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La increíble historia del Citroën Saxo eléctrico

La increíble historia de Citroën Saxo eléctrico

80 kilómetros de autonomía.

Aunque ha tomado un mayor impulso en los últimos años, gracias al apoyo recibido desde diferentes autoridades políticas, el desarrollo del coche eléctrico viene de mucho más atrás. Un claro ejemplo es la increíble historia del Citroën Saxo eléctrico.

El coche eléctrico lleva mucho más tiempo con nosotros de lo que pensamos. Y no vamos a referirnos a los inicios de los vehículos eléctricos, cuyo origen es casi paralelo al nacimiento del propio automóvil, como todo el mundo sabe. 

Hoy volvemos a la década de los 90, esa época de chaquetas bombers, pantalones anchos y zapatillas de colores, justo cuando se cumplen hoy 30 años del inicio de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992

 

En aquellos años, la industria del automóvil empezó a tomarse más en serio esto del coche eléctrico, como demostró Fiat, con el Panda Elettra. Precisamente, el Citroën Saxo eléctrico fue la respuesta francesa a los italianos. 

El Saxo Electrique, como era su nombre comercial, fue el resultado de parte de un programa piloto de Citroën, a cargo de miembros de empresas públicas y privadas, para estudiar la viabilidad de los coches eléctricos en algunas ciudades francesas. 

Un programa de investigación 

 

El Citroën Saxo eléctrico llegó al mercado en 1997. Sin embargo, el proyecto comenzó varios años antes e involucró tanto a Citroën como a Peugeot (PSA). De hecho, tres años antes, ambos fabricantes habían trabajado en el desarrollo del Citroën AX Electrique

El programa de investigación tenía como objetivo desarrollar un coche eléctrico sobre la base de la nueva generación de automóviles de la marca de los chevrones y el elegido no fue otro que el Citroën Saxo, lanzado al mercado en 1995. 

La increíble historia de Citroën Saxo eléctrico

La increíble historia de Citroën Saxo eléctrico

Dos años después de su lanzamiento, los ingenieros franceses empiezan a crear una particular versión eléctrica diseñada por el carrocero francés Heuliez. Estéticamente, resultaba muy difícil diferenciar un Saxo normal del eléctrico, salvo por la nueva trampilla del punto de recarga en la aleta derecha, algunas insignias distintivas y, por supuesto, la ausencia de tubo de escape.

En el interior, ocurría más de lo mismo. La cabina era exactamente igual que en el Saxo de motor de combustión. Las únicas diferencias estaban en la ausencia de la palanca de cambios y el pedal del embrague, así como la sustitución del cuentavueltas por un medidos de la batería

Cuando la aguja llegaba a la zona naranja (10%-20%), era recomendable recargarla. Si entraba en la zona roja (0%-10%), la batería estaba prácticamente agotada.

Una última diferencia: para accionar la marcha atrás, era necesario presionar un botón ubicado en el salpicadero.

Una mecánica modesta

La increíble historia de Citroën Saxo eléctrico

Entrando en el apartado mecánico, hay que decir que el Citroën Saxo eléctrico estaba a años luz de las prestaciones que puede ofrecer un vehículo eléctrico hoy en día, pero estaba en consonancia con lo que la tecnología de la época podía ofrecer.

Montaba un motor eléctrico de corriente continua, fabricado por Leroy-Somer y colocado transversalmente bajo el capó, unido a una transmisión que incorporaba el diferencial. El propulsor, refrigerado por aire, tenía un peso de solo 72 kilogramos y entregaba una potencia de 11 kW (15 CV) con picos de hasta 20 kW (27 CV). 

El par máximo era de 12,7 Nm y el motor podía girar con seguridad hasta las 8.000 rpm. Con esta configuración, el Saxo eléctrico podía alcanzar velocidades máximas de hasta 91 km/h.

El motor se alimentaba de una batería refrigerada por agua de níquel-cadmio, fabricada por SAFT y dividida en 20 monobloques, los cuales se distribuían entre el compartimento del motor y debajo del piso trasero. 

Su rival directo de la época, el Panda Elettra, ofrecía unas características similares: motor de 12 CV y una energía generada a partir de doce baterías de plomo de 6V. 

El Citroën Saxo Electrique contaba con un peso extra de 274 kilogramos con respecto a las versiones convencionales, debido al conjunto de las baterías, que alcanzaban los 13,7 kilogramos de peso por monobloque. 

Hasta 80 kilómetros de autonomía

La increíble historia de Citroën Saxo eléctrico

En cuanto a la autonomía del Saxo eléctrico, con una sola recarga era capaz de recorrer una distancia de hasta 80 kilómetros, dependiendo de las condiciones de circulación. Comparado con los rangos de autonomía actuales, resulta ridícula, pero era suficiente para realizar trayectos cortos en ciudad, para lo que estaba pensado.

En este sentido, el Panda eléctrico arrojaba una mayor autonomía, hasta 100 kilómetros. 

En lo que respecta a la recarga, el Saxo Electrique necesitaba ocho horas desde una toma de corriente doméstica o en 30 minutos desde un terminal especial.

Una de las particularidades del Citroën Saxo eléctrico es que los ingenieros conservaron el depósito de gasolina de la versión con motor de combustión. En realidad, el tanque se reemplazó por uno de 12 litros que se utilizaba para el sistema de calefacción de cabina de la marca Webasto.

El Saxo Electrique estuvo disponible tanto en versión de tres como de cinco puertas, e incluso hubo una variante de tipo comercial con dos plazas y un compartimento de carga más espacioso.  Se comercializó entre 1997 y 2003, pasando incluso por el restyling que sufrió el Saxo en el año 1999.

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