Que cada vez se estrellan menos mosquitos en el coche es un hecho, pero ya sabemos el porqué

¿Cuántas veces has ido de viaje y, al llegar a tu destino, te has encontrado con cientos de marcas en la luna de tu vehículo? Pues esas marcas son de insectos que han impactado contra el cristal de tu coche mientras conduces. Y lo cierto es que, desde hace casi 20 años, varias asociaciones de Reino Unido tales como Kent Wildlife y Buglife, se han encargado de registrar el número de insectos que chocan en los vehículos durante los viajes. 

Aunque su cometido pueda parecer insignificante o, incluso, raro, es importante ya que, gracias a estos datos, podemos saber la posibilidad de que los mosquitos se extingan de aquí a unos años o, por el contrario, aparezcan más. Sin embargo, los resultados de la campaña anterior (del 2022), han indicado una reducción en menos de 20 años del 64% de los insectos interceptados por los vehículos que transitan por Reino Unido. 

En otras palabras, se traduce en que estos resultados apoyan la teoría de que nos enfrentamos a una pérdida de insectos a gran escala que avanza hacia la sexta extinción masiva. Con casi 700 participantes, la campaña Bugs Matter de este año ha registrado, hasta la fecha, 6.358 viajes que permitirán extraer conclusiones. 

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¿Qué se entiende por 'la sexta extinción masiva? 

Con el fin de poder obtener una media realista sobre los datos recogidos, se han puesto en marcha varios estudios que observan y analizan diferentes grupos de insectos cuya abundancia se conoce desde hace años o, incluso, décadas. Por desgracia, estos estudios han mostrado que las poblaciones de insectos no sólo se están reduciendo en Reino Unido. 

• En Alemania, un estudio publicado en 2017 y contemplado a lo largo de 27 años, indicó una disminución del 76% de la biomasa de insectos voladores. 
• En Dinamarca, la reducción de insectos se documentó en paralelo con una menor cantidad de aves cuya dieta está basada principalmente en insectos, como es el caso de la golondrina común. Véase el enlace. 
• En España y Portugal, las sociedades científicas de etimólogos ya han mencionado el declive poblacional de insectos, tal y como se puede observar en el siguiente manifiesto. 
• En Puerto Rico, se han desarrollado estudios en un bosque tropical de la zona, los cuales han comparado la abundancia de insectos actual con los datos recogidos hace 36 años, y han afirmado lo siguiente: una reducción en más del 78% de biomasa de insectos terrestres. 

La razón por la que hay menos insectos en la actualidad 

El creciente deterioro que sufren el suelo, la vegetación, el agua y el aire debido a la actividad humana, son solo algunas de las múltiples causas que propician la desaparición de los insectos en la actualidad. 

Los insectos necesitan el suelo que los humanos transformamos en cemento; así como el agua que escasea y que contaminamos, y las plantas que tratamos con fitosanitarios tóxicos. Asimismo, la contaminación lumínica, química y física del aire también interfiere en la extinción de este grupo animal.

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Todos estos factores influyen, a su vez, en el cambio climático: “la pérdida de biodiversidad de insectos nos conduce a la homogeneización de las ramas de los árboles de la vida que mantiene las funciones vitales y las relaciones bióticas y, por tanto, nuestra propia existencia”, tal y como afirma The Conversation. 

Acciones que podemos hacer para evitar la desaparición de los insectos

Aunque todo lo que se puede hacer no sólo está en mano de los ciudadanos, sí es cierto que, con pequeños gestos, podemos ayudar a que los insectos no desaparezcan en gran medida de aquí a los próximos años. Y estas son algunas de las acciones que podemos llevar a cabo para evitar su desaparición: 

• Colaborar en proyectos ciudadanos para ampliar el conocimiento y protección de los insectos, tales como el proyecto SPIPOLL, el Observatorio ciudadano de mariposas urbanas uBMS, el Programa de Seguimiento Fenológico de la Red Española de Reservas de la Biosfera. 
• Procurar que haya hábitats silvestres alternados con flora autóctona en linderos, rotondas, alcorques y otros espacios sin edificar en áreas ajardinadas urbanas. 
• Consumir productos alimentarios procedentes de buenas prácticas agrícolas, de tal manera que se potencie la agricultura ecológica y el control biológico de plagas. 
• Evitar en nuestras prácticas agrícolas y de jardinería la introducción de especies invasoras. 
• Buscar alternativas a los tratamientos antiparasitarios al ganado con productos no nocivos. 
• No utilizar productos fitosanitarios en los pequeños jardines o huertos, así como tampoco tolerar su uso en áreas ajardinadas urbanas. 

Pero, ¿por qué es importante conservar los insectos?

Los insectos constituyen más del 80% de las especies animales que se conocen en el mundo. Y, entre otras cosas, contribuyen a múltiples funciones vitales como su papel de polinizadores: el 35% de la producción mundial de alimentos proviene de plantas que son polinizadas por insectos. 

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Asimismo, los insectos actúan como auténticos basureros y jardineros naturales, de tal forma que contribuyen a la salud y formación del suelo, proceso esencial para mantener las cadenas tróficas y el ciclo de vida del planeta. 

Otra de las funciones que protagonizan los insectos y que suele pasar desapercibida, es su contribución en el control de plagas en los distintos ecosistemas naturales, de tal manera que las evita y disminuye sus daños.