Prueba Mini John Cooper Works: quien lo probó, lo sabe
Hay coches que están pensados para sacarte una sonrisa y este Mini JCW juega en esa liga. Ingredientes: 231 CV, poco peso, una zaga rebelde y muchos kilómetros de diversión.
Este tipo de coches se eligen con el corazón. Pueden hacer que tu cuenta corriente sufra, pero te aseguran calidad de vida y felicidad. El apellido John Cooper Works es sinónimo de kilómetros de diversión al volante y sólo es apto para conductores que busquen un poco de picante en su día a día.
La estética acompaña: mi unidad de pruebas cuenta con prácticamente toda la lista de accesorios y chucherías que Mini ofrece para su JCW.
Comparativa del Toyota GR86 y el Mini John Cooper Works: menos es más (diversión)
Estéticamente, luce un aspecto diferenciado con respecto a sus hermanos de gama: el frontal recibe un nuevo paragolpes con tomas de aire más grandes para refrigerar el motor, mientras que en la parte trasera el difusor y todo el paragolpes se ha rediseñado. Las llantas también son específicas (17" de serie) y dejan entrever el equipo de frenos vitaminado.
Prueba Mini John Cooper Works
En el interior, encuentro unos asientos que sujetan bien la espalda, son cómodos y tienen un aspecto fantástico (podrás hacerte 500 km de una sentada sin problemas). Como siempre, la carta de presentación de este habitáculo es muy original y la calidad está fuera de dudas (los mandos tienen buen tacto, el plástico del salpicadero es blando y el de las puertas no excesivamente duro).
Por otra parte, sorprende positivamente el espacio en las plazas delanteras, aunque La pantalla de la instrumentación no se ve muy bien (hay margen de mejora). Viene con Android Auto y CarPlay de serie, al igual que los servicios Connected Drive, el navegador, la radio digital o varias tomas USB.
Pero aquí hemos venido a divertirnos, así que, no lo dudo, y arranco el motor. Es hora de dar rienda suelta a mis instintos: me da la bienvenida un bloque de dos litros turbo con 231 CV y 320 Nm de par motor desde sólo 1.250 rpm, cifras con las que tiene que hacer frente a 1.262 kilos de peso.
La cosa pinta bien. ¿Suficiente potencia? Te daré un dato: las ruedas delanteras no siempre son capaces de digerir el torrente de fuerza que les llega y las sacudidas en el volante son apreciables. La dirección tiene un tacto duro y te informa relativamente bien de dónde está el límite de agarre del eje delantero.
Vira completamente plano, aunque, como buen Mini, no hay que confiarse, porque cuando juegas con los límites aparece un comportamiento de reacciones bruscas y directas que hacen que tengas que estar muy vivo con las manos: la zaga tiende a querer bailar más de lo que te esperas (el agarre de las Pirelli P Zero ayuda, sin duda, a lidiar con ese carácter, al igual que los frenos).
Las emisiones en este test han sido de 190 g/km. No, no es el coche más eficiente del mundo y su consumo real ronda los 8,0 litros. Por otro lado, las suspensiones son duras, pero en carretera abierta y autovía no son una tortura. Los asientos delanteros ayudan a elevar el confort
En definitiva, el dinamismo y las maneras de este JCW nunca decepcionan, ya vayas en una carretera de montaña, una autovía o por la ciudad, su escenario natural, donde las duras suspensiones, eso sí, pueden ser todo una desafío para tu espalda.
Mi Opinión
Lo peor de este juguete tan divertido es su precio: con algo más de 42.000 euros de tarifa base, es un capricho al alcance de pocos. Por menos dinero, saltas incluso al segmento superior: tienes un Ford Focus ST de 280 CV (37.800 euros) o un Cupra León de 245 CV (42.600 euros).
Valoración
Hay coches que están pensados para sacarte una sonrisa y este Mini JCW juega en esa liga con sus 231 CV de potencia. Lo comprobamos en esta prueba.
Lo mejor
Comportamiento dinámico, prestaciones y tacto de la direccion
Lo peor
A veces demasiada potencia al tren delantero, precio algo elevado
Etiquetas: Utilitarios, SUV deportivo
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