Prueba BMW X7 xDrive40d: ¡qué pasada!

Puede que España no sea el mercado ideal para un coche como el exuberante BMW X7, que es enorme, caro y lujoso hasta decir basta. Pero dejemos que la idoneidad de este modelo la decidan esos pocos afortunados que pueden permitírselo. Yo lo he conducido durante una semana y te garantizo que este coche me ha hecho disfrutar de lo lindo. Te cuento por qué.

Para descubrir la grandeza de este SUV no hay más que acercarse a él y contemplarlo. No sólo mide 5,2 metros de largo, sino que tiene un aspecto imponente y, en este caso, además, viene reforzado por el Paquete M Sport. 

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En lo que a diseño se refiere, en este nuevo X7 se han actualizado los faros, que son más rasgados de lo que ya eran y se dividen en dos partes. Además, el paragolpes muestra formas más trabajadas y, a la vez, más limpias en la parte inferior. 

Eso sí, la calandra sigue siendo salvaje. Aunque reconozco que, pese a que este parrillón parece más adecuado para hacer unos chuletones a la barbacoa que para decorar el frontal de un coche, no me chirría en un modelo con semejante tamaño y poderío.

No hay muchas más novedades en el apartado estético, salvo que los pilotos muestran ahora una nueva arquitectura interior, aunque conservan la forma de antes.

La exquisitez del lujo también en el interior

Momento ya de explorar su interior, donde me acomodo tras escalar hasta su asiento, que se posiciona realmente alto respecto al suelo. Menos mal que esta unidad equipa unas prominentes taloneras que utilizo como escalón de entrada al habitáculo. 

Una vez dentro mi trasero descansa literalmente en un sillón de masaje (un extra que cuesta 1.533 euros, pero metidos en gastos... ¿para qué privarse de nada?).

Te decía que me ha hecho disfrutar. Y vaya si lo ha hecho. Sobre todo al volante, pero de eso te hablo un poco más adelante. Antes te quiero contar lo que te hace gozar a ti y a los tuyos su amplio, lujoso, tecnológico y cómodo interior.

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La unidad probada tenía la configuración de seis asientos, con dos plazas individuales en segunda fila, cuando lo normal es que sean 2+3+2. 

Esto es un extra que cuesta 1.086 euros, pero creo que es lo ideal para un coche así, porque reemplaza la banqueta corrida de la segunda fila por dos butacones dignos de la clase business de un avión, con unos reposacabezas acolchados con una especie de cojín que hacen que te sientas el rey del mundo.

En lo que a tecnología y diseño interior se refiere, se ha renovado por completo, porque ahora cuenta con dos pantallas curvadas y unidas como en una sola, algo que ya es habitual en BMW y que se vio por primera vez en el BMW iX. 

La del cuadro de mandos es de 12,3 pulgadas y la principal es tan grande como un ordenador portátil, porque mide 14,9". Además, monta el último sistema multimedia disponible, el ID8.

Casi que me da hasta pereza ponerme al volante, viendo lo cómodas que son las otras plazas, pero es el momento de ponerme en marcha y contarte cómo se mueve esta mole.

Prueba del BMW X7 xDrive40d

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prueba bmw x7 xdrive40d (7 imágenes)

Hay tres versiones disponibles: dos gasolina (xDrive40i de 381 CV y M60i xDrive de 530 CV) y una diésel, que es la que yo he podido probar en esta prueba. 

Se denomina xDrive40d y monta un motor biturbo de seis cilindros en línea con 340 CV de potencia y 700 Nm de par, al que se suma, como novedad, un sistema de hibridación ligera de 48 V con un pequeño motor eléctrico de 12 CV integrado en la caja de cambios, que añade algo de empuje en determinadas situaciones. La potencia conjunta asciende a los 352 CV.

El consumo apenas varía, pero la gran ventaja es que se beneficia de la pegatina ECO de la DGT. En esta prueba, por cierto, ha gastado una media de 8,7 litros, que es un litro más de lo que declara BMW.

Su velocidad máxima es de 245 km/h y, según nuestra propias mediciones, acelera de 0 a 100 km/h en 6,4 s, que no está nada mal teniendo en cuenta que pesa 2.565 kilos.

Hay que reconocer que este elefante de la carretera, que tiene un radio de giro de 13 metros, no te pone las cosas fáciles al maniobrar en sitios estrechos. BMW lo sabe y por eso equipa de serie el sistema de aparcamiento asistido.

De la generación anterior pude probar el espectacular X7 M50d de cuatro turbos y me sorprendió lo bien que iba para su tamaño. Esta versión no es tan agresiva en su respuesta, pero me parece que mantiene el tacto de conducción típico de BMW si se tiene en cuenta su tamaño y peso.

He podido moverme por carreteras estrechas de curvas cerradas y, pese a no ser su terreno ideal, ni siquiera aquí se nota torpe o fuera de lugar. No obstante, como puedes imaginar, su zona ideal son las autopistas o carreteras con buen firme y curvas de amplio radio, donde muestra un aplomo sorprendente.

Y no puedo dejar de aplaudir lo bien que funciona la caja de cambios por convertidor de par de ocho velocidades, que es suave y rápida al mismo tiempo, es una delicia. Es la encargada de enviar la fuerza a ambos ejes, a una tracción xDrive que en este caso más que ayudarte a salvar grandes dificultades, lo que hace es aportar un plus de seguridad y dinamismo necesario en un coche tan grande.

Como te decía al principio, puede que este coche no sea el más sensato, pero es una auténtica pasada. Hay que reconocerlo.

Mi opinión

Sí, es caro (cuesta 111.500 euros sin extras), excesivo y puede que hasta innecesario, pero es una auténtica pasada. La lógica no siempre es determinante para saber si un coche es digno de aplauso y este se merece una ovación.