Comparativa: BMW M2 Competition vs nuevo Porsche 718 Cayman GTS

Coches veloces, vueltas veloces... Mejor resumamos: hemos enfrentado al BMW M2 Competition contra el nuevo Porsche 718 Cayman GTS. Y ahora atención, que llega un espoiler: ¡el deportivo bávaro es mejor! Pero mejor sigue leyendo y te lo explicamos bien. Comparativa: BMW M2 Competition vs nuevo Porsche 718 Cayman GTS.

Pues sí: el BMW es mejor coche, sencillamente, porque rueda más silencioso, tienen más espacio interior y cuesta considerablemente menos que el Porsche. Pero, un momento. Estas cosas son importantes en el mundo real. O mejor dicho, en el cotidiano. Pero ahora estamos en un circuito. De modo que... ¡Ignora todo lo que te hemos dicho hasta ahora!

VÍDEO: ¡El M2 Competition en acción!

¿Adrenalina? Dos tazones

Tanto uno como el otro son capaces de bombear al máximo la gasolina que, si estás leyendo esto, seguro que corre por tus venas. Y en eso, las medidas del maletero y otras consideraciones no tienen rol alguno. De modo que dejémonos de rollos y saltemos de una vez a la pista de Contidrom.

Este BMW M2, especialmente en su variante Competition, tiene mucho de la competición bajo la chapa. Por ejemplo, las suspensiones apoyadas en articulaciones esféricas, y con un tarado extremadamente firme, frenos gigantemente dimensionados un diferencial que reparte la fuerza con inteligencia y, sobre todo, un motor "monstruoso", son los elementos con los que le rasca tiempo al crono.

Y es que su tres litros de seis cilindros con ventilación reforzada por dos enormes turbocompresores, es su carta clave en esta partida. Este bloque de 410 CV empuja con absoluta brutalidad al M2, es una pieza de arte mecánica, con un sonido bestial y capaz de proyectar 550 Nm, una cifra a la que no llegan muchos diésel.

No es oro todo lo que...

El problema: no siempre es capaz de digerir tamaña fuerza sin perder el tipo. Y es que la tracción con regulación electrónica tiene que hacer un trabajo extra para mantener los enormes neumáticos traseros de 265 mm pegados al asfalto. Tras la curva, piso el acelerador y el M2 parece que prefiere apartarse: y es que da la impresión de que, debido a que tiene el motor en la parte delantera, tiende a irse de morro. Lo hemos medido: 850 kilos (el 52% de toda la masa) lo soportan las ruedas delanteras.

Y es que este M2 Competition, a pesar de sus cotas contenidas, si incluimos el piloto sentado en el asiento delantero (por desgracia, con algo menos de agarre del esperado), llega sin despeinarse a las 1,7 toneladas. Esto se nota al girar, cuando lo llevas al límite en curvas rápidas, en las que tiende obcecadamente al subviraje. Y en los rápidos cambios de apoyo, el BMW pasa inclinando, con nerviosismo, como si no supiera qué hacer con tantas inercias.

El Porsche es menos potente, pero...

El Cayman es considerablemente más ligero, por eso se puede permitir plantarse aquí con "solo" 365 CV bajo el capó. Y no es una mera percepción: pasa de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos, medio ante que el BMW. Lo sigue superando en el resto de las aceleraciones, también la de 0 a 200.

Y en esto tiene también mucho que ver un cambio de doble embrague con un ajuste excepcional, que dispone de una eficaz función de salida rápida. Y así, con este 'launch control' tan sofisticado, es como llega a los 100 km/h desde parado en menos de cuatro segundos, sin inmutarse. En el circuito, se nota su conjunto mejor balanceado (¡motor central!) en una respuesta menos forzada, más ligera y, sobre todo, precisa en las zonas de curvas.

La dirección con multiplicación variable permite rodar muy rápido en los tramos virados, y corregir la trayectoria, al límite, de forma fulminante. Y al salir de la curva, sigue el disfrute máximo: con un ligero deslizamiento de la zaga, piso a fondo, enfilo la recta con un empuje brutal, y justo antes de llegar a la siguiente, sus impresionantes frenos me permiten apurar al milímetro. Y todo vuelve a empezar, así una y otra vez, a la velocidad del rayo.

Hablando de los frenos: no he conocido un tacto mejor: es estable, no cede con el uso intensivo, me permite modular el pedal con absoluta exactitud. Y es que la resistencia de sus discos cerámicos es para quitarse el sombrero. Por eso, el Porsche se detiene, desde los 100 km/h, casi un metro y medio antes que su rival.

¿Algo que criticarle al 718 Cayman? Pues sí: su motor es demasiado ruidoso, y su sonido, por desgracia, no se corresponde con la deportividad extrema.

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