Probamos el Smart #3 Brabus: la versión más radical del SUV eléctrico

En medio de la (a veces tediosa) revolución de los coches eléctricos, hoy os traigo la prueba del Smart #3 Brabus. Un toque de emoción, algo más de picante... Como aquel meme del "Add a little bit of... Spice". Este SUV compacto de diseño coupé se convierte en un deportivo.

La pregunta clave es, como siempre, si este Smart valdrá la pena. Hay que dejar claro que ha sido concebido como un coche urbano de gran rango, aunque Brabus ha querido llevarlo un poco más allá. Por si te gusta salir los fines de semana a morder cunetas... Ya me entiendes.

El diseño del Smart #3: ¿Esto es un Smart de verdad?

Esto fue lo que dijeron algunos de mis amigos amantes del mundo del motor cuando les mostré el vehículo. ¿Moderno, verdad? Sin lugar a dudas. Presenta un diseño dinámico y elegante que, en el caso del Smart Brabus, gana un buen toque de agresividad.

Para empezar, el color de la carrocería se combina con molduras negras y muchos detalles en rojo. Salvo si escoges el acabado en naranja. Ahí, los inteligentes diseñadores de la marca alemana decidieron no poner rojo en la ecuación (que sin duda, hubiese sido horrible).

Tenemos un imponente parachoques frontal, con dos entradas de aire laterales y una llamativa parrilla a doble tonalidad. Una infinite light frontal enlaza ambas ópticas LED y envuelve a un amplio capó que se extiende en el lugar donde debería haber aletas. Por supuesto, una pequeña toma de aire al lado del lettering de Smart y una placa de Brabus en el lado izquierdo de la defensa.

Los toques específicos de la versión se encuentran en elementos aerodinámicos como los splitters frontales, las taloneras con la placa distintiva o el alerón, de mayor tamaño. Aunque la zona trasera se mantiene fiel a la versión estándar, con faros con efecto 3D y un notable difusor que ya era bastante deportivo.

Con unas dimensiones de 4.400 mm de longitud, 1.844 mm de anchura y 1.556 mm de altura, esconde un interior que sorprende, repleto de tecnología. Un habitáculo que evoca la sensación de encontrarse dentro de una nave espacial, con una consola central a doble altura, iluminación ambiental LED y muchos acabados metálicos.

El nuevo Smart #3 Brabus destaca por la presencia de abundante tela de alcántara en asientos y volante, junto a toques de piel en los paneles de las puertas y otras molduras. Siempre con costuras rojas, el color estrella del modificador, que hace gala de su emblema en los reposacabezas y el sistema multimedia. La sensación de calidad es muy grande, con acabados realmente buenos.

Además, cuenta con una pantalla multimedia de 12,3 pulgadas, con una interfaz clara y amigable. Su funcionamiento es ágil y es compatible con Android Auto y Apple CarPlay. También posee con un cuadro de instrumentos digital de 9,2 pulgadas y Head-Up Display. Aunque no hay controles físicos. Todo a través de la pantalla, algo que no me termina de gustar.

No me acostumbro a configurar hasta los retrovisores a través de la pantalla o a no tener un selector físico de modos de conducción. Ojo porque reitero que la pantalla sorprende con su rapidez y funcionamiento, pero no me gusta cambiar configuraciones en carretera. Menos si estoy en un tramo de montaña.

Un rendimiento salvaje con tracción total y 428 CV

Durante esta prueba del Smart #3, me dirigí directamente a por el Brabus por un motivo simple: experimentar las sensaciones que ofrece la edición más radical. Un SUV coupé con un centro de gravedad notablemente bajo debido al peso de su batería de 66 kWh. Equipado con dos motores eléctricos que suman 428 CV y 543 Nm de par con tracción integral.

Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 3,7 segundos gracias al Launch Control, con una velocidad máxima de 180 km/h. No requiere más porque su hábitat natural no es extremo, aunque sus capacidades se extiendan más allá, alcanzando aproximadamente 415 kilómetros de autonomía.

Inicié rápidamente el recorrido por las montañas y tramos mallorquines. Y lo más destacado fue sentir la ligereza del vehículo. Y hablamos de un peso de alrededor de 2.000 kg con mi compañero de copiloto. Y el bólido no vacila en las curvas ni se sentía torpe. Todo lo contrario, lo que me hace desear un buen día (o vacaciones) al equipo de ingenieros.

Aunque mantiene unas suspensiones relativamente cómodas, posee un toque de rigidez que se agradece. La entrega instantánea de potencia es impresionante y el sistema de frenado es sensacional, incluso cuando no hay cambios significativos en comparación con la edición estándar. Según los ingenieros, esto se debe a que su freno motor ya es lo suficientemente potente.

Además, los asientos deportivos son cómodos y firmes. Si bien, como en la mayoría de los vehículos eléctricos, las sensaciones con el volante son extrañas. Si te concentras, sabes que no estás recibiendo un feedback coherente del terreno y las reacciones del coche. Si te dejas llevar, te adaptas rápido.

Para aquellos que buscan una experiencia extrema, es posible desactivar las ayudas y el ESC (Control de estabilidad). De esta manera, al salir de las curvas y hundir el pedal de acelerador, empezará a sonar la banda sonora de Initial D. Es broma, pero derrapa con mucha facilidad. Y ojo en asfalto mojado porque podría ponerte nervioso (como nos pasó a nosotros).

¿Vale la pena el Smart #3 Brabus? ¿Cuál será su precio?

En cuanto a la autonomía, podemos afirmar que es más que suficiente para una conducción convencional. Sin embargo, el consumo medio de alrededor de 26 kWh a los 100 km en modo Brabus durante las primeras tres horas de conducción inicial es abrumador, teniendo en cuenta que el fabricante sitúa su media en unos 17 kWh/100 km. Pero es el precio de la felicidad, amigos.

La recarga de la batería admite hasta 150 kW de potencia en corriente continua, permitiendo alcanzar el 80% en apenas 30 minutos, lo cual es sensacional. ¿Y el precio? En España, se espera que no diste mucho del Smart #1 y supera con creces sus prestaciones y diseño, con un precio estimado de unos 50.000 euros para la edición Brabus (que aún no es oficial en España).

En su segmento, hay pocos competidores a su altura. La dinámica de conducción me recordó a la del Cupra Formentor VZ5. Con una entrega de potencia enérgica, sensación de ligereza, diversión... Y al mismo tiempo, utilidad en el día a día. Aunque, claro está, por el precio del Smart #3, solo podrías considerar el Cupra Formentor VZ e-Hybrid de 245 CV.