Prueba del Mercedes-AMG A 45 S. ¡Pura adrenalina!

El Mercedes-AMG A 45 S se ha quedado con el turbo de dos litros y cuatro cilindros, un motor increíblemente enérgico. Nos hemos puesto al volante para comprobar lo que da de sí en el compacto. Esta es la prueba del  Mercedes-AMG A 45 S.

En esencia, incluso la versión más rápida del compacto de Mercedes sigue siendo una Clase A. Y eso está bien. Porque todas las comodidades de los hermanos menos potentes también están en el modelo superior.

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Esto va desde el espacio disponible hasta el magnífico manejo del prodigioso sistema MBUX de última generación. Luego, hay algunas golosinas AMG, claro, que te dan unas ganas irrefrenables de desconectar el ESP y ponerte a devorar curvas. Los asientos Performance de nuestra unidad de pruebas agarran el cuerpo como si no lo fueran a soltar nunca. Si no es lo tuyo, puedes ahorrarte los más en torno a 2.600 euros que cuestan y quedarte con el confort de los asientos estándar. 

¡Al circuito!

La función Race Start, el cronómetro de vueltas en circuito y la grabación de varios datos relevantes para la carrera (Track Pace, opcional) tienen un funcionamiento impecable, perfectamente integrado en el sistema MBUX. No hay duda, estamos infectados por este bólido, y la fiebre está aumentando. Así que dejémonos de rodeos, y al circuito. Después de las primeras vueltas rápidas, uno tienen la tentación de parar, salir del coche, darle un rodeo y mirar incrédulo la placa de identificación. Sí, sí, esa es un Clase A. Pero uno extremadamente potente. 

Esto se debe principalmente al turbo de cuatro cilindros y dos litros, que entrega nada menos que 421 CV de puro AMG. Además, la fricción se ha optimizado en cada rincón de esta mecánica, se ha dispuesto un flujo doble para el turbo y la presión sube a 2,1 bares, el motor se ha girado 180 grados para mejorar la refrigeración. 

¿El resultado? La locura!

La máquina empuja desde todas las velocidades como si no hubiera un mañana. Incluso si los 500 Nm de par solo llegan en su totalidad en las 5.000 revoluciones, el turbo Twin Scroll aporta un empuje portentoso ya desde las 2.000 vueltas. 

Por lo tanto, el A 45 S responde sorprendentemente espontáneo a la mínima insinuación del pie derecho, y alcanza los 100 km/h desde parado en solo cuatro segundos, y diez segundos más tarde engancha los 200 km/h sin apenas esfuerzo.El cambio de doble embrague con ocho velocidades inserta instantáneamente, el cigüeñal de acero forjado gira libremente 7.200 veces por minuto. Cada condición de carga y cada velocidad se expresan con fervor acústico. Maravilloso.

La dirección funciona de manera directa y precisa, pero aunque el aplomo es total en curvas, la suspensión también es apta para familias en una carretera en mal estado. Esto se debe en gran parte al inteligente rendimiento de su tracción a las cuatro ruedas Performance 4Matic +. No solo distribuye la potencia a la velocidad del rayo entre los ejes delantero y trasero, sino que también lo hace entre las ruedas traseras derecha e izquierda. 

Dependiendo del programa de conducción, empuja más o menos violentamente alrededor de la curva. El modo Drift promete diversión sin límites. Quien elige la posición Race (ESP desactivado, caja de cambios manual), tendrá la absoluta sensación de ir al volante de un coche de carreras. Por eso, recomendamos que solo se haga en circuito cerrado, y aquellos que tengan cierta pericia en estas lides deportivas. 

Conclusión

Cualquiera que piense en un A 45 S no debería tener que preocuparse por el dinero. Porque la diversión compacta cuesta al más de 60.000 euros, anuncia 10,5 litros de consumo medio cada 100 kilómetros y tiene una garantía escueta de dos años. Pero muchas veces, tocar el cielo en un deportivo de raza no es mesurable en algo tan simple como el vil metal...