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El permiso por puntos ya no da miedo, ya no sirve

Permiso por puntos
Pasado el 'efecto susto', el PXP ha perdido toda su eficacia

Cuando Pere Navarro fue nombrado director general de Tráfico, cada año morían en las carreteras cerca de 5.000 personas (algunos años, más). Cuando abandonó la Dirección General de Tráfico (estuvo al frente durante dos legislaturas, entre 2004 y 2012), la siniestralidad había bajado casi un 50%.

No te pierdas: Cómo saber cuántos puntos te quedan en el carne de conducir

Varias fueron las medidas impuestos por Navarro durante su mandato, pero una fue el gran revulsivo: el permiso por puntos.

El carne de conducir por puntos ya había demostrado su eficacia en Francia. Allí los conductores, temerosos de perder su derecho a conducir, habían reducido la velocidad y tomado conciencia de la importancia de respetar las leyes de Tráfico o, más bien, habían cogido miedo a no respetarlas. Fuera como fuese, había menos accidentes que antes.

En España, el permiso por puntos (PXP) entró en vigor en 2005. A partir del 1 de julio de ese año (la fecha no se escogió al azar, Navarro buscó el comienzo de la operación verano) los conductores dejaban de tener tarifa plana para incumplir las normas y se pasó al quien la hace la paga, pero no solo con dinero, también con puntos.

Permiso por puntos

Todos los conductores pasaban a tener un saldo de 12 puntos en su permiso de conducir (salvo los conductores noveles que tenían y tienen ocho).

Si cometían infracciones se les irían restando los puntos correspondientes en base a una tabla de sanciones que la DGT difundió en una de las mayores campañas informativas de su historia. Si en los tres años siguientes mantenían el expediente intacto (es decir, no habían cometido ninguna infracción que acarreara la pérdida de puntos, sumarían otros dos hasta un máximo de 15 puntos). 

El poder del miedo

Funcionó. Por miedo a perder tres puntos si les pillaban usando el móvil al volante, cuatro puntos si hacían un adelantamiento indebido y seis puntos si les sometían a un control de alcoholemia y daban más de 0,50 mg/l, los conductores comenzaron a ser más prudentes. Y las cifras de siniestralidad empezaron a bajar.

  • En 2005, 4.442 personas perdieron la vida en las carreteras.
  • En 2006 la cifra de fallecidos descendió a 4.104.
  • En 2007, fueron 3.823 vidas perdidas en el asfalto.
  • En 2008, 3.100.
  • En 2009, 2.714.
  • En 2010, 2.478.
Evolucion siniestralidad

El descenso continuó imparable hasta 2013. Entre ese año y el siguiente apenas hubo diferencia (ambos rondaron los 1.680 fallecidos). 

En 2015, cuando se cumplían 10 años del Permiso Por Puntos, el balance de siniestralidad arrojó 1.689 víctimas mortales como consecuencia de 97.756 accidentes de tráfico. Menos de la mitad que en 2005.

Un año después, comenzó el repunte. En 2016, el director general de Tráfico Gregorio Serrano anunciaba la muerte de 1.810 personas en las carreteras. Su presentación del balance de siniestralidad hablaba del incremento de la movilidad, de la llegada de más turistas, del censo de conductores, de la antigüedad de los vehículos... como posibles causas de este incremento.

Pillado el 'truco' deja de ser eficaz

2017 no ha arrojado cifras mejores. El balance provisional habla de 1.200 víctimas mortales, pero ese número solo computa los fallecidos en las 24 horas siguientes al accidente, de manera que cuando se conozcan los datos definitivos, los que suman las víctimas a 30 días, serán más.

¿Sabes cómo consultar los puntos que te quedan en el permiso?

Los conductores ya no temen al permiso por puntos. Se han acostumbrado a que las infracciones se pagan con dinero y con puntos. A que el saldo perdido se recupera con un sencillo curso de recuperación de puntos que encima se ha visto envuelto en polémica por un todavía supuesto amaño en la concesión.

¿Hay 'tongo' en los cursos de recuperación de puntos?

La picaresca española también ha matado a uno de los grandes monstruos del permiso por puntos: la posibilidad de perder el permiso de conducir.

Hecha la Ley, hecha la trampa. Y el engaño que idearon los conductores fue el de atribuir la titularidad de la infracción a amigos y/o familiares que no necesitaban tanto los puntos como ellos (léase su madre o una tía abuela que había dejado de conducir años atrás pero seguía teniendo sus puntos intactos). Incluso empezaron a aparecer anuncios en los medios en los que se vendían los puntos del carne de conducir.

¿Y ahora qué?

Cuando se cumplían 10 años de la entrada en vigor del Permiso por Puntos, Pere Navarro (ya retirado de la DGT) decía que había sido "una palanca" que había activado otras "medidas en cadena". Navarro hablaba entonces de la reforma del Código Penal y de la revisión del procedimiento sancionador en materia de Tráfico (por aquél entonces pasaba hasta un año desde la notificación hasta que la sanción fuera firme) que se iniciaron poco después.

Lo que ha preparado la DGT para 2018: más radares, un nuevo examen de conducir...

Con el Permiso por Puntos, Tráfico puso el foco en los conductores. No erró. Pero las mismas cifras que demostraron la eficacia del PXP, gritan ahora que se ha quedado obsoleto.

¿Hay que quitarlo? ¿Hay que volver a la tarifa plana? Ni mucho menos.

No seré yo quien niegue la gran evidencia de que los conductores españoles solo respetan las normas por miedo (la mayoría, diremos, por aquello de no generalizar). Pero tampoco hay que cerrar los ojos a las otras cosas que quedan por hacer.

Por proponer (solo por proponer), al ambicioso plan de medidas anunciado por la DGT para 2018 (lo tienes en el enlace superior) podríamos sumar más agentes de Tráfico en las carreteras, tolerancia cero con el alcohol (pero real, incluso con etilómetros que impidan conducir a quien ha bebido), más educación vial en los colegios e institutos, más ayudas a las asociaciones que ayudan a las víctimas...

Y por pedir, pediría más medios para atender los accidentes en vías secundarias; porque sí, son los que más vidas se llevan, pero quizá también porque la ayuda es escasa y tarda más tiempo en llegar...

Pero de eso, si te parece, hablamos otro día.

Foto portada: Pyramid Consulting

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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