Grandes coches que no triunfaron: Opel Astra J GTC

Hubo un tiempo en que los compactos de tres puertas triunfaban en Europa. Un tiempo en que los conductores jóvenes (y no tan jóvenes) deseaban un coupé. Una época en la que las marcas generalistas rivalizaban por hacer el compacto más dinámico. Uno de los últimos de esa estirpe fue el Opel Astra J GTC, uno de esos granes coches que no triunfaron. ¿Por qué?

En 2009, Opel presentó la cuarta generación del Astra (denominada J), uno de sus productos más importantes y longevos. El nuevo Opel Astra estrenaba un nuevo lenguaje de diseño más moderno y presentaba importantes innovaciones técnicas, como el sistema de cámara ‘Opel Eye’, que permitía el reconocimiento de las señales de tráfico, los límites de velocidad y de las prohibiciones de adelantamiento. 

Además, incorporaba el sistema de faros AFL+, que posibilitaba que el Astra mirase a la vuelta de la esquina y atenuar automáticamente el haz de luz o cambiar a las luces largas si era necesario.

Por otro lado, utilizaba un chasis con tecnología adaptativa FlexRide y una nueva arquitectura del eje trasero que garantizaba una mayor manejabilidad y confort. Además, se beneficiaba de una nueva generación de asientos delanteros con el sello de calidad AGR, desarrollados siguiendo los últimos avances en materia de ergonomía.

Como era habitual, la cuarta generación del Astra llegó al mercado con varias carrocerías: una berlina de cinco puertas, otra familiar y otra coupé, denominada GTC, cuyo diseño difería de las otras dos. 

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Opel Astra J GTC (6 imágenes)

Uno de los pilares fundamentales del Opel Astra J GTC era su diseño. No consistía en una mera versión de tres puertas de la berlina, sino que contaba con una estética y personalidad propias. 

El Astra J GTC lucía unas líneas más suaves y formas curvas, que le daban un aspecto muy deportivo y musculoso, como se aprecia en los anchos hombros. Era 15 milímetros más bajo, tenía una distancia entre ejes 10 milímetros mayor y era más ancho de vías, 40 milímetros delante y 30 milímetros detrás, con respecto a la versión de cinco puertas.

El Astra GTC solo compartía con el resto de la gama las carcasas de los retrovisores y la antena de la radio. El resto era diferente. También eran exclusivos los juegos de llantas, de entre 17 y 20 pulgadas, con diseños específicos. 

Por otra parte, Opel trabajó para mejorar un aspecto en el que suspendía la anterior generación del Astra GTC: la habitabilidad. Lógicamente, se trataba de un coupé con las limitaciones que ello conlleva. Sin embargo, el interior era más amplio y el maletero más grande, con 370 litros. 

Motores turbo

El Opel Astra J GTC se estrenó con tres motores, dos de gasolina y uno diésel: un 1.4 Turbo de 140 CV, un 1.6 Turbo de 180 CV y un 2.0 CDTi de 165 CV, todos asociados a un cambio manual de seis relaciones y una automática opcional para el diésel.

Más adelante, la gama de completó con una versión de gasolina de acceso, con 120 CV, un 1.7 CDTi de 131 CV, un 1.6 CDTi de 136 CV y la variante más prestacional OPC.

Todos los motores estaban provistos del sistema Start&Stop, una de las grandes novedades en términos de eficiencia de la época. La versión de 140 CV anunciaba un consumo medio de 5,9 litros a los 100 km, mientras que el diésel homologaba 4,9 litros, aunque aquellas mediciones se conseguían mediante el viejo ciclo NEDC.

Otro punto importante del Astra J GTC tenía que ver con la suspensión. Delante no utilizaba el habitual esquema McPherson son las HiPerStruts, cuya construcción básica es similar a McPherson, pero tiene un brazo más, lo que permitía reducir el pivote de la dirección, la geometría y longitud del eje.

Por este motivo, el Astra coupé podía montar llantas más grandes, transmitiendo menos sacudidas, reduciendo las reacciones de la dirección y mejorando la capacidad de giro del coche. Le objetivo era tener una mayor precisión, estabilidad y tacto, al mismo tiempo que reforzada la estética del vehículo. 

En cuanto al eje trasero, montaba un eje semirígido con timonería de Watt, que Opel justificaba en lugar de usar un eje multibrazo por razones de espacio y por peso, asegurando que tenía un elevado confort y estabilidad. 

El ocaso de los compactos deportivos

El Opel Astra J GTC tenía muchos argumentos para convencer al público, empezando por su atractivo diseño. Aunque, todo hay que decirlo, esa deportividad visual no se trasladaba luego al asfalto.

Uno de los problemas que arrastró la cuarta generación del Astra fue el peso. La variante GTC superaba los 1.400 kg, lo cual condicionaba significativamente el aspecto dinámico del coche y mermaba las prestaciones de los motores (y el consumo). Pero no fue esto lo que hizo que el Opel Astra J GTC no triunfara. 

Hubo dos factores que impidieron un mayor éxito del Astra coupé: por un lado, los compactos de tres puertas ya estaban en decadencia. Un tipo de carrocería que había gozado de una enorme popularidad en las décadas anteriores ahora tenía mucha menos demanda. 

La segunda razón está conectada a la primera y seguro que te la estás imaginando: el auge de los SUV. A principios de la década de los 2010, los todocaminos y crossover comenzaron a cobrar mayor interés, mandando, poco a poco, al ostracismo otros segmentos como el de los monovolúmenes, las berlinas y los compactos de tres puertas. 

Ya en aquel entonces, algunos fabricantes renunciaron a la versión de tres puertas, pero Opel quiso ir en dirección contrario y seguir apostando por una variante más emocional. Hasta que llegó la siguiente generación en 2015 (el Astra K) y se olvidaron por completo de hacer una versión GTC.