Comparativa del Toyota GR86 y el Mini John Cooper Works: menos es más (diversión)
A primera vista, el coupé deportivo de Toyota y el Mini no casan en nada... ¡Pero ambos son unas bestias en agilidad y manejo! Los analizamos en esta comparativa.
Motorizaciones comparadas:
Churras con merinas, pensarán algunos. De hecho, es como comparar el tocino con la velocidad (y nunca mejor dicho). Tenemos claro que estamos hablando de coches muy diferentes.
El Toyota GR86 y el Mini John Cooper Works son los polos opuestos de la moneda de la deportividad. Uno con motor bóxer de cuatro cilindros atmosférico y una juguetona tracción trasera que va de aquí para allá. El otro, con un motor con el mismo número de pistones pero al estilo convencional, con turbo y un cubicaje de 2,0 litros.
Sin embargo, ambos obedecen a una serie de reglas muy sencillas, con un denominador común: a veces, menos es más. De hecho, ninguno llega (por mucho) a los 300 CV de potencia. El británico, con motor alemán de BMW, desarrolla 231 CV, mientras que el coche japonés alcanza los 235 CV.
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El Mini pesa sobre la báscula 1.262 kg y el Toyota sólo cuatro kilos más. En lo referido a prestaciones, el GR acelera de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos; exactamente el mismo tiempo que su competidor. Casi el mismo peso, la misma velocidad... Al final, no son tan diferentes.
Y más allá de las cifras oficiales, nuestro test ha demostrado que están completamente a la par. Sólo a velocidades altas el JCW se adelanta al Toyota. Algo que también se aplica a la velocidad máxima, ya que los japoneses han limitado al descendiente del Subaru BRZ a 226 km/h, mientras que el pequeño orgullo inglés estira hasta unos nada desdeñables 246 km/h.
Comparativa: Toyota GR86 vs Mini John Cooper Works
Así que, bajo peso y buena velocidad. Ojo, que vienen las curvas y habrá que frenar. Ahí quizá el Toyota GR86 esté un pasito por delante, aunque puede ser cuestión de experiencia. No olvidemos que un Hachiroku AE86 llegó a vencer a máquinas mucho mejores (al menos en la serie), así que todo es hacerse al bólido y entenderlo a la perfección.
En los giros, el 86 demuestra más carácter, más emoción y más fuerza. Al fin y al cabo, más sensaciones para quien está al volante y para el copiloto que tenga la suerte de sentarse a su lado.
Por supuesto que el Mini también es rápido y tiene un buen comportamiento, con ese clásico tacto como el de un kart del que tanto presume la marca británica, con una dirección precisa e imperturbable en las curvas. Pero es una pena que la electrónica intervenga tanto en condiciones de mojado y no deje al Mini ir al máximo de sus capacidades.
Aunque, por otro lado, cabe destacar que después de una jornada con el pie derecho casi siempre a fondo, el consumo es mejor en el John Cooper Works. Por no hablar de que para el día a día seguramente sea más útil, con más espacio para los pasajeros y más capacidad de maletero.
El motor 2.4 atmosférico de la alianza Toyota-Subaru es mucho más lineal. Alarga cada marcha con fuerza, mientras su sonido envuelve el interior desde el principio.
Es una mecánica purista. Para quienes gustan de la manera de hacer de la vieja escuela y de escuchar aullar el motor hasta las 7.000 rpm. La admisión, los cambios... todo es muy genuino.
Hablando de la caja de cambios: es fantástica. El embrague se muestra firme en cualquier situación, con un tacto seco y fuerte. Algo genial cuando te encuentras inmerso en la lucha contra el tramo, la pista o el asfalto en general.
El del Mini se queda un tanto atrás en sensaciones. En cierto sentido, es como un muelle que rebota, no es tan mecánico y espartano.
A fin de cuentas, cuando pasas por las curvas el GR86 está por encima en la mayoría de aspectos. El subviraje aparece (si aparece) mucho más tarde que en el Mini y la facilidad de colocar el eje trasero en su sitio o de deslizarlo a placer es alucinante.
Pero no nos equivoquemos, porque el Cooper no se queda muy atrás. Muestra la agilidad que siempre han perseguido con ahínco en Mini, pero puede que se quede en un coche cotidiano que hace la vida algo más interesante en algunos momentos.
El GR86 es el coche que todo amante de los deportivos querría, aunque las pocas unidades disponibles van a ponerlo difícil.
Mezclar Churras con merinas, decíamos al principio. Sí, algo así. Aunque son dignos rivales. La tabla de datos técnicos muestra lo cerca que están estos dos coches, pese a la diferencia de conceptos latente que hay entre ambos, sobre todo en lo referido a sus mecánicas.
El motor bóxer alcanza su máxima potencia a las 7.000 rpm, que es algo propio de los motores atmosféricos de toda la vida, aunque esto limita su velocidad máxima y el par que consigue.
Por su parte, el Mini recurre al turbo para alcanzar un mayor par y velocidad, lo que también se refleja en las recuperaciones desde 80 a 120 km/h, por ejemplo.
El peso y el sistema de tracción presentan también a dos coches muy diferentes en cuanto a sensaciones, con un Toyota bastante equilibrado y el Mini apoyando más del 60% de sus 1.262 kg sobre el eje delantero, para proporcionar la mejor tracción posible a las ruedas motrices.
Finalmente, cabe destacar que los precios de mantenimientos son bastante diferentes: 300-600 euros en el Mini, y 280-500 euros en el Toyota.
Tras analizar cada detalle, el coche japonés se lleva el triunfo. Durante la prueba firmó un consumo idéntico al anunciado y una autonomía superior a la de su rival. Además, los precios del seguro en España son muy inferiores a los del coche británico. A todo riesgo ahorrarías algo más de un 20% , mientras que a terceros la cifra se queda en un 15% más barato que el Mini.
Qué bonito es poder hacer comparativas así. Sí, son coches muy diferentes, pero los dos nos han hecho disfrutar de lo lindo. Al fin y al cabo, de eso se trata al conducir un deportivo: de disfrutar.
Opinión
El Toyota GR86 gana por sus sensaciones. Algo necesario en un deportivo. Nos encanta el carácter de la propulsión trasera, su sensacional motor y el espectacular equilibrio de pesos . El Mini JCW es ideal para hacer un paréntesis en día a día, para disfrutar de alguna que otra escapada a una carretera de curvas.
Etiquetas: Coches deportivos
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