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Test de 100.000 km del Volkswagen T-Cross: compacto y genial

Test 100.000 km Volkswagen T-Cross

Se ha portado de manera sorprendente.

Hoy os contamos una historia más bien corta. Tan corta como las medidas de este coche, que de parachoques a parachoques mide solo 4,11 metros de largo. Hoy os resumimos nuestra experiencia con el Volkswagen T-Cross a lo largo de 100.000 kilómetros y unas cuántas páginas de revista. Y es que estos dos años con el SUV alemán han sido muy entretenidos.

Cuando nos pusimos en marcha un lejano 2 de septiembre de 2020, hubo cierto escepticismo. Especial mente, los conductores acostumbra dos a largos recorridos se preguntaban si un vehículo de este tipo con 115 CV y pequeño no se iba a quedar corto para viajes de negocios. Pero nada más lejos de la realidad. 

Nuestro experto en neumáticos, Henning Klipp, señaló después de 5.291 kilómetros: "Un SUV pequeño, con buen concepto del espacio y un alegre motor de tres cilindros". Y nuestro colega no solo sabe de ruedas, sino de coches en general. 

 

Además de él, el equipo de pruebas ha estado formado por redactores, técnicos de mediciones, fotógrafos y más gente. Este mundillo está repleto de expertos en sus áreas. Viajes largos, con familia, de negocios... De aquí para allá con un motor que nunca demostró estar agotado. Voto de confianza para el tricilíndrico de Volkswagen

Y, por norma general, también es muy económico. Hablamos de consumos de siete a ocho litros a los 100 kilómetros de media, incluso con cierta alegría en carretera. Si bien, sería deseable un mayor depósito, ya que solo cuenta con 40 litros. 

Volviendo al motor, está claro que cuando llegas a velocidades como los 200 km/h en las autopistas alemanas, el aislamiento acústico del SUV queda en entredicho. Así que, si quieres escuchar música o llamar por teléfono, te va a tocar frenar. 

Otro de los puntos negativos es el cambio automático DSG. No tanto por la caja en sí, que es de sobra conocida por todos como una mecánica realmente buena. El caso es que la función Start-Stop suele activarse en los peores momentos. 

Llegando, por ejemplo, a una intersección con una señal de ceda el paso y cuando quieres acelerar, no hay ningún cilindro en movimiento, así que es algo frustrante. Cambiando de tercio, la dirección y la estabilidad general del coche no parecen las de un coche pequeño.

Es genial que el chasis ofrezca semejante aplomo y pueda aguantar un buen ritmo. Sin duda, los ingenieros que construyeron este coche querían algo divertido y que fuese un SUV capaz en la carretera. Pese a ello, las llantas de 18 pulgadas no son las ideales en zonas con asfalto algo más descuidado, ya que con ellas el coche resulta demasiado firme de suspensión. 

Test 100.000 km Volkswagen T-Cross

Aunque no es algo del todo criticable, ya que no podemos esperar que un coche con 2,55 metros de batalla y amortiguadores de acero sin suspensión adaptativa se comporte como un Mercedes Clase S. En la liga de los SUV pequeños, su sistema multimedia puede considerarse un éxito. 

Solo echamos en falta poder ver atascos en tiempo real y un sistema de reconocimiento de señales de tráfico basado en cámaras, no en una base de datos. A bordo hay mucha comodidad, con una altura que nos permite entrar y salir del coche sin problemas. 

Aunque esa primera impresión de los asientos, tras muchos kilómetros, hace a algunos compañeros echan de menos un mayor apoyo lumbar. Un detalle menor, porque en largas distancias demuestra ser un coche con una posición de conducción muy confortable. 

Los materiales del interior no son precisamente de lujo. Los plásticos abundan en el habitáculo y el punto positivo de esto es la facilidad con la que se puede limpiar el habitáculo, con una bayeta o una toallita todo quedará muy limpio. 

Test 100.000 km Volkswagen T-Cross

Ahora bien, una vez limpiado, tanto por dentro como por fuera, a conciencia, es el momento de desmontar todo el vehículo y ver cómo le han sentado los 100.000 kilómetros de recorrido al T-Cross.

Los ejes delantero y trasero estaban en buenas condiciones salvo por un poco de corrosión superficial inofensiva que no afectaba para nada al rendimiento del coche. En algunas zonas también podía observarse algunos restos de óxido sobre la chapa, pero en una fase inicial. Nada alarmante o de lo que preocuparse en exceso.

El análisis del motor no reveló nada fuera de lugar, al igual que la caja de cambios, el embrague o la electrónica. Todo estaba OK en cuanto a la mecánica. ¿Así que se ha alcanzado la perfección? No, eso es imposible. 

En el interior, la alfombrilla del copiloto se había soltado por rotura de su enganche y el asiento trasero derecho se había salido de su posición al desplazarse levemente de sus guías originales. Detalles, más que nada. 

Pequeñas cosas que mencionamos en aras de la exhaustividad y de un análisis de vida tras tantos kilómetros a lo largo de varios años. Pero, en general, el T-Cross nos ha dejado muy buenas sensaciones y es un SUV razonable que se comporta bien en cualquier situación.

Nuestra opinión

No hay prácticamente ningún SUV pequeño que sea tan redondo como el VW T-Cross. La prueba de resistencia con desmontaje demuestra que su mecánica es muy fiable. Sus pequeñas deficiencias en confort podrían mejorar con su próximo lavado de cara

Etiquetas: SUV

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