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Prueba: con el Audi A8 2022 por la carretera más bella del mundo

Prueba Audi A8

Conducimos por Noruega con el recién renovado Audi A8. El de Ingolstadt encaja perfectamente en la espectacular Carretera Atlántica

Las olas brillan negras, se avecina un violento temporal del noroeste sobre las rocas que se elevan abruptamente. ¿Una pintura de Caspar David Friedrich?

Casi podría serlo, aunque el gran artista frecuentaba más bien la isla de Rügen, en Alemania, de donde surgió su obra más famosa. Yo estoy al volante del Audi A8 en otra zona, más grande, extraña y áspera. Concretamente en Noruega, a unos 63 grados latitud norte y siete grados longitud este. Sopla un viento helado, el frío se abre paso bajo la piel. En realidad, no es de extrañar que los vikingos navegaran hacia regiones más cálidas en la antigüedad.

VÍDEO: Audi A8 2022, lujo y tecnología elevados a la enésima potencia

La carretera

Sus bondadosos descendientes, eso sí, también saben cómo divertirse por aquí: por ejemplo, han modelado una carretera en este violento paisaje. Se llama Atlanterhavsveien en su idioma, que es como mejor suena, y Atlantic Road para el resto del mundo. 

Audi A8 cenital

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Situada en Lauvøyfjord, fue construida entre 1983 y 1989, y sus 8.274 metros de largo recorren ocho puentes entre islas e islotes, el más grande, el Storseisund, de 260 metros de largo y 23 de alto.

Si no has estado, ya estás tardando, porque no hay nada más espectacular. La carretera es una de las más bonitas del mundo, sin duda alguna. Si tienes la posibilidad, deberías conducir por ella una vez en la vida.

El coche

El elegante Audi realmente encaja en este paisaje arcaico, como si estuviera pintado. Aunque es de Baviera, más bien parece un hombre nórdico, ‘cool’ y reservado al mismo tiempo. Esta generación lleva en el mercado desde 2017, por lo que está a la mitad de su vida, una buena ocasión para su renovación.

Audi A8 y redactor

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Por fuera, se refleja en pequeños retoques, una parrilla nueva y algún que otro detalle, por lo general sutil. Y está bien así: aunque uno indefectiblemente piense en el BMW Serie 7 y el Mercedes Clase S, lo cierto es que el Audi A8 se sigue viendo extremadamente bien. Sin aspavientos estilísticos, con una carrocería alargada y baja. Un poco anguloso, muy atemporal.

Las sofisticadas lucres son nuevas, con LED Matrix y tecnología DMD delante. Cada faro funciona con 1,3 millones de microespejos. Dividen la luz en píxeles diminutos, que a su vez se pueden controlar con mucha precisión, como si fuera una proyección artística.

Zaga Audi A8

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De esta manera, puedes desplegar una brillante alfombra de luz en la carretera: en la oscurísima noche noruega es algo bastante impresionante, porque ilumina mucho y no deslumbra al tráfico que se aproxima. En cualquier caso, nadie se quejó a mi paso. 

Los OLED delgados como una oblea están integrados en las luces traseras (sí, como en un televisor) y pueden mostrar varios gráficos y, por ejemplo, reaccionar ante un acercamiento de otro automóvil a menos de dos metros; en ese caso, todos los segmentos brillan inmediatamente.

Por dentro

El estilo a bordo es tan sobrio como en el exterior. Todo, diseñado de forma estricta y clara, combina buen gusto y tecnología, y está acabado meticulosamente. Tanto en los ajustes como en la calidad de las superficies, Audi no deja nada que desear aquí, nada en absoluto.

Cockpit A8

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Típicamente Audi también son las tres grandes pantallas, de las cuales al menos la inferior -responsable del aire acondicionado- resulta algo superflua.

Hay una gran cantidad de espacio, además de asientos grandes y con una forma perfecta e increíblemente cómodos en la parte delantera. También en los de la segunda fila, donde tienes infinidad de opciones. 

Traseras Audi A8

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En el Audi A8 largo de esta prueba dispongo de asiento de relajación con masaje de espalda, 18 cojines neumáticos y un reposapiés en la parte trasera del respaldo del acompañante. Allí, el pasajero afortunado pasajero puede calentarse y masajearse las plantas de los pies. 

En movimiento

Sin embargo, yo no analizo esta zona del coche y prefiero ocupar la parte delantera izquierda, sin duda el mejor de todos para quien disfrute de la conducción. 

Especialmente si, como en este caso, llevamos el V8 biturbo de 4,0 litros bajo el capó, el 60 TFSI de 460 CV y 660 Nm. Por supuesto viene del grupo VW, desarrollado por Porsche. No faltan el sistema eléctrico de 48 voltios, la transmisión automática de ocho velocidades, la tracción total quattro, la dirección a las cuatro ruedas y el chasis activo.

Audi A8 en carretera

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Equipado de esta manera, es impresionante cómo se comporta el A8. El chasis filtra con sensibilidad, aunque las carreteras noruegas, excelentemente asfaltadas, no hicieron posibles muchos experimentos. 

El potente V8 tiene buenos modales y evoca a un barítono maravillosamente voluminoso. El A8 es aplomado y preciso, se siente maduro, pero también muy avanzado. 

Afuera, los fiordos, las rocas, las curvas y los puentes se unen para formar una obra de arte total y, de alguna manera, infinita. Podría seguir así mucho más tiempo. Hasta el Cabo Norte, por ejemplo. Caspar David Friedrich no habría puesto ni una pega. 

Valoración

Nota9

Conducimos por Noruega con el recién renovado Audi A8. El de Ingolstadt encaja perfectamente en la espectacular Carretera Atlántica, la carretera más bella.

Lo mejor

Comportamiento, motor, espacio, tecnología, acabados, lujo

Lo peor

Como no podía ser de otra manera, el precio (y los consumos) son solo para unos pocos

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