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Crítica de Ferrari, el drama de Michael Mann sobre la escudería y su líder Enzo

Adam Driver como Enzo Ferrari en la nueva película biopic

Raquel Hernández Luján

El 9 de febrero llega a los cines la película Ferrari, dirigida por Michael Mann y protagonizada por los intérpretes Adam Driver y Penélope Cruz. Ésta es nuestra valoración.

¿Escuchas rugir los motores? ¡Claro! Se debe a que está a punto de llegar a la cartelera Ferrari, la nueva apuesta de Michael Mann por el cine en clave de biopic que centra nuestra atención en Enzo y Laura Ferrari en un momento de crisis descomunal tanto en su matrimonio como en la empresa que crearon juntos. Les dan vida Adam Driver y una excelente e intensa Penélope Cruz.

Nos situamos en el verano de 1957 para descubrir su tormentosa relación y la amenaza de la bancarrota, que lleva a nuestro protagonista a pedirle a su esposa que le venda sus acciones. Sin embargo, aún no han superado la pérdida de su hijo Dino el verano anterior, a causa de una letal distrofia muscular y atraviesan un momento de amor-odio muy complicado.

Ferrari - Galería de imágenes

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A dos velocidades distintas

Adicionalmente, Enzo vive una doble vida junto a su amante Lina Lardi (Shailene Woodley), con quien ha tenido un niño, Pietro, algo que trata a toda costa de mantener oculto ante la opinión pública y la propia Laura, por miedo a que cometa una locura por despecho.

Ferrari es ante todo un drama íntimo y familiar, enmarcado en el mundo de la automoción, pero dejando siempre claro que el principal foco es el retrato de los personajes. Y la figura de Enzo Ferrari no sale especialmente bien parada: es mostrado como un tipo bastante frío, muy pragmático y poco dado a sutilezas además de mujeriego y algo manipulador.

 

Se muestran varios ensayos y carreras pero donde la película se juega el resto es a la hora de mostrar la famosa XXIV Edición de la Mille Miglia, la última que se celebró. En ella Ferrari participó con cinco coches con los que quería demostrar su supremacía y recuperar cierto esplendor perdido frente a su principal competidor en el momento, Maserati.

La Mille Miglia era un tipo de carrera muy distinta a la de la Fórmula 1: era una prueba de resistencia en carreteras abiertas al tráfico que se disputó en Italia veinticuatro veces y en la que, como solía decirse, las grandes amenazadas eran "los niños y los perros".

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Es decir, que más allá de los habituales problemas técnicos de los coches como el desgaste de los neumáticos o el fallo de ciertas piezas, el hecho de que el trazado fuera completamente abierto era un verdadero problema de seguridad tanto para los pilotos como para los espectadores. 

¿Quién es quién?

No vamos a chafarte el resultado de la carrera de coches (si es que no lo conoces) ni mucho menos sus pormenores, pero sí te advertimos que no es apta para frágiles de corazón y Mann no duda en mostrar toda clase de detalles en un montaje paralelo en el que seguimos de cerca tanto el recorrido como su particular crisis familiar/empresarial de Enzo y Laura que determina. el futuro de la compañía.

Los implicados en la competición fueron Peter Collins (Jack O'Connell), Luigi Musso, Wolfgang von Trips, el piloto español Alfonso de Portago (Gabriel Leone), Edmund Nelson (Erik Haugen) y, sorprendentemente, Piero Taruffi (Patrick Dempsey). 

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Cualquier aficionado al motor encontrará alicientes para disfrutar de una película trágica y demoledora, pero que también sabe trasladar la emoción, el riesgo y a belleza de una carrera que recorrió en su momento algunos de los parajes más bellos de la orografía italiana. 

Nunca sale del área de interés de Ferrari el arrojo y la fragilidad de los pilotos dentro de los vehículos y la facilidad con la que podían perder la vida en un instante, pero tampoco las consecuencias económicas, deportivas y sociales de cada éxito o fracaso. La recreación histórica es muy potente, con un diseño de producción ambicioso y bien ajustado a las expectativas.

Los montajes paralelos, por el contrario, tienen el potencial de desesperar a los espectadores que tengan menos ganas de indagar en las vidas personales de la familia, puesta que ralentizan el desarrollo de la carrera y le restan algo de pegada, a pesar de la potencia del trágico clímax.

En definitiva, se trata de una película intensa, larga (130 minutos de duración) y que se centra en un periodo muy concreto de la vida de Enzo Ferrari. Atrás quedaban sus años de piloto, de amante marido y de padre entregado, volcado en la recuperación de su hijo. ¡Prepárate para las curvas!

Etiquetas: Estilo de vida

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