Prueba: Volkswagen Arteon R-Line. Calidad de Passat, agilidad de Golf.

El Volkswagen Arteon tiene dos retos difíciles: por un lado, que te olvides del Passat (por mucho que compartan casi la mitad de los genes). Por el otro, plantar cara a berlinas de corte deportivo como el Alfa Giulia Veloce o el Opel Insignia GSi. Por eso nos hemos puesto al volante de la variante más dinámica. Prueba: Volkswagen Arteon R-Line.

El resto de los genes (y la propia plataforma) los comparte este coche con el Volkswagen Golf. De modo que, con este Arteon, que también lleva el genial motor de 280 CV, tienes algo así como un Golf más espacioso con el refinamiento del Passat, y el espíritu GTI. Tres en uno. Además, es un coche honesto: en nuestra prueba de aceleración de 0 a 100 km/h, hemos medido exactamente lo mismo que dice el fabricante: 5,6 segundos. 

VIDEO: Volkswagen Arteon, al detalle

Una berlina devoracurvas

Los frenos son los mismos que los del Golf R, le sientan maravillosamente a este Arteon: pasa de 100 km/h a 0 en solo 35 metros, y apenas necesita un poco más cuando están muy calientes. Son unos frenos potentes, estables y resistentes a las altas temperaturas. 
En carreteras de montaña, debido a sus mayores medidas, es algo menos ágil que un Golf R, pero en cualquier caso, es una de las berlinas de su tamaño más dinámicas y eficaces del mercado, gracias en parte a un tarado del chasis deportivo más firme en el acabado R-Line, que contiene muy bien los balanceos de la carrocería. A eso hay que añadir un ESP muy eficaz: en cuanto detecta el más leve subviraje en una curva, entra en acción corrigiendo la trayectoria frenando la rueda adecuada. ¿Resultado? Un comportamiento muy neutral en carreteras reviradas.

Por dentro, es un Passat en toda regla, y se beneficia por tanto de un habitáculo y un cockpit modernos y muy bien acabados, con la última generación del sistema infotainment, que se maneja a través de una generosa pantalla de 9,2 pulgadas, que tiene control gestual. 
Y una cosa sorprendente: con su amplio portón trasero, es incluso más práctico que un Passat. Meter bultos en su amplio maletero es una tarea de lo más sencilla. Por desgracia, también es más caro que su hermano de grupo. Y bastante tragón: Volkswagen da un consumo de 7,3 litros, pero en nuestro recorrido mixto hemos llegado hasta los nueve.