Hemos probado el Citroën AMI Cargo: cinco detalles interesantes

Puede que más de uno se sorprenda, pero tengo que reconocer que me lo he pasado bastante bien durante la prueba del Citroën AMI Cargo, la versión de carga del indescriptible AMI.

Es un concepto controvertido: tiene cuatro ruedas, un volante, puertas... Lo que viene siendo un coche desde hace 130 años. Pero en Citroën pelean por hacer calar la idea de que en realidad es una "solución de movilidad". Bueno, escoge lo que más te cuadre: coches, microcoche, vehículo, solución de movilidad...

El caso es que empiezo la prueba con curiosidad: nunca en la vida he conducido un coche con matrícula de ciclomotor y aquí me tienes, en plena Gran Vía de Madrid, con un tráfico de mil demonios en un AMI Cargo vinilado y bajo la atenta mirada de los que me rodean.

No voy a utilizar la palabra acomodado porque los reglajes son justos: el asiento se desplaza longitudinalmente y no hay un mullido propiamente dicho, sino una especie de colchoneta. Pero una vez vez acoplado al volante no estoy mal.

Disfruto de mucha visibilidad 360. Grandes ventanillas, techo de cristal... Entra mucha luz y la sensación de desahogo me sorprende para bien. Las ventanillas se abren hacia arriba para dejar entrar aire fresco, aunque en esta típica gélida mañana madrileña prefiero no quitarme el plumas

En las avenidas anchas, que no supere los 45 km/h supone un elemento de estrés para mí. Salgo de los semáforos con brío, pero, claro, deja de acelerar rápidamente para incomprensión de algunos conductores con un poco demasiado de prisa. Y luego está el tema del aislamiento acústico: no existe, aunque por las velocidades y distancias que alcanzarás no debería importarte.

Pero una vez que entro en calles estrechas vuelvo a sentirme cómodo al volante: como no paso de 30 o 35 km/h el 90% del tiempo, no me veo en inferioridad con respecto a los demás conductores. Más bien al contrario, me doy cuenta de que tengo ventaja a la hora de callejear cuando espero pacientemente a que el conductor de una furgoneta maniobre y pelee para entrar en la calle que busca.

En todo caso, en esta prueba he visto cinco detalles que creo que son bastante interesantes y que te gustará conocer si te cuadra esta opción para tu negocio. Allá vamos...

Ideal para el último (o ultimísimo kilómetro)

Antes mencionaba mi ventaja en cuanto a movilidad con la furgoneta grande, pero no tengo tanto (o mejor dicho, nada) en cuanto a carga... y eso relativamente, porque veo al nuevo AMI Cargo como una buena solución para reparto de último kilómetro (o última milla) de negocios que no necesitan grandes capacidades de carga para hacer sus repartos diarios.

Por ejemplo, empresas muy de barrio (floristerías, comida a domicilio, paquetes pequeños...) que buscan desplazamientos eficientes y económicos. El Ami Cargo un precio de 7.600 euros (sin MOVES; 6.000 con los decuentos), es una opción interesante para zonas con restricciones de circulación... al menos hasta la llegada del Dacia Spring Cargo (más caro y grande, pero más capaz).

Según Carlos Adán, jefe de Producto del AMI, es una buena solución para ese tipo de empresas, pero también para grandes corporaciones como aeropuertos (por ejemplo, en el aeropuerto Adolfo Suarez de Madrid tienen una buena flota de Cirtoën C1), u otras empresas que buscan movilidades económicas y sostenibles del tipo de ayuntamientos y demás.

Es muy espacioso

Lo he mencionado antes. Me llama la atención lo amplio y luminoso que es. Esto último es también debido al techo de cristal: vital recordar pedir la cortinilla, porque si hace sol en invierno se agradece (si no te molesta mucho el sol de frente), pero en verano puede ser un drama.

A la sensación de desahogo también contribuye la buena cantidad de huecos para dejar cosas: en las puertas, unas redes que son mucho más utilizables que los compartimentos que  hay en la parte frontal del salpicadero porque lo que lleves ahí irá dando tumbos.

Aparcas en cualquier sitio

Lo cual es una gran ventaja. Durante la prueba buscaba aparcamiento en pleno centro de Madrid. Con este coche no te libras de dar vueltas, claro, pero sí que es más fácil porque lo metes en casi cualquier hueco.

Tanto es así que aunque tenía un espacio de unos tres metros de largo, mi cerebro no acababa de procesar que eso es un hueco válido. Luego, aunque no tiene dirección asistida (bueno, ni cierre, ni aire), se maniobra bien y además tienes un diámetro de giro de 7,2 metros.

Útil espacio de carga

Lo que decía antes: si te cuadra un modelo así, su hueco de carga puede ser una ventaja. El AMI Cargo tiene una capacidad de 140 kilos (contándote a ti, no te olvides), pero como prescinde del asiento derecho goza de un hueco de 400 litros en el que puedes meter objetos, según datos oficiales, de 1,20 metros.

Aparte, el hueco está protegido con una bandeja que se abre para acceder mejor y que sirve de bandeja para albaranes, escribir o soporte de libretas o el móvil. Se abre hacia el lado del conductor y se puede sacar, aunque la pega es que si utilizas todo el movimiento, lo vas a desencajar porque choca con una pieza del "salpicadero".

Decoración personalizada

No se puede negar que el AMI llama la atención, aunque solo sea por su tamaño. Además, si tienes una empresa, puedes escoger una decoración con tus colores o tu diseño exterior para llevar el AMI Cargo a tu gusto con varios packs de vinilos.

A la hora de vinilarlo, en el configurador se puede subir una imagen personalizada. La parte buena es que al haber poca superficie que recubrir, los precios no están mal: 619 euros por el coche entero y, luego, varios precios más económicos según la zona. La parte mala: es un kit que te envían y que tienes que poner tú.

En definitiva, tras probar el AMI Cargo, pienso que el "coche-no coche" de Citroën es más digno de lo que había pensado. Sigo convencido de que hay soluciones de movilidad privada mucho más interesantes y casi con el mismo precio, pero también pienso que la versión de carga tiene bastante sentido para repartos de cercanía.