He probado el Honda CR-V híbrido, cuatro razones para comprarlo y una para pensarlo

En el mundo SUV donde cada día prácticamente nace una novedad, resiste desde hace varios años un rockero que se ha renovado con algún nuevo single. Es el Honda CR-V híbrido de esta prueba, que analizo a fondo después de probarlo durante una semana hasta reunir cuatro razones para comprarlo y una para pensarlo.

Situado entre un Kia Sorento y un Hyundai Tucson en términos de tamaño, el Honda CR-V lleva dando guerra en el mercado desde 1998, de hecho el año que viene cumplirá 25 años (y además estrenará nueva generación). Al principio nació para competir con aquellos primeros SUV compactos tipo Toyota RAV4, pero poco a poco ha ido creciendo en tamaño.

Ahora mide 4,6 metros de largo y por eso se sitúa entre dos clases, los grandes todocamino siete plazas y los SUV compactos tipo Seat Ateca. La actual generación ya lleva unos años en el mercado, aunque se renovó hace un par de años con ligeros retoques estéticos que afectaron a las ópticas delanteras y traseras.

Por otro lado, atento a las necesidades de cumplir las normativas de emisiones que rigen hoy en día, el CR-V se mueve con un motor híbrido. La tecnología i_MMD (Intelligent Multi-Drive Mode) es la responsable de este corazón, compuesto por dos bloques eléctricos y un propulsor gasolina de dos litros y 145 CV. La potencia conjunta es de 184 CV. 

Presentado el japonés en sociedad, llega el momento de conocer como se ha comportado en esta prueba, hasta encontrar las cuatro razones para comprarlo y una para pensarlo de las que te hablaba al principio.

1. Espacio interior y maletero

Aunque no cuenta con la opción de poder montar una tercera fila de asientos, por espacio disponible realmente podría. El habitáculo del CR-V es el más amplio y mejor aprovechado entre los modelos de 4,6 metros de largo, con centímetros más que de sobra para tres adultos en la fila central y una sensación de desahogo (y luminosidad) en el interior continúa.

Por eso, cinco personas viajan en su interior sin ningún problema y todavía disponen de casi 500 litros de maletero tras el respaldo trasero. Digo "casi" porque una de las desventajas del sistema híbrido es que pierde algunos litros de capacidad por la presencia de los componentes eléctricos. Ahora, en vez de 561 litros ofrece 497, con un máximo que llega hasta los 1.694 de máximo. 

2. Confort de marcha

Esa comodidad en términos de espacio interior continúa al viajar en un Honda que se declara claramente rutero. La suspensión está pensada para filtrar todas las irregularidades con suficiencia, de forma que el pasaje siempre irá contento. Otra cosa es cuando el conductor si enlaza curvas en un puerto a buena velocidad, donde se manifiestan claras inercias de la carrocería.

Está claro que es no es su hábitat preferido, y sí rodar por autovías y completar largos viajes interurbanos llegando al punto de destino sin cansancio. Además numerosos huecos portaobjetos repartidos por el interior facilitan la vida a bordo.

3. Motor

Como veíamos antes, este Honda CR-V se ha pasado al lado híbrido de la fuerza y ya solo se comercializa con esta motorización que le abre la puerta a disponer de la Etiqueta ECO de la DGT (y con ello la puerta de las zonas más céntricas de muchas ciudades). ¿Por qué no lleva la pegatina Cero? Pues porque su sistema híbrido solo permite ir dos kilómetros en modo 100/100 eléctrico.

Es el primero de los tres programas de conducción que ofrece, el EV Drive. Después están el Hybrid Drive, donde trabajan a la vez los bloques de gasolina y eléctrico y el Engine Drive, modo en el que solo funciona el propulsor de gasolina. Se puede seleccionar cada uno de los modos con un pulsador, de forma que eliges lo que más conviene.

Así además puedes ahorrar combustible en ciudad, aunque el gasto medio que he conseguido mezclando todo tipo de recorridos es de 6,5 l/100 km, una cifra realmente contenida que se convierte en la primera virtud de este motor.

La segunda está en sus buenas prestaciones, sobre todo en la capacidad de aceleración... y eso que la sensación de empuje al volante no es tan poderosa como en otros modelos que tienen cerca de 200 caballos. La culpa es de una transmisión por variador continua que resta brillantez por su resbalamiento.

4. Precio y equipamiento

El Honda CR-V está disponible desde 32.000 euros con este mismo solvente y moderno motor, aunque en el nivel de acabado básico Comfort. Mi unidad de pruebas se va hasta los 44.000 euros, al ser el tope de gama Lifestyle y montar de serie la tracción integral a las cuatro ruedas, que aumenta su polivalencia.

Sin embargo, mi consejo es que si lo que estás buscando es un SUV realmente grande y capaz por dentro y no te vas a salir nunca del asfalto, con la versión de acceso tendrás más que suficiente. Sobre todo porque a nivel de equipamiento, ese nivel inicial Comfort viene con una dotación de serie muy completa.

Para pensarlo: diseño interior y materiales

Y para el final he dejado la razón por la que me pensaría la compra de Honda CR-V. Como lees, estoy hablando del diseño interior y de los materiales. El paso del tiempo no perdona y aunque es cierto que por fuera luce tan moderno como sus rivales, por dentro la apariencia visual es superada por un Peugeot 5008 o un Hyundai Santa Fe.

Son dos ejemplos de coches más recientes, donde se nota que el capítulo de la digitalización está mucho más avanzado que en el CR-V. Lo mismo ocurre con el tacto de los materiales, pues el japonés abusa del plástico. Pero si quieres híbrido, SUV y espacio a buen precio, el CR-V es una gran opción.