La increíble historia del Maserati Bora

Igual que el Maserati MC20 se ha convertido en el primer modelo con motor central trasero de la nueva era de la marca de Módena. En su momento ese papel fue desempeñado por otro modelo que tiene el honor de ser el primer vehículo de la historia de la marca que tuvo un propulsor con esa ubicación. Esta es la increíble historia del Maserati Bora.

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El 11 de marzo de 1971, en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, la marca italiana presentó un deportivo del que se produjeron 564 unidades hasta 1978. El Maserati Bora supuso toda una revolución y no llegó solo: estaba acompañado del Maserati Boomerang, un prototipo coupé firmado por Giorgetto Giugiaro con soluciones futuristas en mecánica y una afilada carrocería en forma de cuña.

Tendencias de la F1

El diseñador italiano también era el responsable del Maserati Bora. La marca italiana le encargó el vehículo pidiéndole que siguiera la tendencia que ya había revolucionado los coches de Fórmula 1 en años anteriores: un deportivo con el motor montado en posición central trasera. Y a esto debía añadir una serie de prestaciones en diseño, comodidad y seguridad. Salta a la vista que lo logró.

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De sus manos nació un coupé de dos plazas con líneas simples y elegantes que le dieron al Maserati Bora una apariencia equilibrada, fluida y depurada. Un estilo en el que los faros escamoteables se convirtieron en una de sus características distintivas que, además, ayudaron a evitar la resistencia aerodinámica.

El modelo italiano lucía un morro afilado, bajo y delgado para perforar el aire. La parrilla delantera contaba dos salidas de aire rectangulares que, además, enmarcaban el tridente central. El perfil lateral era prácticamente listo y una fina moldura de goma negra lo dividía en dos partes, justo por el centro. La zaga, por su parte, terminaba en una cola truncada.

Motor central trasero

El diseño de ingeniería del vehículo llevaba el nombre de Giulio Alfieri. Él fue el encargado de dar cabida al V8 de 4.700 cc que ofrecía 310 CV a 6.000 rpm e iba montado longitudinalmente en un bastidor auxiliar instalado en el monocasco. Dos años más tarde también albergaría la unidad de 4.900 cc. Un motor ágil que permitía al Maserati Bora alcanzar una velocidad máxima de 280 km/h.

A esto hay que añadir una caja de cambios de cinco velocidades, embrague en seco de disco único, un diferencial que sobresale en el eje trasero, amortiguadores telescópicos y, por primera vez en un Maserati, suspensiones independientes en todas las ruedas.

El Bora acaba de cumplir 50 años de historia y su herencia permanece intacta en la nueva era para la marca que acaba de iniciar la marca. Con el tiempo ha sabido conservar su exclusividad, deportividad y su naturaleza única con ese motor central trasero que se replicó por primera vez en el MC12 y ahora convertido en una característica clave del nuevo Maserati MC20.