El B-SUV que cuenta con etiqueta ECO y tiene un generosísimo maletero
Además, su comportamiento en carretera destaca.
Pese a que los coches son cada vez más grandes, es común que mucha gente piense que los modelos del segmento B son pequeños o no tienen capacidad interior suficiente como para, por ejemplo, las necesidades de una familia. Sin embargo, hace tiempo que no es así, sobre todo si miramos a formatos más voluminosos de lo habitual, como son los B SUV.
Dentro de los denominados como todocaminos pequeños hay multitud de opciones versátiles, con espacio interior suficiente y con maleteros generosos. Por norma general son los que tienen una carrocería estándar los que más destacan en este aspecto, pero hay una excepción que, aún siendo de estilo cupé, sorprende por su gran maletero: el Ford Puma.
La marca estadounidense tiene dos modelos en el segmento, el Ford Ecosport, con un enfoque más racional y a un precio más asequible, y el Ford Puma, que se decanta por una propuesta más pasional y deportiva. Se suponía que era aquel el que iba a tener un mayor número de ventas, debido a su concepto, pero a la hora de la verdad ha sido el Puma el éxito comercial.
Un envoltorio que entra por los ojos
Como solemos decir, para gustos los colores, pero nos atrevemos a decir que el SUV de Ford es un coche bonito de manera objetiva.
Presenta unas proporciones armoniosas y sabe combinar las formas redondeadas con las líneas de tensión para conseguir un conjunto muy atlético, a lo que suma detalles como la caída del techo o el pequeño alerón trasero.
El resultado es un modelo que entra por los ojos, quizá no tanto en su acabado Titanium, pero sí en el ST-Line y derivados, que son los que abundan por las calles de cualquier ciudad.
El Puma tiene una tarjeta de presentación que dice claramente “soy deportivo” y lo mejor que es que a la hora de la verdad, sí que lo es.
Un GTI sobreelevado
No es sencillo conseguir que un todocamino tenga un comportamiento similar al de un turismo, pero el Puma lo consigue. Es un vehículo rápido de reacciones que se siente particularmente ágil en carreteras reviradas, y para ello ni siquiera necesita motores excesivamente potentes.
La gama estándar está formada por dos variantes del mismo bloque gasolina, con 125 y 155 CV, ambas con microhibridación, por lo que disfrutan de la etiqueta ECO de la DGT, con unas prestaciones interesantes (entre 9 y 10 segundos para el 0-100 km/h) y con unos consumos bastante ajustados.
Lógicamente estas sensaciones donde más salen a relucir es en la versión deportiva Ford Fiesta ST, que monta un motor 1.5 EcoBoost tricilíndrico que desarrolla 200 CV y 320 Nm de par máximo, gracias a lo que es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos.
La guinda del pastel
Por la caída del techo de la carrocería, la habitabilidad interior, aunque buena, es algo justa para la cabeza en las plazas traseras. Sin embargo, en lo que se refiere a espacio hay un punto en el que destaca y que sorprende teniendo en cuenta su formato: la capacidad del maletero.
Éste tiene un volumen de 456 litros (aunque se queda en 401 en las versiones con el sistema microhíbrido), una cifra notable para un modelo de dichas características y que le sitúa entre las mejores del segmento B SUV.
Pero, además, cuenta con un extra escondido: bajo el suelo del maletero se esconde un cajón adicional que es de lo más práctico, puesto que está hecho y dispone de un tapón de desagüe, por lo que es perfecto para meter elementos manchados, como unas botas con barro, y limpiarlos a base de manguera sin ningún problema.
Etiquetas: SUV
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