Tesla lleva un tiempo ganándose enemigos entre los sindicatos de trabajadores escandinavos y la escalada de tensión entre ambas partes no deja de crecer. El último movimiento anunciado viene de la Asociación de Trabajadores de Transporte de Suecia, que dejará de recoger la basura de las tiendas y concesionarios de la marca a partir del 24 de diciembre.

La trifulca viene de bastante tiempo atrás, a hace más de cinco años. Los mecánicos de los centros de servicio de la marca de Elon Musk, como ocurre con todos los trabajadores del país, forman parte de un sindicato, así que esperaban que Tesla accediera a un acuerdo de negociación colectiva.

Sin embargo, el fabricante ha rehusado firmar durante cinco años, así que los mecánicos y técnicos decidieron declararse en huelga. Lo que seguramente no esperaba Tesla es que trabajadores de otros sectores se solidarizaran y le complicaran todavía más la situación. 

Los primeros fueron los estibadores, que se negaron a descargar de los barcos cualquier tipo de material de la firma estadounidense. Para solventar el obstáculo, Tesla optó por llevar los coches hasta allí desde países vecinos: Dinamarca, Noruega y Finlandia. Sin embargo, cuando se enteraron, los sindicatos de dichas naciones también se negaron a descargar los vehículos.

De hecho, la bola no ha dejado de crecer y poco a poco se han sumado trabajadores de otros sectores, como el servicio postal, los conductores o, los últimos, el servicio de limpiezas, que amenaza a la compañía con dejar de recoger su basura a partir del próximo día 24 de diciembre si no se llega a un acuerdo antes.

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Tesla Cybertruck (3 imágenes)

Tommy Wreeth, presidente del Sindicato de Trabajadores del Transporte de Suecia, ha emitido un comunicado en el que apunta: “Este tipo de acción de solidaridad es muy rara. Lo utilizamos ahora para proteger los convenios colectivos suecos y la seguridad del modelo de mercado laboral sueco. Tesla no puede ignorar la norma en el mercado laboral sueco”.

Además, la semana pasada el fondo soberano de Noruega (1.500 millones de dólares), que es el mayor inversor bursátil del mundo y el séptimo mayor inversor de Tesla, dijo que va a seguir presionando al fabricante para que respete los derechos laborales, incluida la negociación colectiva.

Fuente: Reuters