La historia del BMW M1: el primer superdeportivo de BMW

El BMW M1 es la piedra angular de la familia BMW M. Se puede considerar como el origen a una saga de vehículos deportivos que han salido de las factorías bávaras durante más de cuatro décadas, posicionando a BMW como uno de los mejores fabricantes de coches del mundo. La historia del BMW M1, el primer superdeportivo de la marca alemana, comenzó en 1978 y concluyó tres años después con un total de 456 ejemplares producidos.

Sale a subasta el BMW M1 de 1980 de Paul Walker

Sería en el Salón del Automóvil de París de 1978 donde BMW haría la revelación de uno de sus coches más icónicos y deseados. Diseñado por el carrocero italiano Giorgio Giugiaro, el M1 combinó el estilo de los deportivos italianos con las altas prestaciones de su motor alemán. Para su elaboración, Giugiario tomó como base el BMW Turbo, un prototipo presentado en 1972 para celebrar los Juegos Olímpicos de Münich. En cierta medida, el M1 está fuertemente influenciado por este concept car.

La historia del BMW M1: el primer superdeportivo de BMW

Se prescindió de las puertas de ala de gaviota, se mantuvo casi inalterado su frontal y se adaptó la zaga para integrar algunos elementos estéticos que acercaban al Turbo a una versión de producción. También se eliminaron los pasos de rueda traseros carenados, se rediseñaron los laterales y se conservó la configuración de motor central, aunque para la ocasión se aumentó considerablemente la cilindrada.

Para su creación, BMW se asoció con Lamborghini con el objetivo inicial de construir un coche de competición con el que participar en diferentes categorías. Sin embargo, para homologar este modelo era necesario producir una serie mínima de unidades matriculables con especificaciones de calle. El BMW M1 era una necesidad imperiosa si la compañía germana quería dar un paso al siguiente nivel en carreras oficiales.

Puesta a punto de Lamborghini y motor BMW

La configuración del chasis, la suspensión y geometrías fueron cortesía de Lamborghini, mientras que la fabricación corría de la cuenta de BMW. Por desgracia, los de Sant’Agata Bolgonese tuvieron que abandonar el proyecto por problemas financieros mucho antes de lo deseado, aunque dejaron a BMW una gran base sobre la que trabajar. En el chasis, ubicado en posición central, se instaló un motor M88/1 de seis cilindros en línea con doble árbol de levas y 3.5 litros alimentados por un sistema de inyección de combustible Kugelfischer.

Este propulsor no era del todo nuevo. La mecánica se encargaba de propulsar al BMW Serie 7, lanzado un año antes que el M1, y al Serie 6, introducido originalmente en 1975. Sin embargo, el motor M88/1 recibía una serie de ajustes específicos del departamento M de BMW, lo que fue suficiente para que el motor pasar de los 218 CV que rendía en el Serie 7 a los 277 CV a 6.500 rpm que ofrecía en el BMW M1. El par máximo se situó en los 330 Nm a 5.000 rpm.

Unido a este motor, el BMW M1 recibió una caja de cambios manual de cinco velocidades firmada por ZF, con un diferencial autoblocante en el tren trasero. Según los registros de la época, esta configuración le permitía alcanzar los 100 km/h desde parado en 5,6 segundos y registraba una velocidad máxima de 265 km/h.

Solo se fabricaron 456 unidades

En 1981 se ponía el punto y final a la historia del BMW M1 con el cese de la producción. En total se fabricaron 456 unidades con especificaciones de calle, aunque también se crearon algunos modelos de competición. Los más famosos, pertenecientes a la serie Procar, recibían algunos avances tecnológicos directamente de la Fórmula 1, elevando su potencia hasta los 490 CV, acompañados de un completo kit de carrocería. El punto álgido del modelo se alcanzó con las normas del Grupo 5, cuando el M1 de competición con mecánica sobrealimentada rondaba los 900 CV de potencia.