Prueba del BMW M135i: (aún más) deportivo

La marca BMW  ahora ha revisado el representante más pequeño, el BMW M135i en un punto destacado: el chasis. 

Motor y comportamiento

Los datos de rendimiento del Serie 1 tope de gama siguen siendo los mismos: 306 CV de un cuatro cilindros de dos litros con un solo turbo, 450 Nm, 4,8 segundos para pasar de 0 a 100 y una punta limitada electrónicamente a  250 km/h. Pero la conducción ahora debería ser notablemente más vinculante y comunicativa. 

BMW nos ha dado dos configuraciones: suspensión deportiva con llantas de 19 pulgadas y suspensión adaptativa con llantas de 18.

Empezamos con la primera variante: el M135i pisotea los baches ya en las primeras juntas transversales. Pero eso es lo que esperábamos. Lo nuevo es que, aun siendo algo seco, ahora amortigua con más limpieza. 

En el modo Sport, la respuesta del acelerador es agradable y aguda, no tanto la dirección.  En una serpenteante carretera desierta de montaña, tratamos de llevarlo al subviraje, pero nada: el eje delantero aguanta como un campeón. 

La variante con suspensión adaptativa (solo unos 150 euros de recargo), en cambio, se reparte notablemente más ampliamente entre el confort residual y la dureza deportiva.

El ajuste deportivo, eso sí, nos parece un poco más sintético que la suspensión deportiva real. Mención aparte merece el sonido: deliciosos gruñidos ahogados, balbuceos y rugidos. 

Factores para decidir la compra

Solo queda el precio: el M135i cuesta al menos 53.650 euros (en Alemania). Hay un M240i con 374 CV, seis cilindros y tracción en las cuatro ruedas con prioridad a la zaga por solo unos 3650 euros más.

BMW está mejorando constantemente la Serie 1, a menudo sin que el cliente se dé cuenta. La actualización de la suspensión es notablemente buena para el deportivo compacto.