Logo Autobild.es

El día que Volkswagen hizo pruebas secretas con el motor W10 de un BMW M5

Volkswagen motor W10 BMW M5

Y ahora el coche resultante está a la venta.

Volkswagen, motor W10 y BMW M5 no es una binación muy habitual para encontrar en una misma frase y, sin embargo, hubo una ocasión extremadamente especial en la que estas tres entidades compartieron escenario. Vamos a repasar la historia del día que Volkswagen hizo pruebas secretas con el motor W10 de un BMW M5.

De hecho, volviendo a las rarezas, ya el propio propulsor en sí es toda una rara avis: ningún fabricante ha vendido jamás un motor de 10 cilindros con una disposición de ‘uve doble’, nunca. Esta disposición ya es rara de por sí y solo es habitual en Bentley, con su W12, y en Bugatti, con su W16.

 

Sin embargo, Volkswagen tuvo un W10 que, para más inri, solo montó un modelo de BMW. ¿Cómo fue posible todo esto?

Hay que volver al pasado, concretamente a principios de la década de los 2000, cuando Ferdinand Piëch encargó a Sabine Willeke que desarrollara una nueva familia de motores, resultado de lo cual fueron los diferentes bloques ‘W’ de Volkswagen, los W8, W12 y W16

Sin embargo, hubo otro integrante más que nunca llegó a ver la luz de manera oficial, pero que sí se desarrolló, se probó como prototipo e incluso dio vida a un M5 que el propio Piëch se quedó como vehículo personal.

Volkswagen motor W10 BMW M5

El propulsor fue concebido como la unión de dos motores VR5, el 2.3 de 170 CV que la marca alemana ofreció durante un tiempo. Estos estaban unidos por un cigüeñal común y el resultado era una potente mecánica que, con aspiración natural, era capaz de desarrollar una potencia de 500 CV y 550 Nm de par máximo.

El propulsor resultó del gusto de la marca, que se encontró en una tesitura bastante peculiar: no disponía en su gama de ningún coche que tuviera la capacidad de acoplar este motor sin tener que llevar a cabo considerables modificaciones en sus chasis y suspensiones. 

¿La solución? Buscar un modelo de otra marca. Se eligió un BMW M5 E39 porque era un vehículo que a Piëch le gustaba, se extirpó su motor, que era un V8 de 400 CV, y se instaló el W10. El resultado fue un aumento de potencia considerable, pero también un engorde sustancioso, pues el BMW pasó a pesar 150 kg más.

A pesar de ello, parece que el resultado fue bueno, hasta tal punto que Piëch se quedó el coche. Sn embargo, el resultado acabó descartándose y no se llevó a producción.

Lo curioso es que, años después y sin confirmación oficial por parte de VW, el ejemplar ha salido a la luz porque está en posesión de GDM Motors, quien lo ha puesto a la venta.

Descubre más sobre , autor/a de este artículo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.