Prueba Nissan Leaf: Sentimientos encontrados

Me está sucediendo algo que hacía tiempo no me pasaba. Han coincidido varios amigos preguntándome por el tema de los vehículos eléctricos. Carmena y Colau los han puesto de moda. Más que nunca. Bueno, también es que ya están alcanzando unas autonomías bastante dignas y usables, como la que tiene el protagonista de estas páginas, el nuevo Nissan Leaf. Otra cosa es que entremos en el discurso de que su ecologismo es relativo, ya que la electricidad puede proceder de fuentes no renovables y bastante más contaminantes de lo que nos quieren hacer creer los fabricantes. Está claro que no es una energía limpia 100% a no ser que proceda de un aerogenerador, por ejemplo, pero tampoco es el momento de entrar en ese debate.

En el que debo entrar es en el de qué me parece este Leaf, que promete una autonomía teórica de 380 km gracias a una batería de ión-litio de 40 kWh de capacidad. ¿Optimista? Estoy deseando recorrer mundo para comprobarlo…

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Prueba Nissan Leaf (13 imágenes)

Comienzo la prueba del Nissan Leaf saliendo de casa, en la calle Alcalá de Madrid, con dirección a Navas del Rey, a 67 km, donde me espera Álex Aguilar para hacer las fotos que acompañan al artículo. No está cargado a tope, por lo que veo una autonomía de 259 km en el cuadro. Voy muy tranquilo, con el modo Eco activado y una conducción muy suave y eléctrica, es decir, sin pasarme con el acelerador y aprovechado las bajadas para recuperar la máxima energía posible. Por cierto, este modo reduce bastante la capacidad de aceleración y exige pisar mucho más el pedal derecho para tener el mismo empuje que sin él activado. Y si también pones el cambio automático en la posición B, la retención es mayor. Otra cosa es el e-Pedal, que solo te recomiendo activar (con un botón junto al mando del cambio) en ciudad, para casi olvidarte del freno. Al soltar el acelerador, la frenada llega a 0,2 G, deteniéndose hasta el final y sin tener que apretar el freno una vez parado. Me ha llamado mucho la atención. Es como conducir de una nueva forma... solo regulando el acelerador. Eso sí, al principio es difícil calcular si se detendrá en el espacio que quieres.

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El miniviaje, como explicaba, lo hago a ritmo tranquilo y sin superar los 100 km/h. Y el recorrido es bastante plano. La denominada Carretera de los Pantanos (M-501) transcurre sin muchas cuestas, hasta las inmediaciones de Chapinería, aunque llegando a Navas se compensa con una prolongada bajada. Ya a medio camino empiezo a preocuparme. Veo que, de media, el completo panel de instrumentos me muestra la bajada de un kilómetro de autonomía cada 600-700 metros recorridos. Llego a Navas del Rey con un alcance posible de 130 km. Es decir, ha consumido prácticamente el doble de kilómetros que los que tenía el trayecto. Y eso, como decía, con una conducción consciente y especialmente cuidadosa. Pero, para comprobar de nuevo el consumo, conecto el Leaf un par de horas a un enchufe normal y subo la autonomía a 160 km para volver con garantías. Misma conducción, recorrido inverso. Llego a casa con 50 km de autonomía. De nuevo, vuelve a consumir bastante más de lo que preveo.

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Pero no seamos injustos. Este Nissan es eminentemente urbano y me propongo probarlo en ciudad: de casa al trabajo, en un trayecto de unos 10 km, gran parte de ellos inmerso en un bonito atascazo típico de hora punta en la M-30. Tardo 45 minutos para recorrer este trayecto. Salgo de casa con los 50 km que me quedaron. Después de interminables arranca-paras (gracias e-Pedal por facilitarme este trance) llego a la redacción. ¿Autonomía restante? 30 km. Sí, de nuevo el gasto de kilómetros dobla los recorridos. Y, por cierto, todos sin el aire acondicionado puesto.

Otra cosa es el coste de uso. Si te mueves de casa al trabajo, vamos a suponer que todos los días consumas 40 km. Lo deberías enchufar toda la noche cada cinco días. Coste: en tarifa valle de uno a dos euros.

Esto mismo, con gasolina y un consumo medio de 7,0 litros (en ciudad) a un precio de 1,15 euros/litro de media, te costaría 16 euros. Ahorro: unos 15 euros a la semana, al mes 60, al año 720... En resumen: debes echar cuentas, pero en 10 años ahorrarías unos 7.000 euros. Eso, sin usarlo los fines de semana ni en trayectos largos. Yo lo veo como segundo coche familiar para el día a día en una gran urbe. Como coche principal, todavía le falta... recorrido.

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