Comparativa en circuito: nuevo BMW M4 Competition vs Porsche 911 Carrera S

Ya estamos en el límite, incluso antes de que las cosas se pongan en marcha en el Contidrom. El duelo del nuevo BMW M4 Competition vs Porsche911 Carrera S supone casi 1.000 CV distribuidos en dos iconos entre los coches deportivos. Y esto ya le pone a uno bastante nervioso incluso días antes del gran enfrentamiento.

Las mecánicas

El motor de seis cilindros en línea biturbo del BMW, con la abreviatura S58, proviene de los X3 y X4 M. Los dos niveles de potencia con 480 y 510 CV corresponden a los de los hermanos SUV. Pero gracias a una presión de sobrealimentación máxima de 1,7 bares y una concienzuda optimización, el Competition envía hasta 650 Nm a sus ruedas traseras.

El bóxer de tres litros y seis cilindros de Porsche, con sus 530 Nm y 450 CV, es significativamente más débil que la máquina de BMW, pero tiene que remolcar un total de casi 150 kilogramos menos en el 911. Y debido a la distribución del peso, el eje delantero del Porsche soporta alrededor de 300 kilogramos menos que el del BMW.

¡Al carril izquierdo!

En una autovía alemana sin límite de velocidad el Porsche se lleva el gato al agua: el velocímetro muestra más de 310 km/h, en el M4 la aguja digital se detiene a 301. 

Ojo, porque sigue siendo una cifra brutal. Mucho más importante: en ninguno de los dos coches te sudarán las palmas de las manos cuando ruedas a la máxima velocidad gracias a su alta estabilidad direccional.

Y en circuito…

Sin embargo, gracias a la dirección en las cuatro ruedas, el Porsche transmite aún más la sensación de ir sobre raíles. Además de la dirección de eje trasero opcional, el 911 de nuestra prueba sale a pista con, entre otras cosas, el paquete Sport Chrono, estabilización de balanceo y frenos cerámicos, todo de la lista de extras.

El BMW replica con su costoso "Paquete M Race Track" de más de 15.000 euros. Esto incluye, entre otras cosas, ruedas forjadas más grandes (19 y 20 pulgadas), los espaciosos asientos de carbono, frenos cerámicos, el paquete M Driver y el M Drive Professional.

Las “carcasas” profundas del BMW son superiores a los también excelentes asientos deportivos de 18 posiciones del Porsche. El soporte lateral es excelente, pero en la vida cotidiana los rígidos pétalos son una restricción notable para la comodidad. La división del asiento delantero se hace rara al principio, pero está destinada a brindar a las piernas aún más apoyo desde el interior.

El BMW es un rebelde solo de entrada

En el bribón bávaro los neumáticos aún no han alcanzado la temperatura, y la parte trasera del automóvil se desmanda muy rápidamente al usar la potencia en las curvas. Para la vuelta rápida, mantengo activo el nivel dos de los diez del control de tracción.

Y de repente, una vez lanzado y a su temperatura, el M4 se muestra preciso y al frenar a fondo, inesperadamente sereno. Puedes dirigirlo exactamente al punto que quieres y no parece rígido, sigue exactamente ajustado a la trayectoria especificada, y finalmente sale de la curva con mucha fuerza. A pesar del alto peso y la distribución ligeramente pesada en la parte delantera, la tendencia al subviraje se mantiene dentro de límites estrechos.

Con todo, los vigorosos 510 CV del seis en línea no se sienten tan brutales en la recta porque el convertidor automático cambia casi con demasiada sensibilidad entre las ocho relaciones, incluso en el modo Race. Por lo demás, su transmisión automática da el tipo en circuito, y así lo corrobora el crono, que se detiene en los 1: 31.02 minutos. ¡Una velocidad endiablada!

El Porsche es menos potente, pero…

¿Puede el Porsche socavar eso? Los compañeros presentes, que habían apostado por el 911 de antemano, de repente ya no están tan seguros de su causa. Pero el que es probablemente uno de los mejores deportivos para el día a día, nunca olvida para qué fue hecho: para la pista de carreras. 

La posición del asiento mucho más baja en comparación con el M4, el centro de gravedad más bajo y el impresionante comportamiento de giro permiten al conductor experimentar cada curva con aún más placer y diseccionarla con mayor precisión todavía.

Esto también se debe a la dirección del eje trasero finamente ajustada, que nunca se siente artificial o excesiva. Además, la salida de potencia lineal y el rápido PDK, que registra cada marcha en modo manual y permanece completamente despierto en todo momento incluso en modo automático son los mejores aliados. Por eso culmina la vuelta rápida 0,43 segundos antes que el M4: el Porsche cruza la línea en 1: 30,59 minutos. 

Por dentro

¿Debilidades del Porsche? En comparación, los asientos ofrecen menos apoyo. Y algo un poco molesto al conducir: las dos pantallas del grupo de instrumentos digitales a la izquierda y a la derecha son difíciles de ver a través del volante del 911, mientras que la del M4 siempre está bien situada en el campo de visión. 

El M4, casi 30 centímetros más, largo ofrece mucho más espacio en el asiento trasero y un maletero que merece llamarse así, con 440 litros de capacidad. Por el contrario, el maletero del Porsche parece un poco insignificante con 132 litros. Aunque es suficiente para alguna escapada y pequeñas compras.

Conclusión

El primero puesto es para el Porsche 911. Como Carrera S queda por delante en la prueba, pero por poco. El próximo GTS debería alejarse al M4 aún más claramente. Y no olvidemos que el Porsche es mucho más caro que su rival. 

Y es muy probable que otros competidores tengan problemas con el M4, que en esta última versión está muy hábilmente afinado. Esperamos con ansias las próximas comparativas contra el Audi RS 5, Mercedes-AMG C 63 y compañía.