Comparativa: Honda Jazz e:HEV 1.5 i-MMD Hybrid vs Hyundai i20 1.0 T-GDI 48V-Hybrid

El Honda Jazz siempre ha parecido un pequeño monovolumen, y el lavado de cara no cambia eso. El parabrisas está muy adelantado y crea una sensación de amplitud.

El Hyundai i20, siete centímetros más bajo, parece a primera vista menos espacioso, los ocupantes delanteros se sientan 2,5 centímetros más cerca del suelo y, sin embargo, se sienten más cómodos. Y así es como sucede: los asientos del Hyundai se pueden desplazar cinco centímetros más atrás, lo que permite a los conductores altos tener una posición más relajada.

Diseño interior

A 58 centímetros del suelo, en el Honda nos sentamos elevados casi como un SUV, y la carrocería de 1,53 metros de altura todavía ofrece mucho aire por encima de la parte superior. Ofrece un poco más de espacio para las piernas en la segunda fila, aunque el respaldo es un poco vertical de más.

El i20 tiene unos cuatro centímetros más de ancho interior, lo que sin duda agradecerán los huéspedes de complexión más grande o quienes ocupen las tres plazas del asiento trasero.

El cockpit digital tiene 10,25 pulgadas, las mismas que la pantalla táctil del medio, trae varios modos de conducción de serie; el volante deportivo con levas de cambio forma parte de la versión N-Line.

El Hyundai tiene botones reales para volumen y aire acondicionado. El control por voz es más comprensible que en Honda: además del sistema de navegación, la radio y el aire acondicionado también reaccionan a tus palabras.

En el Jazz, el cockpit es fácil de ver y usar, y la calidad general es buena. El sistema multimedia se controla a través del monitor táctil, pero tiene botones fijos y superficies capacitivas para las funciones más importantes, y tres grandes botones giratorios se encargan del clima.

Consumos

Al conducir, el Jazz se comporta como sugiere su forma de monovolumen: no muy dinámico, pero sí cómodo y, sobre todo, económico. El consumo de prueba de 4,9 l/100 km significa una autonomía de 810 kilómetros. Nuestro consumo en el modo más ahorrador fue de 3,4 litros, sin duda una cifra asombrosa.

Definitivamente, esto no lo consigue el Hyundai. El turbo de tres cilindros consumió en la prueba 7,1 litros y puede recorrer 560 kilómetros sin parar; incluso en nuestra conducción más económica necesitó 5,8 litros.

Comportamiento

Y el Hyundai de 120 CV ni siquiera es más rápido. En el 0 a 100, pierde 1,4 segundos frente al japonés parcialmente electrificado, que también puede recorrer distancias cortas de forma puramente eléctrica y proporciona un impulso notable, especialmente en la parte inferior del cuentavueltas. 

Y a pesar de una velocidad máxima más alta, 185 frente a 175 km/h, el i20 también se queda atrás hasta los 160 km/h, nada menos 2,1 segundos. Definitivamente no es una cuestión de báscula: ambos coches pesan poco más de 1,2 toneladas.

Una de las razones de esto es el doble embrague bastante lento del i20, que provoca retrasos repetidamente. Para Hyundai es casi vergonzoso, porque el N Line tiene un sonido de escape deportivo y sonoro en todas las situaciones, que no encaja en absoluto en el 90 por ciento de su uso.

La transmisión automática de variador continuo del Jazz simplemente actúa de manera más alerta, incluso si muestra el comportamiento típico de una CVT bajo carga: primero gime fuerte y luego acelera.

La puesta a punto suave y bastante cómoda del Jazz es mucho más adecuada para un coche pequeño, aunque a veces se balancee más de lo deseado al tomar curvas rápidamente.

El acabado N Line del Hyundai ofrece algo de brillo deportivo, pero las llantas de 17 pulgadas también tienen un costo en términos de comodidad. El ajustado i20 se inclina poco en las curvas, pero nos levanta desagradablemente del asiento en baches cortos y se inquieta constantemente en pisos en mal estado.