Prueba Kia Proceed MHEV: la etiqueta ECO ya es tuya

A estas alturas, ya nadie duda de que el ejercicio de diseño del Kia Proceed ha calado, sobre todo, porque sus atrevidas líneas no suponen apenas pérdidas de practicidad en su interior ni en su capacidad de maletero. Es decir: es un familiar compacto en toda regla con una estética mucho más audaz que la versión SW. Para ganar en atractivo, la marca coreana ha dotado a la versión diésel de un sistema microhíbrido de 48 voltios con la que completa la electrificación de la gama. Con las siglas MHEV se gana de facto la pegatina verde y azul de la DGT y las ventajas que ello supone, como hemos comprobado en la prueba del Kia Proceed MHEV.

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En la gama solo existe un bloque diésel, así que no tiene pérdida: es un 1.6 CRDi de 136 CV al que le apoya otro pequeño motor eléctrico 16,3 CV que se alimenta de una batería de iones de litio con solo 0,4 kWh de capacidad (no le hace falta más para llevar a cabo su cometido). Su trabajo se nota sobre todo con el sistema Stop&Start, que funciona con una velocidad y una suavidad sorprenden tes para tratarse de un motor de gasóleo. Durante el resto de situaciones de conducción no lo vas a notar. Y sí, también reduce las emisiones y el consumo, aunque, según los datos de mi recorrido de pruebas, tampoco es algo excesivamente notable. Lo que sí lo es: su comportamiento. Kia ha dotado a este chasis de una respuesta sorprendente. El Proceed es un coche cómodo, pero no se olvida en absoluto del dinamismo y, por eso, es capaz de enfrentarse con la misma solvencia a una autopista que a una carretera de montaña.

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Si te decantas por esta variante MHEV solo lo vas a poder pedir con el acabado más completo denominado GT. Eso conlleva dos cosas, una buena y otra mala: la buena es que vas a poder contar con un equipamiento de serie de lo más completo, tanto en asistentes de conducción como en dotación de confort: aparcamiento asistido, cámara de visión trasera, cargador inalámbrico, equipo de audio Premium JBL, navegador con pantalla de 10,25" y un largo etcétera. Por el lado malo, su precio. Esto puede ser una desventaja real, porque la gran mayoría de sus rivales, los familiares compactos de Seat, Peugeot o Ford, llegan al mercado con tarifas más contenidas, aunque sus propuestas no estén tan bien dotadas.

En cuanto a practicidad, espacio y maletero, el Proceed obra el milagro al ofrecer un producto estéticamente atractivo, pero sin olvidarse de mimar la vida a bordo de sus ocupantes. Con mis 1,85 metros de altura y sentado en la segunda fila, puedo disponer de suficientes centímetros para mis piernas, pero lo que es más asombroso: no doy con la cabeza en el techo, a pesar de esa caída de la línea de la carrocería en la parte trasera y al techo panorámico que viene instalado de serie. Y en maletero, más de lo mismo: la rúbrica son los 594 litros de capacidad, que se convierten en 1.545 si abatimos los respaldos.

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Mi opinión

Para familias jóvenes que no dejen de lado el aspecto de la estética, este Proceed debería estar entre sus candidatos. Hay muchos rivales y muy fuertes como los Seat Leon, Peugeot 308 o Ford Focus familiares. Todos ellos son más baratos de partida, así que el Proceed juega todas sus cartas en equipamiento e imagen deportiva.