La increíble historia del Volkswagen Polo Harlekin

Esta es la increíble historia del Volkswagen Polo Harlekin, un coche que sigue despertando mucha curiosidad pese a que se cumplirán pronto las tres décadas desde su presentación. Se trata de un Polo con un traje muy curioso, una carrocería pintada con diferentes colores que nos recuerda a los colores de un traje de payaso. Sin duda, uno de los coches más curiosos que haya presentado la marca alemana.

Si nos adentramos en los orígenes de la palabra arlequín, nos tenemos que remontar hasta el siglo XVI. Y es que este nombre proviene de un personaje de la comedia del arte italiana, conocido allí como arlecchino. El italiano Alberto Naselli interpretó a Zan Ganassa, uno de los primeros y más famosos arlequines. Incluso llegó a actuar en España, en el Corral de la Pacheca, en Madrid.

En este personaje se inspiró la marca, presentando en 1995 el Volkswagen Polo Harlekin. La idea era promocionar el concepto de configuración del modelo por bloques. Y es que el cliente podía configurar el coche a través de diferentes bloques referenciados en colores. De este modo teníamos azul para los motores y chasis, amarillo para las opciones del interior, verde para la gama de colores de carrocería y rojo para el equipamiento opcional. Aunque hay diferentes teorías sobre su origen.

Algunos dicen que se inspiró en un anuncio que la agencia Doyle Dane Bernbach hizo para Volkswagen of America en 1964. En el mismo se podía ver un Beetle en diferentes colores, unos colores que hacían referencia a los cambios del modelo. Otros apuntan a que fue obra de Ferdinand Piëch, al que se le ocurrió crear una serie de 20 unidades del modelo en estos cuatro colores para llamar la atención. La idea de la configuración era secundaria. 

De cualquier modo, el Polo Harlekin generó gran expectación. Y es que se lo tomaron muy en serio. La forma en la que habían sido pintados conseguía que desde cualquier ángulo se pudiesen apreciar los cuatro colores. Hablamos del azul, amarillo, verde y rojo. Además, los 20 primeros Polo Harlekin contaban con intermitentes naranjas en los faros delanteros y en los pilotos traseros, no así con la versión de serie del Polo Harlekin, pues en ese caso fueron blancos. 

Si no has estado atento a las anteriores líneas, te contamos que se vendió en serie. Y así se hizo dada la gran cantidad de peticiones que llegaron a los concesionarios Volkswagen. Muchos clientes querían comprar el Polo en ese esquema cromático, y la marca atendió estas peticiones. Los colores escogidos fueron rojo Flashrot, azul Chagallblau, verde Pistazie-grün y amarillo Ginstergelb. Había nacido el Volkswagen Polo Harlekin, y uno que podías comprar.

Más interesante era la forma de producirlos. Las unidades se pintaban completos con uno de estos cuatro colores, y a medida que avanzaban en la línea de montaje se desmontaban sus paneles de carrocería. Entonces era el turno de intercambiar las piezas para dar este acabado multicolor. Qué genialidad.

No hace demasiado, Volkswagen Holanda creó una unidad del Polo Harlekin tomando como base el modelo de entonces. Pero se quedó solo en eso.