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La increíble historia de los 1.000 sudafricanos, el canto del cisne del VW Golf MkI

Volkswagen Golf Citi Limited Edition

25 años después de su lanzamiento.

Los coches tienen un ciclo de vida que difiere según el modelo, pero que suele rondar los siete u ocho años. En ocasiones se puede alargar hasta la década, pero son casos contados. Sin embargo, que una generación deje de venderse en ciertos mercados, no significa que no siga comercializándose en otros lugares durante mucho más tiempo, como pasó con VW Golf MkI.

La primera entrega fue la que dio el pistoletazo de salida al mito y, aunque lógicamente ha evolucionado, Volkswagen ha querido mantenerse lo más fiel posible (dentro de lo comprensible), a su concepto original.

 

Sin embargo, para los más puristas, ninguna entrega posterior ha vuelto a tener el encanto de la original. Lo curioso, es que esta generación tiene una peculiar historia detrás, pues mientras que en Europa íbamos avanzados entre sus sucesoras, en Sudáfrica siguieron disfrutando de ella hasta 2009, cuando se fabricó una tirada de despedida de 1.000 ejemplares.

La primera generación del Volkswagen Golf llegó a Sudáfrica en 1978 y en 1984 haría lo propio la segunda, al mismo tiempo que en Europa.

Sin embargo, ésta era más cara y las ventas se resintieron, por lo que se decidió retomar la original, pero actualizándola en algunos aspectos.

Así apareció el Golf Citi, una versión basada en la anterior y ligeramente actualizada. A pesar de lo rápido que hizo su entrada en escena, siguió vendiéndose durante 25 años como el modelo de entrada de la firma germana en el país.

Lógicamente, una vida tan longeva fue un hito, por lo que cuando se acercó el final de su ciclo de vida, el fabricante hizo lo que había que hacer, crear una edición limitada y numerada, el Volkswagen Golf Citi Limited Edition, de tan solo 1.000 unidades, que se encargó de promocionar no solo como una versión especial, si no como “un ítem de coleccionismo”.

Volkswagen Golf Citi Limited Edition

Su diseño, grandes rasgos, es el del Mk1, pero los más conocedores del Golf también identificarán algunos rasgos del Mk2, como es la parrilla de lamas horizontales o el hecho de contar con faros dobles circulares delanteros, y es que el modelo fue evolucionando durante el cuarto de siglo que estuvo a la venta.

Durante su carrera, la filial sudafricana de Volkswagen creó una enorme variedad de ediciones limitadas que buscaban mantener la atención sobre el modelo (Designa, Velociti, Citi.com o Deco, por solo mencionar algunas), aunque a efectos prácticos las diferencias que lucían entre sí eran bastante sutiles.

Como ocurrió durante toda su trayectoria, las opciones a elegir no fueron muchas ni siquiera en esta edición de despedida. 

La carrocería podía ir pintada en color negro o en Shadow Blue metalizado, calzaba llantas de 15 pulgadas con diseño de seis radios, tenía un marco cromado alrededor de la parrilla, contaba con una salida de escape doble, lucía franjas de aluminio pulido, tenía los cristales tintados y los pilotos traseros también estaban oscurecidos.

En el interior no faltaban rasgos míticos como la empuñadura de la palanca de cambios en forma de bola de golf, a la que se sumaban los asientos de tapicería mixta en tela y cuero, los pedales metálicos, el volante de cuero con diseño de tres radios, las costuras de contraste en color rojo o, por su puesto, una placa identificativa con el número de la unidad.

Volkswagen Golf Citi Limited Edition

Bajo el capó solo había una opción, un motor gasolina 1.6 de cuatro cilindros que desarrollaba 100 CV de potencia y 140 Nm de par máximo, asociado a una caja de cambios manual y a un sistema de tracción delantera.

Gracias a ello era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 9,7 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 180 km/h. Todo ello homologando un consumo mixto de 7,8 l/100 km. Lógicamente, solo cumplía la normativa de emisiones EU2 y registraba 181 gramos de CO2 por kilómetros.

Ahora bien, ¿cuánto costaba el Volkswagen Citi Limited Edition en su día? Se puso a la venta por 113.500 rands, lo que al cambio en aquel momento suponían unos 10.280 euros. No es caro para los estándares actuales, pero hay que tener en cuenta que se trataba de Sudáfrica hace una década.

Como era de esperar, las 1.000 unidades volaron, en muchos casos suponemos que para hacer negocio en el futuro. ¿Fue una buena inversión? 

En 2022 un ejemplar, el número 459 de la tirada, con solo 16.598 km a sus espaldas e importado a Reino Unido, salió a subasta en Iconic Auctioneers. La puja ganadora fue de 16.313 libras, lo que al cambio fueron unos 19.000 euros.

En términos generales fue un broche final apropiado para su trayectoria, que fue longeva, pero tampoco excesivamente productiva en lo que a números se refiere. Durante los 25 años que estuvo en producción salieron de fábrica unos 377.500 ejemplares, lo que haciendo cuentas da lugar a una media de unos 15.000 coches anuales.

Etiquetas: Coches compactos

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