A comienzos del nuevo milenio, Citroën se encontraba en plena fase de renovación de su gama. Una de las prioridades era encontrar un sustituto al Saxo, cuyo éxito había sido comedido, y el resultado nuestro protagonista de hoy. Hacemos un repaso al Citroën C3 antiguo y su evolución al actual.

Con el nuevo Citroën C3, la marca francesa quería convertirse en uno de los referentes en un segmento que ya comenzaba a ser pujante, como era el de los utilitarios. 

La prueba de que Citroën quería dominar los núcleos urbanos estaba en que creó no uno, sino dos modelos para reemplazar el Saxo: por un lado, el Citroën C2 y, por otro, el C3 del que hablamos hoy. 

Ambos estaban construidos sobre la misma plataforma y compartían motores, pero el C2 era más pequeño que el Saxo y tenía carrocería de tres puertas, mientras que el C3 tenía cinco puertas y era un poco más grande. 

Citroën C3 antiguo: Evolución al actual

El diseño del Citroën C3 antiguo, el de primera generación, fue obra de dos afamados diseñadores, Donato Coco y Jean-Pierre Ploué. El primero fue el responsable del superventas Citroën Xsara y el segundo creó el también popular Renault Twingo. 

El nuevo utilitario francés vio la luz en 2001 y presentaba cierta forma de huevo que evocaba, aunque remotamente, al mítico Citroën 2CV. Sus líneas compactas y redondeadas le daban un aspecto muy moderno. 

Por dentro, presentaba un aspecto sencillo, a la vez que original y moderno, con diferentes opciones de personalización. Como era habitual en la época, todos los materiales eran plásticos duros y de aspecto barato. Habría que esperar a la segunda generación para encontrar un habitáculo más cuidado. 

No obstante, la calidad de construcción era buena y todas las piezas transmitían la sensación de estar bien ajustadas, lo que proporcionaba una buena relación calidad-precio. 

El puesto de mandos era peculiar, ya que tenía un cuadro de instrumentos que combinaba un cuentavueltas analógico con un velocímetro digital. Los diferentes comandos estaban bien situados, pero los elevalunas se accionaban desde unos comandos ubicados en la consola central. 

En cuanto a la gama de motores, era muy variada y estaba compuesta por opciones simples, pero fiables. Se podía elegir con tres motores de gasolina, un 1.1 litros de 60 CV, un 1.4 litros de 75 y 90 CV y un 1.6 litros de 110 CV. 

Las versiones diésel eran cuatro, todas turbodiésel y con inyección directa: un 1.4 litros de 70 y 90 CV y un 1.6 litros de 90 y 109 CV. Más adelante, el 1.4 litros de 90 CV se sustituyó por otro de 1.6 litros y misma potencia. 

Todas las versiones equipaban un cambio manual de cinco relaciones, pero en 2004 apareció la opción de montar un cambio automático Sensodrive y un sistema Stop & Start’ para ahorrar combustible. 

El Citroën C3 Pluriel y C3 XT-R

Para potenciar las ventas del C3, la firma francesa amplió la gama con dos versiones especiales. La primera de ellas fue el Citroën C3 Pluriel, que tenía un techo de lona plegable eléctricamente y tenía la peculiaridad de que podían extraer los montantes y la luneta trasera, aunque la operación era un poco lenta e incómoda. 

En cuanto al C3 XT-R, se trataba de una variante que hoy llamaríamos crossover. Ya por aquel entonces, la industria del automóvil empezaba a interesarse por este tipo de vehículos. Tenía una mayor altura al suelo, protecciones de plástico negro a lo lago de la carrocería y barras en el techo. Esto nos resulta muy familiar hoy. 

Segunda generación del Citroën C3

La segunda generación llegó en 2009. Presentada en el Salón de Frankfurt, lucía un aspecto claramente más moderno, pero mantenía sus formas redondeadas y suaves. Incorporaba algunos rasgos de hermanos mayores, como el parabrisas panorámico del C4 Picasso, un recurso muy de moda en la época que creaba una mayor sensación de amplitud.

Estéticamente, cambiaba el diseño de los faros, especialmente, las ópticas traseras, que adoptaban una forma de búmeran. El habitáculo era un poco más grande y el maletero tenía 300 litros de capacidad, en la medida del segmento. 

Aunque creía con respecto a la primera generación, llegando a los 3,94 metros, la distancia entre ejes era la misma, 2,46 metros. También era un poco más ancho, con 1,70 metros, y algo más bajo, con 1,50 metros. 

El equipamiento incluía seis airbags, detector de presión de neumáticos, ABS y ESP, repartir electrónico de frenada, anclajes ISOFIX y luces diurnas. De manera opcional, podía añadir, de manera opcional, llantas de 17 pulgadas, pantalla táctil de siete pulgadas, volante forrado en cuero, climatizador y cámara de visión trasera, entre otros elementos.

En el aspecto mecánico, oferta de motores se componía del mismo 1.1 de 60 CV, un 1.4 de 75 o 90 CV y un nuevo 1.6 de 120 CV. La oferta diésel quedaba estructurada por un 1.4 de 70 CV y un 1.6 de 90 y 110 CV.

El Citroën C3 actual

El Citroën C3 actual es un restyling de la tercera generación, presentada en 2017. En este caso, la evolución del utilitario francés a nivel estético fue radical, pasando a convertirse en un vehículo a medio camino entre un crossover y un turismo.

Precisamente, la diferencia más evidente entre el Citroën C3 antiguo y el nuevo Citroën C3 2017 tiene que ver con su aspecto: presenta una imagen muchísimo más llamativa, tanto por fuera como por dentro, con unas posibilidades de personalización nunca antes vistas en el modelo. 

Hereda algunos rasgos del Citroën C4 Cactus, como los grupos ópticos divididos, y una parrilla en el que el logo de la marca se unía a las luces diurnas. La longitud de la carrocería aumenta hasta los 3,99 metros y la anchura hasta los 1,75, es decir, es unos seis centímetros más largo y dos más ancho que su antecesor. Lo que no cambia es la capacidad del maletero: 300 litros.

El interior luce un aspecto mucho más moderno, con acabados y calidades superiores, y un diseño minimalista en el que destaca la pantalla del sistema multimedia, desde la cual se controla aspectos como el audio, el navegador y el climatizador. 

En materia tecnológica, la evolución del Citroën C3 ha sido notable: uno de los principales gadgets que puede equipar es la ConnectedCAM, una cámara integrada en el retrovisor que puede enviar vídeos y fotos al teléfono a través de una aplicación. Aunque su principal función es recoger pruebas en caso de accidente, a modo de caja negra. 

La oferta de motores se compone actualmente de opciones de gasolina PureTech de tres cilindros, con 83 y 110 CV, y una diésel BlueHDi con 102 CV.