Comparativa del Toyota Yaris vs Opel Corsa y el Volkswagen Polo

El Opel Corsa se vende muy bien, en 2022 nada menos que 50.191 ejemplares. Utiliza la misma tecnología que el Peugeot 208 y, al igual que el Volkswagen Polo, está fabricado en España.

Diseño

 El Toyota Yaris (31.048 unidades vendidas en 2022), con sus formas que se desvían deliberadamente de la teoría pura de la economía espacial, es ya un clásico entre los coches pequeños con diseños que anteponen la personalidad a la practicidad pura. 

El Volkswagen, que se renovó en 2021 (26.402 unidades vendidas en 2022), ya es visualmente maduro: con 4,07 metros de largo y 1,75 metros de ancho, es más grande que un Golf 3 de los 90 -y en su momento fue considerado familiar-.

El funcionamiento en el interior del Polo es más convencional que el del Golf actual: botones reales en los radios del volante, y los controles deslizantes que distraen y requieren que mires solo se encuentran aquí en los controles del aire acondicionado. Mejor así.

Mucho plástico encontramos en el pequeño de Toyota, pero eso sí, con ajuste sólidos e impecables. Lleva la nueva generación de navegador táctil, que ya se presentó en el Toyota Corolla.

Funcionamiento muy convencional en el Opel, con llave de contacto giratoria… y mandos giratorios. Lleva un pequeño navegador de siete pulgadas y el espacio para los pies es algo justo. Y es que en la parte delantera del Opel vamos en una posición muy baja, los son bastante pequeños en la base, aunque los respaldos sí son amplios y cómodos. 

Espacio del Polo, el Yaris y el Corsa

En el Polo voy más elevado, y es el único candidato con apoyos lumbares en los asientos, lo cual resulta caro, pero vale la pena. Los asientos deportivos del equipamiento GR del Yaris ofrecen mucha sujeción lateral y en los hombros.

En las plazas traseras del Toyota realmente se va muy justo: su pequeño tamaño las hace más recomendables para niños o, en su caso, para trayectos cortos. La apertura de la puerta es además muy rácana, de manera que entrar no es cómodo en absoluto. 

El Polo tiene una entrada y salida decentes en la parte trasera, donde además tiene más espacio. En el Opel, la parte trasera, va tan justo de confort como el Toyota: pequeño hueco en la puerta, banqueta demasiado baja, los reposacabezas presionan el cuello.

El espacio de carga del Corsa tiene un volumen útil que va de 309 a 1.081 litros, sin piso de carga doble. El Yaris sí que lo tiene, pero con entre 286 y 935 litros, su volumen de carga es claramente el más pequeño.

El Polo es el coche más grande y lógicamente también ofrece el maletero más generoso, que cubica de 351 a 1.125 litros. Y si abates los respaldos traseros tienes un área de carga plana.

Comportamiento del Polo, el Yaris y el Corsa 

Como es típico en Volkswagen, el Polo pisa con confianza, gira ágilmente e informa al conductor de manera vinculante sobre lo que está sucediendo en el asfalto, a través de una dirección muy comunicativa.

Y dado que el pequeño motor de tres cilindros y 1,0 litros (110 CV, 200 Nm) no vibra ni gruñe de forma demasiado audible, se crea una impresión de conducción pulida, como de coche de una categoría superior. Esto también se refleja en detalles de primera clase, como la lente de la cámara trasera oculta en el logotipo del fabricante desplegable. Sin embargo, todo esto tiene su (alto) precio.

Significativamente más ligero que su predecesor, el Corsa ofrece una impresión de conducción más acorde con su segmento, y es que la carrocería se ajusta más y el ruido del motor es mayor. 

Port suerte, el pequeño rugido del motor turbo de tres cilindros de alto par, con 1,2 litros de cilindrada (100 CV, 205 Nm) es agradable y le da un toque deportivo.

El Corsa se siente ligero y manejable como un kart, en lo que tiene mucho que ver su dirección precisa y de respuesta directa y la posición baja del asiento, y también la suspensión, que responde algo seca sobre las juntas transversales y los adoquines. 

En el slalom, eso sí, no puede ocultar su ascendencia francesa: los límites de la agilidad se hacen evidentes rápidamente, y el ESP quita el ritmo desde el principio.

El Yaris lleva propulsión híbrida: cuando se aprieta el botón EV, arranca de forma puramente eléctrica, pero solo recorre unos cientos de metros debido a la pequeña batería.

Luego, el tres cilindros (potencia del sistema de 116 CV) gruñe más de la cuenta por el engranaje planetario del variador continuo típico de Toyota, aunque ha mejorado algo en estas lides. La impresión ruidosamente áspera ahora se limita en los momentos de fuerte aceleración. 

Y sorprendentemente, hemos podido circular a una velocidad constante de 160 km/h por autovía (alemana, claro) sin poner en peligro los oídos de los ocupantes. Y con menos vibraciones que en el Opel.

La estabilidad en línea recta del japonés, eso sí, deja que desear: el conductor tiene que hacer pequeñas correcciones constantemente. Además, el Yaris GR Sport utiliza una combinación de muelle y amortiguador de recorrido más corto que la versión normal, lo que lo penaliza en tramos bacheados. 

Factores para decidir la compra

Puesto 3: Opel Corsa 1.2 Direct Ignition Turbo. El tercer lugar no significa que no nos haya gustado mucho. Y su excelente relación calidad/precio, además de una reducida depreciación, respaldan su estatus de superventas.

Puesto 2: Toyota Yaris Hybrid 1.5 VVt-i. No necesariamente tienes que pedir el GR Sport, pero ofrece mejores asientos y distancias de frenado más cortas. 

Puesto 1: Volkswagen Polo 1.0 TSI. Pulido, completo, se conduce como un coche de una categoría mayor. Lamentablemente, todo esto tiene su precio.