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La fórmula de Tesla para que sigas pagando por un coche que ya has comprado

Así quiere Tesla que sigas pagando por un coche que ya has comprado

Empresas como Tesla vinculan sus productos a acuerdos que fuerzan al consumidor a reparar sus productos sólo con proveedores oficiales, teniendo que pagar más.

Los automóviles más modernos, especialmente, los eléctricos, están equipados con numerosos dispositivos y sistemas electrónicos que funcionan con software, pero, lejos de ofrecer ventajas (que también), pueden convertirse en un quebradero de cabeza para los consumidores. Un ejemplo es la manera en que Tesla obliga a seguir pagando por un coche que ya has comprado.

Es una tendencia que no sólo ocurre con empresas como la de Elon Musk, sino en muchas más, sobre todo, las tecnológicas. A medida que aumenta el número de esos dispositivos, los fabricantes ejercen un mayor control sobre sus productos, incluso después de que el cliente se los haya llevado a casa. 

En algunos casos, las empresas fuerzan al cliente a utilizar sus servicios de reparación, inutilizando el producto si intentan arreglarlo ellos mismos, como publican los compañeros de Business Insider España. En otros casos, exigen a la gente que pague una suscripción para acceder a las funciones básicas de los productos

El pasado mes de marzo, varios propietarios demandaron a Tesla por monopolizar los (caros) servicios de mantenimiento de sus coches, ya que la marca les obliga a hacer cualquier reparación en el servicio oficial, sin permitir que puedan acudir a cualquier taller especializado.

La fórmula de Tesla para que sigas pagando por un coche que ya has comprado

Así quiere Tesla que sigas pagando por un coche que ya has comprado

El software moderno permite a los fabricantes atar a los usuarios para siempre. Las empresas están empezando a monetizar este control, gracias a métodos distópicos y falta de regulación. Es decir, que estas compañías hacen que seas usuario de algo, pero sin ser de tu propiedad, al menos en su totalidad.

Estas empresas, como Apple, pero también Tesla, utilizan una serie de tácticas para mantener a los clientes enganchados después de haber comprado un producto, como por ejemplo, un vehículo. Una de esas técnicas es utilizar sensores técnicos para impedir cambios no autorizados en el producto

 

En el caso de Tesla, el software que equipan sus coches puede detectar y si el dueño del vehículo ha instalado un accesorio que no sea del propio fabricante, por ejemplo, un enganche de remolque. 

Con un modelo de otra marca, puedes acudir a cualquier centro especializado para que te coloquen una bola de remolque (que luego tendrás que homologar en la correspondiente ITV), pero si tienes un Tesla no puedes hacer eso, tienes que instalar forzosamente una bola de la marca que, por cierto, están agotadas.

Pero no sólo tesla realiza este tipo de prácticas. Otros fabricantes, como Mercedes y BMW, han empezado a incluir servicios de suscripción para utilizar determinadas funciones de los vehículos. 

Servicios de suscripción en los coches

Así quiere Tesla que sigas pagando por un coche que ya has comprado

Hace poco, ambas marcas ocuparon los titulares de algunos informativos y en prensa en Estados Unidos, al cobrar a sus clientes cuotas mensuales por una mejor aceleración o el uso de asientos calefactados. Es decir, cobrar a un cliente que ya ha comprado el producto. 

O, dicho de otra forma, el cliente compra el coche, paga por incluir los asientos calefactables y ahora tiene que pagar más por activarlos. 

De esta manera, las marcas utilizan la conectividad para supervisar y controlar lo que el cliente hace. Si detecta que ha hecho algo que no le gusta, por ejemplo, activar la calefacción del asiento, puede eliminar o desactivar toras funciones. 

Esto significa que el propietario no es dueño de su coche, lo cual es también bastante desconcertante el hecho de que una empresa desde fuera pueda controlar tu vehículo. 

Volviendo a Tesla, recientemente ha sido acusada de revocar a distancia la capacidad de carga, la compatibilidad con la carga rápida y otras cuestiones. En consecuencia, los consumidores tienen miedo de hacer algo que desagrade a los fabricantes, sabiendo que pueden ser castigados.

Pagar más por lo que ya has pagado

En resumen, nos encontramos en una situación en la que el propietario de un Tesla se ve obligado a seguir pagando una vez que ha comprado el coche, mediante las reparaciones en servicios oficiales y la suscripción para usar determinadas funciones de su coche. 

Es cierto que los fabricantes dan la posibilidad de aceptar las condiciones de uso antes de proceder, pero esos documentos incluyen normas que impiden a la gente arreglar sus productos o permiten a la empresa recuperar la propiedad si no aprueban el uso que hacen los clientes. 

El problema es que esos términos y condiciones de uso son muy densos y están redactados con una complicada jerga jurídica, que hace que el usuario difícilmente se las lea. De hecho, una encuesta realizada por Deloitte a 2.000 usuarios en 2017 reveló que el 91% aceptaba las condicciones de uso sin leerlas.

Etiquetas: Tesla

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