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Prueba del Mitsubishi L200... ¡con remolque!

L200 con remolque

No es una prueba de pick up al uso, sino enganchados a lo que habitualmente suelen llevar detrás estos vehículos: una Mitsubishi L200 con remolque

Diseño

Cuando Mitsubishi nos entregó la pick-up para esta prueba con remolque, quiso dejarnos claro que este tipo de vehículos con mucho más que sobrias mulas de carga: también pueden ser arrebatadores.

Nuestro Mitsubishi L200 llegó con una protección delantera, barra y cubierta de aluminio en el espacio de carga con piso extraíble y un espectacular amarillo neón con efecto de "metal pulido".

Eso hace que esta pick up llame la atención allá por donde pasa, pero al mismo tiempo significan casi 200 kilos de grasa extra a expensas del rendimiento y el consumo. Y aquí es precisamente donde el modelo, un facelift de la quinta generación desde finales de 2019, tiene peores cartas que su predecesor: por razones de gases de escape, el diésel anterior de 181 CV llamado 4N15 tuvo que dar paso al más pequeño 4N14.

Motor 

El pequeño motor trae un progreso notable en términos de consumo, tanto en la teoría como en la vida real. Y no solo en solitario, sino también con el remolque. Pero el placer de conducir y las prestaciones han sufrido notablemente: tanto en datos puros como de valores de conducción, el Mitsubishi ahora ocupa la parte trasera de su clase.

Es una pena, porque en términos de tecnología de propulsión sigue siendo el mejor de su clase: si nos abstraemos del modelo básico, todas las versiones L200 tienen la sofisticado "Super Select 4WD-II"; y combina las ventajas de una tracción total permanente, especialmente cuando se conduce en carreteras resbaladizas o invernales, con una efectiva reductora para conducción todoterreno complicada o pendientes extremas. El sistema también ofrece un modo 2WD: algunas personas prefieren conducir solo con propulsión trasera y por carretera.

Comportamiento

El motor no es especialmente ruidoso comparativamente, y en el caso de la unidad probada, incluso quedaba un poco ahogado por el sonido de rodadura de los enormes neumáticos todoterreno montados en llantas de 20 pulgadas. 

Pero a pesar de su tamaño, no influyen negativamente en la conducción: es cierto que la respuesta es un tanto rígida, pero es algo esperable en una pick up, y en general avanza de forma segura y con una buena estabilidad. Solo en asfalto muy accidentado la parte trasera se vuelve un poco nerviosa. 

L200 Lateral

Así que arrastrar un remolque no causa ningún problema. El motor más débil reacciona con un retraso al gas, y los cambios de la caja automática son un poco incomprensibles: a veces, la marcha baja permanece allí durante un tiempo innecesariamente largo, a veces no quieren cambiar a una marcha inferior para facilitar las cosas. 

Pero incluso en pendientes pronunciadas, la carga siempre se mueve de forma segura y fiable, aunque no sea muy rápido. Y lo hace en terrenos sueltos sin que las ruedas traseras patinen, gracias a la tracción total permanente.

Mitsubishi L200 todoterreno offroad exterior

Los  nuevos sistemas de asistencia, por cierto, solo intervienen cuando deben, y no llegan a ponerte nervioso.  El espejo retrovisor y la cámara trasera encajan perfectamente en este coche, y especialmente cuando llevas remolque; y si no te gusta el gancho rígido del coche de prueba, puedes optar por una cabeza esférica extraíble, o incluso un sistema intercambiable para acoplar opcionalmente un acoplamiento de anillo de camión.

Valoración

Nota8

No es una prueba de Pick up al uso, sino enganchados a lo que habitualmente suelen llevar detrás estos vehículos: una Mitsubishi L200 con remolque

Lo mejor

Tracción, comportamiento dentro y fuera del asfalto, capacidad de carga

Lo peor

El motor diésel se le queda un poco pequeño, automática un poco impredecible

Etiquetas: Todoterrenos, pick-up

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