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Coches míticos sólo para verdaderos amantes del motor: BMW M1

BMW M1

Hay coches que marcan la historia de un fabricante. En el caso de BMW, fue su BMW M1, el primer superdeportivo de su trayectoria y un modelo tan importante que en la gama M se optó por no usar su nombre, dejando al pequeño de la casa como un ‘1M’ que rompía con el estándar del resto de sus hermanos. 

Pero eso fueron las últimas consecuencias de su existencia, empecemos por el principio, que se remonta al muy lejano 1978, cuando fue presentado en el Salón del Automóvil de París de aquel año con el objetivo de la marca alemana de plantar cara a otros fabricantes con más renombre en el terreno de los deportivos, como Porsche o Ferrari.

De hecho, BMW tenía la idea de crear un modelo para competir en distintas categorías de motorsport, algo para lo que había que pagar el peaje de crear una versión de calle, con un número de unidades determinada, que permitiera homologar el modelo de competición.

 

La firma bávara se unió con Lamborghini en un acuerdo por el que la italiana iba a encargarse de elementos como la fabricación y el montaje del coche, pero la precaria situación económica de esta hizo que la alianza se rompiera en 1976.

A pesar de ello, el M1 siguió teniendo sabor italiano, ya que distintas compañías del país de la bota se hicieron cargo de varios aspectos del modelo: TIR de la carrocería, Marchesi del chasis y BAUR del montaje… además de que del diseño se encargaría el mismísimo Giorgietto Giugiaro.

El diseñador tomaría como base el BMW Turbo de 1972, pero realizaría las modificaciones necesarias para transformar el vistoso prototipo en un coche real y completamente viable de producción.

Así, se mantuvieron sus angulosas formas, con un incisivo frontal, pero se eliminaron detalles como las puertas tipo alas de gaviota, así como la zaga completamente carenada. El resultado fue un modelo hijo de su época, pero con un diseño propio que ha envejecido como el buen vino. 

Sus proporciones consiguieron una aerodinámica excelente, con un coeficiente aerodinámico Cx de menos de 0,4. Aspectos como una altura realmente baja, de solo 1,14 metros, ayudaban a tal fin, aunque hacían que no fuera muy práctico el acceso a un interior que, además, no es que fuera particularmente espacioso.

La mecánica del BMW M1

El M1 montaba un motor 3.5 de seis cilindros heredado del BMW Serie 7, pero ajustado para la ocasión para conseguir un rendimiento mayor: de los 218 CV originales pasaba a entregar 277 CV, acompañados por un par máximo de 330 Nm. 

Se combinaba con una transmisión manual de cinco velocidades y con un sistema de tracción trasera con autoblocante en el tren trasero. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y su velocidad máxima era de 265 km/h.

Producción y competición

La historia del BMW M1 no fue muy larga, puesto que solo se fabricó durante tres años y, cuando cesó en 1981, solo se habían producido 456 ejemplares.

Lo interesante es que muchos de ellos fueron a parar a la competición, un aspecto bastante peculiar de su historia.

Cuando fue concebido, fue para participar en el Grupo 4. Sin embargo, durante el desarrollo del proyecto cambió la normativa, lo que hacía que esto fuera imposible. Su salvación llegó con el campeonato Procar, ideado por Bernie Ecclestone y que le otorgó un marco en el que participar y tener relevancia dentro de la competición.

historia bmw m1

Su concepto era muy peculiar. Se trataba de un campeonato de acompañamiento para la Fórmula 1, pero solo en sus carreras europeas, en las que participaban los cinco pilotos más rápidos de la F1, así como 15 de los mejores del mundial de turismos. 

Esto hizo que nombres como Niki Lauda y Nelson Piquet se pusieran los mandos de ejemplares del M1 de carreras, una versión potenciada hasta los 490 CV, lo que dio una mayor relevancia al modelo. 

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