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Comparativa: Mazda CX-3 diésel vs CX-3 gasolina, ¿cuál comprar?

Comparativa Mazda CX-3 diesel o gasolina
Bienvenidos a la segunda ronda de nuestra gran comparativa de diésel contra gasolina. Esta vez enfrentamos una pareja más: Mazda CX-3 diésel o gasolina.

Sorprende que Mazda siga apostando por el diésel en esta categoría. Y es que el Mazda CX-3, con su elevada posición al volante puede pasar por SUV a primera vista y se ha granjeado una fiel legión de fans capaces de renunciar a algo de desahogo en las plazas traseras. Pero estos fans, normalmente se vuelven locos por otra especialidad de Mazda antes que el diésel: su motor gasolina, que mantiene el sabor genuino, contrario a la moda del downsizing. Comparativa: Mazda CX-3 diésel o gasolina, ¿cuál comprar?

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En nuestra comparativa vamos a enfrentar a dos motores disponibles en la gama del Mazda CX-3. Por un lado, un motor de gasolina Skyactiv-G de 2.0 litros con 121 CV de potencia y 207 Nm de par motor, mientras que, por otro, un bloque diésel de 1.8 litros Skyactiv-D de 115 CV y 270 Nm de par motor, ambos asociados a cambios manuales de seis velocidades y tracción delantera.

Vídeo: así es el actual Mazda CX-3:

Comparativa: Mazda CX-3 diésel o gasolina, ¿cuál comprar?

Y es que, mientras en esta categoría lo que se lleva son los apretados motores de tres cilindros con turbocompresor, Mazda sigue optando por el camino clásico. El Skyactiv-G aún tiene cuatro cilindros, dos generosos litros de cubicaje y prescinde de la sobrealimentación. Esta rareza quizás suena demasiado, pero también hace que este CX-3 sea más impetuoso y vaya más desahogado que la competencia de pequeña cilindrada. Así, no hace falta esperar a que entre el turbo en escena y los 121 CV dan de sobra para mover este coche. Y si en algún momento no es así, basta con cambiar de marcha, algo a lo que no harás ascos, porque tiene una palanca de recorridos cortos y precisos, que es una delicia.

Pero un motor con mayor cilindrada tiene su lado malo: rodando rápido por autopista, los 7,4 litros que hemos medido en nuestro test se pueden mejorar con facilidad. Y si te pasas con el acelerador no es raro que el consumo suba de los 9,0 litros. 

¿Por eso debemos descartar el gasolina? El diésel es 1.200 euros más caro y, a pesar de su baja compresión, la respuesta es un tanto ruda. Sus escasos 5,6 litros de consumo hablan a su favor. En su contra, resulta que el gasolina -típico de Mazda- tiene un valor residual elevado, de modo que el diésel no se amortiza hasta los 48.000 kilómetros. Como constatan las ventas: la mayoría se decanta por el gasolina.  

Ganador: Mazda CX-3 gasolina

Este gasolina es una maravillosa rareza entre tanto motor pequeño con turbo: un bloque grande y atmosférico como los de antes hace que el CX-3 sea un coche brioso muy valorado como usado. 

Etiquetas: Guía de compra

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