Prueba del Renault Koleos 2.0 DCI 175

Prueba del Renault Koleos 2.0 DCI, un coche con el que marca francesa busca una segunda oportunidad. No dieron con la tecla adecuada, es justo reconocerlo. En 2008 y ante la fiebre de los SUV, Renault decidió traerse de Corea el Samsung QM5. Era un coche diseñado en este país asiático, que tenía una estética y comportamiento que no encaja con el estilo europeo. Era evidente que no tenía el mismo ADN del resto de productos de la gama Renault. También decidieron traerse al Latitude, una berlina grande de origen coreano. ¿Resultado? Ninguno de estos coches encontró su hueco en Europa. 
Dos estrepitosos fracasos motivados por una decisión errónea. Estoy seguro de que a Carlos Ghosn no se le ocurrirá nunca más volver a aprobar una estrategia como esta. En Europa se compran coches por la estética y es evidente que el primer Koleos no levantaba pasiones. Los directivos de Renault quieren pasar página con el nuevo Koleos. Podrían haberle puesto otro nombre pero parece que quieren darle una segunda oportunidad a esta denominación. ¡Ánimo! Todo es posible. 

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Sobre todo si se hacen las cosas bien desde el principio. Es decir, utilizar la plataforma CMF-CD, que comparten coches como el Renault Kadjar o el Nissan X-Trail. Sí, básicamente, debajo del nuevo Koleos te vas a encontrar con la generación 2013 del X-Trail. La distancia entre ejes es la misma (2.705 mm) y los anchos de vías son muy parecidos. Por supuesto, comparten el mismo sistema de tracción que, a través de un embrague central, controla el envío la fuerza entre ambos ejes. Tiene tres modos de funcionamiento: en '2WD' el 100% de la fuerza va a las ruedas delantera, con '4WD Auto' se reparte la tracción entre los dos ejes de forma automática y '4WD Lock' para condiciones difíciles, ya que divide el 50% del par entre los dos ejes.   

Este sistema de tracción total lo desarrolló Nissan en 2001 con la primera generación del X-Trail y tomaba recursos del Nissan GT-R. Como puedes suponer, las capacidades en campo del Renault Koleos en versión de tracción total son superiores a las de muchos de sus rivales. Se nota que es un Nissan, marca con gran tradición en el mundo del 4x4. Por cierto, las versiones con tracción total tienen una mayor altura libre al suelo que las de solo tracción delantera: 210 frente a 190 milímetros.

¿Cómo funciona su nuevo cambio automático?

Otro de los detalles japoneses del Renault Koleos es el cambio automático por variador continuo X-Tronic. Renault no es muy dada a utilizar este tipo de transmisión y otros productos de su gama apuestan por el cambio automático de doble embrague EDC. Pero hay que reconocer que el X-Tronic tiene un funcionamiento muy suave, el salto de marchas se realiza con precisión y es posible hacer maniobras a baja velocidad sin necesidad de tener en el pie derecho el tacto de un cirujano con el bisturí (como sucede en los DSG de VW). El cambio por variador continuo es confortable en ciudad y solo muestra su punto flaco cuando realizas una conducción más decidida. Por ejemplo, si tienes que acelerar a fondo en el carril de incorporación de una autopista, notarás que pasan unas décimas hasta que el Koleos sale disparado. En estas condiciones, debería ser más instantáneo.  
Me ha sorprendido encontrarme el motor 2.0 dCi en el Koleos de 175 CV. Con la llegada del 1.6 dCi de 160, pensaba que los ingenieros de Renault habían jubilado a este veterano bloque. Probé el 2,0 litros diésel en 2009 sobre el Laguna III. En su momento, me pareció uno de los más interesantes de su segmento: suave, con un rendimiento brillante y con un nivel de vibraciones muy ajustado. Ahora, casi 10 años después, me vuelvo a topar con él en el Koleos. Ya no me parece una mecánica tan refinada, su rumorosidad es más elevada de lo que esperaba pero sigue ofreciendo unas prestaciones dignas a pesar de que, en este caso, va lastrada por un cambio automático que le resta algo de ímpetu.

Las prestaciones de este Renault Koleos

No obstante, he medido una correcta aceleración de 0 a 100 km/h en 10,1 segundos (9,5 s es la cifra oficial). Su capacidad de recuperación es adecuada y logra pasar de 80 a 120 km/h (este test simula el adelantamiento de un camión) en 7,9 segundos. El Koleos ofrece un nivel prestacional correcto, no es un cohete pero mantiene el tipo. Lo mismo te puedo decir del consumo medio. Gastar una media de 7,4 l/100 km no es el consumo de un mechero, pero si tienes en cuenta que este SUV pesa 1.747 kilogramos, este dato comienza a ser razonable. 
En lo relativo al comportamiento, el Koleos es muy equilibrado. No esperes el dinamismo de un Mazda 
CX-5, pero sí un SUV confortable que está dispuesto a hacer muchos kilómetros a tu lado. La suspensión está claramente orientada al confort, puedas circular por carreteras bacheadas y los amortiguadores se encargarán de minimizar las molestias en el habitáculo. La dirección tiene un tacto algo artificial, funciona de forma correcta pero no transmite pasión a su conductor. Algo que, por ejemplo, sí sabe hacer a la perfección el Alfa Romeo Stelvio.
En materia de seguridad, el Koleos viene con una gran dotación de serie (sobre todo esta versión Initiale Paris). No tendrás que pagar nada  por la alerta de colisión frontal, el aviso de presencia de un vehículo en el ángulo muerto o el indicador de cambio involuntario de carril. Por otro lado, la capacidad de este Renault es destacable. Es capaz de detenerse desde 100 km/h en 37,5 metros. Una distancia excelente para un coche de estas dimensiones.

Un interior que invita a viajar

Junto con el Skoda Kodiaq, el Koleos es uno de los SUV medios de mayor habitabilidad. Las plazas traseras del coche francés son excelentes. Hay hasta 990 milímetros de espacio para las piernas y lo normal es que los pasajeros disfruten de 885 milímetros (si los ocupantes de los asientos delanteros miden unos 1,77 metros de altura). La cota de altura en las plazas posteriores es de 99 centímetros. Así que los pasajeros más altos no tendrán problemas para viajar atrás.  
La parte delantera del Renault también es muy amplia. Hay compartimentos para dejar todo tipo de objetos en la consola central y los huecos de las puertas también son muy aprovechables. El conductor disfruta de una correcta visibilidad periférica y puede apreciar muy bien el final de la carrocería del vehículo. Además, los asientos son muy confortables. Como he probado la comentada versión Initiale Paris (la más lujosa), he disfrutado de unos asientos con aspecto de butacones (los franceses llevan haciéndolos así desde el Renault 25 Baccara) tapizados en cuero negro. El tacto de esta tapicería es muy agradable. Además, tienen ajuste eléctrico, son calefactables y, para rematar, tienen ventilación. Así que es un gusto comprobar cómo pasan los kilómetros y tu espalda no se resiente.

El acabado más exclusivo del Koleos también incluye el sistema 
R-Link 2, que merece este párrafo aparte. Lo analicé por primera vez en un Renault Talisman el año pasado, escribí que no me gustó por sus complejos menús y, ahora, tengo que reconocerte que le voy cogiendo el aire. No es el más intuitivo del mercado, me hace pensar demasiado cuando tengo que, por ejemplo, sintonizar una emisora, pero poco a poco lo voy controlando. Te recomiendo que antes de que conduzcas por primera vez el Koleos, estés durante 20 minutos estudiándote el R-Link 2. De lo contrario, te podrás distraer en exceso al escoger pequeñas funciones.
 Llega el momento de hablar de dinero. El Koleos 2.0 dCi Initiale Paris que aparece en estas páginas tiene un precio de 44.600 euros (sin opciones). ¿Demasiado dinero? Sí, ya que por 46.800 euros se pone a tiro un Audi Q5 2.0 TDI S tronic. Eso sí, el Renault viene con un completísimo equipamiento con el que ni sueña el alemán. Si te gusta el Koleos con el motor diésel de 175 CV, tracción total y cambio automático, una excelente opción es la versión Zen, que tiene un precio de 39.600 euros y un equipamiento muy correcto.