Comparativa: Nissan Qashqai vs Mazda CX-30 y Subaru XV

El nuevo Nissan Qashqai tiene que demostrar su evolución frente a sus dos compatriotas, que ya pueden presumir de algunos años de experiencia. La segunda generación del Subaru XV ha estado en el mercado durante unos buenos tres años.

El Mazda CX-30, que no debe confundirse con el CX-3 más pequeño, también ha estado en nuestras carreteras durante dos años.

En cuanto a calidad, ninguno de los tres defrauda. Mazda agrega la mejor guinda del pastel al diseño de interiores y se ve más elegantemente procesado aquí. El CX-30 podría haber acumulado aún más puntos si hubiera suprimido mejor el traqueteo y el crujido en las carreteras en mal estado.

Sobre todo, es el Subaru el que destaca aquí, con sus fabricantes apretando todos los tornillos a conciencia, con miras a su clientela habitual conocedora del todoterreno.

Cualquiera que tenga reservas sobre el manejo del infoentretenimiento del antiguo Qashqai puede simplemente tirarlas por la borda. Obviamente, Nissan ha hecho un esfuerzo para hacer que todo el sistema sea más intuitivo y más fácil con una gran pantalla central, el grupo de instrumentos digitales nítidos y un menú de navegación claramente estructurado. 

Algunos conductores del Subaru podrían sentirse abrumados fácilmente por la gran cantidad de botones e interruptores en el volante. Pero con un poco de adaptación, enseguida estarás manejando con cierta fluidez los elementos de control. 

El CX-30, al igual que el Qashqai, intenta no confundir al conductor, aún ofrece la ventaja de un control de volumen giratorio y poca distracción y, por lo tanto, obtiene la mayor cantidad de puntos en términos de usabilidad.

Espacio interior

El Mazda tiene un ajuste eléctrico para el asiento del conductor y una posición de asiento correcto, pero el menor espacio en la parte delantera. También encontramos una cómoda posición para sentarse en el Nissan, que también está decorado con buen gusto. Solo unos pocos revestimientos de plástico algo sencillo molestan.

El espacio y la posición del asiento también son buenos en el Subaru, aunque los asientos carecen de apoyo lateral en la zona superior.

En el Subaru, algunos componentes del sistema híbrido se ubican debajo del maletero y reducen el volumen total (340 a 1173 litros). Con 79,5 centímetros, el umbral de carga es el más alto en esta comparación.

El Mazda cubica entre 422 y 1398 litros, pero con mucho, el maletero más grande de la prueba tiene el Qashqai: de 504 a 1.593 litros. Los tres competidores ofrecen un piso de carga plano, y los asientos traseros se pliegan en una proporción de 60:40. 

¡En marcha!

Los tres motores de cuatro cilindros beben  gasolina, pero eso es casi todo lo que tienen en común.

El Mazda (150 CV, 213 Nm) monta un bloque atmosférico como acostumbra la marca, el Subaru (150 CV, 194 Nm) su típico bóxer que recibe soporte eléctrico (17 CV, 66 Nm), y el Nissan tiene un turbo de cuatro cilindros ligeramente híbrido (158 CV, 270 Nm).

Es sorprendente que el XV (híbrido completo) no pueda lograr ninguna ventaja de consumo, al contrario: en nuestra prueba ha sido el más sediento 8,7 l/100 km.Los otros dos contendientes están a la par: tanto el Qashqai como el CX-30 se las arreglaron con una media de 7,8 l / 100 km.

El Nissan y el Subaru usan transmisiones CVT, pero los sistemas difícilmente se pueden comparar al conducir. Debido a que el Qashqai simula marchas fijas sin excepción, la traducción y la propulsión siempre están acopladas entre sí, lo que generalmente se percibe como más agradable.

El típico efecto de goma elástica de la transmisión Subaru CVT, en cambio, a veces se hace molesto. 

Y Mazda solo nos pudo entregar para esta prueba el CX-30 con caja manual. Los cambios de marcha cortos son divertidos, pero el atmosférico de bajo par a menudo pide que lo subas de vueltas, especialmente cuando buscas velocidades elevadas. No es lo más cómodo del mundo, aunque por suerte el manejo de la palanca es una delicia. 

Con su suspensión mucho más firme, gracias a sus frenos contundentes y la dirección más comunicativa, el CX-30 se posiciona claramente como un felino del asfalto. La tendencia ya mencionada al traqueteo también se debe a sus muelles y amortiguadores más duros. 

El otro extremo está el XV, que se esfuerza demasiado por aislar a su conductor. Eso es relajante, pero poco estimulante. Domina los baches incluso con un poco más de confianza que el Qashqai, que alcanza en cambio el mejor equilibrio entre dinamismo y confort, sin excederse en ninguno de los dos aspectos. 

Conclusión

3er puesto: Subaru XV 2.0ie AWD. El XV relajado ofrece un buen confort de suspensión y es el mejor para salirse del asfalto por caminos de tierra. Híbrido, pero tragón. 

2do puesto: Mazda CX-30 e-Skyactiv G 2.0 M Hybrid 150 AWD. El CX-30 convence por su dinamismo, su interior refinado y su  atractivo precio.

1er lugar: Nissan Qashqai 1.3 DIG-T MHEV AWD. Ofrece mucho, y eso le da la victoria: espacio, comodidad, seguridad y el mejor sistema de infoentretenimiento.