de una red eléctrica débil. Todo esto genera dudas sobre la posibilidad de electrificar todo el parque de camiones y si el suministro actual podría abastecer toda una flota.

Hay muy pocos cargadores en Europa que puedan suministrar potencias de carga de entre 750 y 1.500 kW y las que hay están en fase de pruebas. Y en Estados Unidos ocurre tres cuartos de lo mismo. 

Todo esto hace que la alternativa de la pila de combustible de hidrógeno gane fuerza, una posibilidad que también se está estudiando en paralelo y que ha recibido un notable impulso en China. 

Qué ventajas ofrecen los camiones eléctricos

Con respecto a los actuales camiones diésel, la principal ventaja (y la más obvia) de los camiones eléctricos es que son menos contaminantes, ya que no expulsan emisiones por ningún tubo de escape. 

Como ya hemos subrayado muchas veces en AutoBild, el impacto medioambiental no hay que pedirlo solamente durante el uso del vehículo, sino en todo su ciclo, desde que se fabrica hasta que termina su vida útil. 

En el caso de los coches eléctricos, esa huella de carbono no siempre es menor que, por ejemplo, en un coche diésel. Para compensar la contaminación producida durante su construcción, así como la diferencia de precio con respecto a un vehículo térmico, es necesario usar mucho el eléctrico y hacer muchos kilómetros, algo que rara vez ocurre en la mayoría de los usuarios de un eléctrico.

En cambio, este escenario no se daría en los camiones eléctricos, ya que son vehículos que están diseñados para cubrir largas distancias. Por tanto, la huella de carbono sí sería mucho menos que en los camiones diésel.

Otra ventaja de los camiones eléctricos frente a los diésel es la reducción en costes de combustibles, algo que está estrechamente relacionado con lo dicho anteriormente. 

El precio del diésel es alto, a pesar de que ha bajado con respecto a cuando inició la guerra en Ucrania. Esto supone un alto coste para las empresas del transporte. Según algunas estimaciones, el coste de cargar un camión eléctrico sería un 20% más barato que llenar un depósito de gasóleo. 

Y, en tercer lugar, los camiones eléctricos tienen la ventaja de ser muy silenciosos, lo que mejora el confort a bordo. En el caso de los camiones que desarrollan su actividad en las ciudades, al reducir los niveles de ruido pueden moverse en horario nocturno, lo que ayuda a la descongestión del tráfico y a reducir la contaminación acústica.

Y las desventajas

Los camiones eléctricos también tienen algunos inconvenientes, principalmente, tres. El primero ya lo hemos dicho antes: la autonomía. Para que puedan recorrer muchos kilómetros, necesitan baterías muy grandes y pesadas que aumentan la tara del vehículo y los costes de producción.

El segundo problema tiene que ver con los tiempos de recarga, algo que afecta, especialmente, al transporte pesado. Estos camiones cubren distancias enormes y requerirían varias horas para recargar la batería, lo que retrasaría las entregas. 

En este sentido, es muy significativo lo que dijo el asesor científico de Toyota y CEO del Toyota Research Institute, Gill Pratt, en el Kenshiki Forum 2022, un foro que organizan cada año Toyota y Lexus Europa para dar a conocer sus estrategias para el futuro inmediato.

Sobre los camiones eléctricos, Pratt dijo que “para competir con el diésel, un camión europeo grande típico necesita alrededor de un megavatio-hora de almacenamiento de energía propulsora. Esto es diez veces lo que requiere un coche eléctrico liviano de largo alcance”. 

“Los camiones europeos tardan unos seis minutos en llenarse con un surtidor típico de combustible, mientras que un camión eléctrico comparable tarda 60 minutos. Por lo tanto, para manejar la misma demanda, cada bomba diésel deberá ser reemplazada por diez cargadores eléctricos, cada uno con una potencia diez veces mayor que un cargador eléctrico liviano, para una potencia promedio total de diez megavatios”, añadió.

Por último, todo esto nos lleva al tercer inconveniente de los camiones eléctricos, que no es otro que la infraestructura necesaria para establecer estaciones o puntos de recarga ultra potentes para satisfacer toda la demanda de energía necesaria.