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Alfa Romeo Stelvio: puntos fuertes y alguno débil de cara a una posible compra

Prueba Alfa Romeo Stelvio Veloce

Alfa Romeo no se caracteriza precisamente por lanzar muchísimos coches a lo largo del año. Y por eso y por tener ya más de 111 años y muchos fans, cada novedad de su catálogo goza de repercusión. Y luego tarda en ser sustituida, su valor sigue rumbos propios... Por ejemplo, ¿te gusta el Alfa Romeo Stelvio? Estos son sus puntos fuertes y alguno débil de cara a una posible compra. 

La irrupción del Alfa Romeo Stelvio en 2017 no pasó precisamente sin pena ni gloria, porque era -singularidades históricas aparte, que también las hemos visto en el museo de la marca en Aresse-, una rareza, un SUV para adaptarse a la fiebre actual de los todocaminos, que a muchos puristas y fanáticos del sello no les encajaba para nada. 

Así que, como comprenderás, lo primero que caracteriza a este vehículo es que entra por los ojos gracias a un diseño muy bonito. La pena es que el mundo del automóvil 'vuela' y la competencia tampoco para, con lo que uno de los puntos menos fuertes es que, sin estar empezando a quedarse algo desfasado, ya no provoca tanto ese 'efecto 'waow' que persigue Alfa Romeo en su nueva etapa.

Justo con esas palabras nos lo contaba en una entrevista en Italia su jefe de Diseño, el español Alejandro Mesonero-Romanos, nada más tomar posesión de su cargo. Y de hecho, hasta el Alfa Romeo Tonale (que ya estaba casi terminado cuando él llegó) presenta un diseño algo más fresco y actual que el modelo que protagoniza este post. 

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No obstante, dejando a un lado este matiz, el Stelvio sigue queriendo destacar en el mercado de los SUV compactos con elementos que transmitan sensaciones y pasión por la conducción a todo el que se suba a bordo. Y si por fuera su look continúa denotando dinamismo y cierta agresividad con la típica parrilla frontal triangular (o scudetto), a bordo también hay aspectos a tener en cuenta. 

Para empezar, la postura al volante es mucho más acertada que en otros modelos equivalentes. Y detrás del volante se ha optado siempre por mantener los dos relojes ('cañones') grandes y analógicos para controlar la velocidad y las revoluciones por minuto a la antigua usanza, como ya es tradición en la marca. 

Por otro lado, sin llegar a sacrificar la comodidad, los asientos también contribuyen a ese toque deportivo que tanto gusta entre sus actuales y futuros clientes: tienden a recoger mejor que otros y los materiales disponibles, además de bonitos, también tienen destellos neorretro -en función de los acabados- que hacen más apetecible un conjunto que nunca resulta recargado. 

En cuanto al espacio trasero por sus formas coupé no destaca tanto y su maletero está en la media (525 litros), por lo que quizás estos sean puntos más a su favor que en contra, ya que no debió de ser fácil combinar todos esos aspectos para los diseñadores de un modelo del que ya han pasado cinco años (y tres desde su ligero lavado de cara). 

¿Más elementos pasionales? Sus versiones, acabados y motorizaciones. Como no podía ser de otra manera, nadie podría esperar cierto 'feeling' con el asfalto sin un tacto agradable, un chasis que estuviera a la altura de los 'alfistas' y, por supuesto, una gama de propulsores con un determinado brío. Y todo, a un precio que no se vaya demasiado arriba. 

En este momento, es interesante ver cómo el PVP del Stelvio parte de los 53.550 euros, para la versión Super. Y que su abanico consta de motores diésel 2.2 de 160, 190 y 210 CV (con tracción trasera  el de menos caballos o total los demás) y de bloques de gasolina de 2,0 litros con potencias de 200 y 280 CV respectivamente, tracción 4x4 y (unos y otros) cambio automático. 

Y si las versiones Qadrifoglio de cualquier 'Alfa' siempre serán más apetecibles tanto a la hora de comprar como de vender un vehículo así en el futuro, la suerte es que actualmente todavía puedes comprar un Alfa Romeo Stelvio con el mítico trébol de cuatro hojas verde... aunque su precio no baje de los 119.800 euros

Sus argumentos son tener el honor de ser el Stelvio más radical, con un auténtico 'cuore sportivo' y el motor 2.9 V6 BI-TURBO AT8 Q4. O lo que es lo mismo, casi 3 litros de gasolina, una potencia de 510 CV, tracción total permanente, llantas de 51CM 20", suspensión dinámica, frenos Brembo... Ah, y ya puestos a invertir, un último truquito: todo Alfa Romeo se acaba cotizando más si es rojo

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