Prueba del VW Arteon R: para inconformistas que se quieran divertir

Si quieres desarrollar y vender bien un coche así, te enfrentas, para empezar, a dos retos casi tan enormes como el protagonista de este post: hacer una berlina, que sea de lujo y que además esté firmada por una marca generalista. ¿Cómo lograrlo? En esta prueba del VW Arteon R, analizamos si cumple con esos para inconformistas que se quieran divertir. 

Para empezar, ¿este público teórico del Volkswagen Arteon es el de padres de familia? ¿Ejecutivos? ¿Ministros? ¿Gente de a pie a la que le guste tanto la elegancia y las líneas más clásicas como las mayores dosis de tecnología, seguridad y lujo? ¿Personas que sientan que el automóvil es el enésimo aspecto de su día a día que tiene que ver con un marcado estilo de vida? 

Desde luego, sí a todo lo anterior, menos a lo de "gente de a pie", porque estamos hablando de una berlina de representación -del segmento D- que no todo el mundo se puede permitir ni con su precio de partida. Pero ya si nos centramos en su principal elemento diferenciador, que no es otro que la letra final de su apellido, el VW Arteon R se pone en unos nada despreciables 62.300 euros. 

Nada más verlo por fuera, su imagen es imponente, porque es una berlina con un diseño cuidadísimo, que denota mucho más dinamismo que el típico sedán de tres volúmenes, gracias a una conseguida fluidez de líneas y una parte final que casi recuerda más a un gran turismo tipo GT, con una zaga que apenas sobresale, ventanillas sin marco e integradas más propias de coupé,  altura al suelo reducida en 20 milímetros...

Además, el Arteon R cuenta con muchos toques deportivos en forma de ruedas, spoilers, salidas de escape... y, sobre todo, un motor especialmente potente para marcar la diferencia en nicho y tan a la contra de las tendencias actuales de un mercado en el que los SUV de todo tipo han dilapidado otros segmentos como las berlinas.  

Antes de arrancar, nos aseguramos de que todo el mundo podría ir comodísimo detrás con unas amplias butacas -aunque no puedes olvidar que estamos ante un coche grande pero deportivo-  (falta un poco de altura para la cabeza, eso sí,  y y las ventanillas son tan grandes que no bajan a tope) y un inusitado espacio para las piernas.  

Si abres la puerta, todo es calidad y dinamismo en este coupé de 4,87 metros. Los asientos son más 'prácticos' que confortables para ir rápido (si quieres) aunque tienes tantos reglajes a tu disposición que tampoco es que sea un drama su configuración. Y lo peor sería tratar de exprimir algo así y que encima adoleciera de falta de firmeza o de que no recogieran bien lateralmente. 

De hecho, siempre hemos recomendado la butaca ErgoComfort de Volkswagen para el conductor: grande, bien perfilado y con mucho apoyo a los lados, como ya te hemos contado más de una vez. ¡Y encima hasta la forma y las tapicerías son muy adecuadas, con esos tonos bicolor tan deportivos como elegantes, a juego con un azul exterior que combina a la perfección lo 'racing' con lo elegante. 

Este modelo también presume de poderse pedir con caja manual de seis velocidades, para los que se sigan pasando orgullosos de clásicos, pero hay que reconocer que el hecho de que esta unidad esté dotada de un DSG de doble embrague con 7 marchas le da un plus de dinamismo, confort y, sobre todo, efectividad, para que los 420 Nm a sólo 2.100 vueltas que proporciona su bloque TSI de 2.0 litros de 320 CV no se pierdan por el camino.

Ahora que ya me he acostumbrado a pesos y dimensiones, es tiempo de manipular la escasa botonería física que tiene (quizás, demasiado sensible, igual que la pantalla de infotainment) y pasar del modo Eco, al Confort y al Sport. Y disfrutar en carretera de una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 4,9 segundos que lo harían poder estirarse velozmente hasta una punta de más de hasta 270 km/h. 

Pero claro, para esta prueba del VW Arteon R, analizamos si cumple con esos para inconformistas que se quieran divertir. aquí no tenemos tramos de autopista sin límites de velocidad, como en Alemania. Así que hay que exprimir esas prestaciones en otro tipo de circunstancias. En otras palabras: que esa potencia extra tan holgada viene muy bien para no quedarse nunca rezagado, adelantar con seguridad en carreteras secundarias... 

En trazados muy revirados y estrechos, como en montaña, por ejemplo, sus dimensiones no se pueden esconder por mucha más potencia que le pusiéramos bajo el capó, claro está. Así que a veces cuesta un poco meterlo en curva por una mera cuestión de física. Y no parece que el Arteon haya sido pensado para ser un coche ratonero, acabe en R o no.  

Por último, redundamos en el precio: el VW Arteon R parte una buena cantidad de dinero, más de 60.000, pero a poco que le pongas algo de equipamiento extra, es fácil superar los 70.000 con demasiada rapidez... casi tanta como la que ofrece esta majestuosa berlina deportiva que, por otro lado, siempre se agradece que algún fabricante la siga ofreciendo para clientes que, por encima de todo, no que no se quieran aburrir.